
Tuvimos el acierto de pasar las vacaciones en el Delta del Ebro en pleno arrozal, en una casa de campo con jardín y piscina, lo que nos permitió, con incredulidad al principio, y ya casi con naturalidad al final, disfrutar de un checklist de aves casi al lado, desde la tranquilidad de la tumbona que en otros lugares necesitaría de semanas de observatorios y esperas. Evidentemente, encantados.
Mi recomendación para visitantes del Delta del Ebro: buscar alojamiento entre Deltebre y el mar, en cualquier arrozal alrededor se encuentran más aves, y más cerca, que buscándolas en los observatorios.

El listado de lo que vimos desde casa fue largo, pongo algunos ejemplos, como las
garcetas grandes (Ardea alba), ejemplares solitarios que rondaban cada mañana con las más abundantes
garcetas comunes (Egretta garzetta).
Garzas imperiales (Ardea purpurea), casi de continuo, tanto en el camino de acceso...

...como debajo mismo de la casa, cazando ranas y pececillos en el arrozal.

Idéntica situación de las abundantes
garcillas cangrejeras (Ardeola ralloides)...

...y
garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).

Los
moritos (Plegadis falcinellus), muy abundantes, y plenamente fotografiables desde casa.
A los
martinetes (Nycticorax nycticorax) no los vimos directamente en nuestra finca, pero sí que pasaban frecuentemente entre los árboles de alrededor y los arrozales, volando alto.
Los límites de tierra compactada entre arrozal y arrozal eran oteaderos tan buenos para las aves como para el fotógrafo. Podías ver de todo.
Delante nuestro criaban las
cigüeñuelas (Himantopus himantopus), pudiendo ver las evoluciones de sus pollos al lado mismo...

...con los padres patrullando su territorio constantemente.

Nos extrañó por contraste el escaso número de limícolas, destacando únicamente la abundancia de
zarapitos trinadores (Numenius phaeopus).

Sin duda el ave más abundante (cuesta creerlo con lo difícil que es localizarlos fuera del Delta), era el
fumarel cariblanco (Chlydonis hybrida). criaban felices entre el arroz, invisibles entre la espesura, pero muy llamativos en sus posaderos, aunque al principio parecían golondrinas de los muchos que se llegaban a congregar.

Verlo para creerlo, hasta que no se acerca uno parece imposible...pero compartían los cables con estorninos y gaviotas.

Una maravilla despertarse y ver al fumarel encima tuyo.
Gondrinas comunes (Hirundo rustica), también había, de hecho, cientos, dada la abundancia de insectos (por desgracia la única nota molesta de las vacaciones, ya que era imposible salir de noche de la casa).

Compartían tan escasos posaderos en los arrozales los
cernícalos vulgares (Falco tinnunculus)
No paraban de comer libélulas, muy muy abundantes en nuestro pequeño jardín, con 2 especies acaparando esta abundancia, la
Sympetrum fonscolombii. Hembra...
...macho...

...y el pequeño caballito del diablo
Ischnura elegans.

Sorprendentemente, y sucedió durante todas las vacaciones, el número de mariposas era muy escaso, principalmente vimos en nuestro jardín atalantas (Vanessa atalanta).

De otras aves ya más comunes, muy abundantes los
ánades azulones (Anas platyrynchos)...

...las
gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus)...
...las
palomas torcaces (Columba palumbus)...
...y
gallinetas comunes (Gallinula chloropus).

Lo puedo decir más alto pero no más claro: El delta del Ebro es un paraíso. Intentaremos volver en breve.