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domingo, 19 de abril de 2020

Santoña en carnaval (III): De camino a Montehano.

Desde Santoña, fuimos en dirección a Montehano parando en observatorios y cunetas. Poco vimos.






Con la marea tan baja, apenas algunas aves cerca, como este somormujo lavanco (Podiceps cristatus).












Y algunos zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis).












En la lejanía, mezcladas con gaviotas varias y ardéidas, un par de centenares de barnaclas carinegras (Branta bernicla).











Muy diseminadas.







Ya en el convento de Montehano, la cosa no mejoró demasiado. Con la marea tan baja, los habituales colimbos y demás buceadoras no estaban.








Sí algunas limícolas, como archibebes claros (Tringa nebularia).













Archibebes comunes (Tringa totanus).












Y por último, andarríos chicos (Actitis hypoleucos).










Nuestra siguiente visita, en Colindres, sí sería extraordinariamente productiva.

jueves, 16 de abril de 2020

Santoña en carnaval (I): Puerto de Santoña, colimbos, eider, y demás.

En carnaval nos fuimos a Santoña a intentar arreglar un invierno malísimo en nuestra Asturias, sin practicamente aves norteñas en la costa. Nos salió bien la jugada. El primer día llegamos tras trabajar en Oviedo, por lo que fue dejar las maletas en el hotel y bajar corriendo al puerto de Santoña: nos quedaban 45 minutos de luz antes del anochecer. Queríamos aprovechar este tiempo y lo conseguimos.







Nada más llegar ya vimos a este colimbo chico (Gavia stellata), aparentemente un ejemplar adulto. Se acercó mucho y lo disfrutamos como enanos.











No fue el único colimbo, ya que vimos otros dos ejemplares desde el puerto de colimbo grande (Gavia immer). El que se acercó más era un juvenil.










La zona próxima a la plaza de toros siempre es maravillosa, un imán para aves acuáticas, y hubo también un encuentro con el típico bisbita costero, aunque muy lejano y sin posibilidad de fotografiarlo.




En los propios pantalanes, 3 ejemplares de zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis).











Y el típico aspecto reptiliano que adquieren en la época reproductora los cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis).









Justo enfrente veíamos las barras arenosas que quedaban en marea alta, y de ellas surgió el esperado eider común (Somateria mollissima) que lleva tanto tiempo en Santoña.









En la misma procedencia, un centenar largo de barnaclas carinegras (Branta bernicla).












Alguna se atrevió a acercarse al pueblo.













Intentamos localizar alguna gaviota rara que se había visto, pero solo topamos con un montón de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus).














Imposible ver más en tan poco tiempo, satisfechos nos retiramos hacia la puesta de sol.
















Ya de noche, disfrutamos zambulléndonos en el populoso carnaval de Santoña. Qué reciente está y qué contraste el ambiente festivo con lo que estamos sufriendo ahora.

domingo, 5 de abril de 2020

Resumen invernal del Arbeyal: mucha decepción

Como viene siendo, por desgracia, habitual en estos últimos inviernos, la invernada en la gijonesa playa del Arbeyal fue muy floja este año. Puntualmente, y en mi caso muy lejanos, se pudieron ver somormujos cuellirrojos y colimbo grande, pero tan lejos que ni una foto decente pude sacar. Del resto, algún retazo, como este somormujo lavanco (Podiceps cristatus).






De sus colegas los zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), nunca observé más de 5 el mismo día, una cifra baja.













Sí fue alto el número de negrones comunes (Melanitta nigra).





Normalmente muy lejanas, al menos con la marea subiendo se acercaban algo, la gran población de cangrejos de esta playa fue un maná para las negronas.










Hasta 8 ejemplares simultáneamente llegué a ver.










Los habituales gaviotas sombría, reidora, cabecinegra y patiamarillas, y los locales cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis).












Y poco más. Salvo los primeros días del otoño, este año apenas hubo climatología invernal, y se notó: ni colimbos, ni gaviotas blancas, ni haveldas, ni serretas, ni álcidos. Un desastre el cambio climático.

martes, 26 de marzo de 2019

Zampullines cuellinegros en el Arbeyal: un invierno flojísimo.

Los zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) invernan cada año en la bahía de Gijón, principalmente en el espacio comprendido entre la playa del Arbeyal y el puerto del Musel. Cada año son menos.









Grupos de 8 ó 10 ejemplares no eran extraños hasta la última década, pero se han ido enrareciendo, y este invierno lo más que he podido ver juntos es a 3 ejemplares en esta zona.












Cansa decirlo, pero se nos está yendo la antiguamente abundante fauna invernante asturiana, invierno a invierno, y en años cálidos como ha sido este último, peor todavía.




Testigo era esta hembra, o inmaduro, de colirrojo tizón (Phoenicuros ochruros), que también es superhabitual de la zona, especialmente del espigón del Arbeyal, generación tras generación.

domingo, 10 de febrero de 2019

Gavión hiperbóreo (y poca cosa más) de escapada por la costa gallega

Me acerqué en época de los reyes magos a la costa gallega buscando aves de invernada, y poco encontré salvo este ejemplar de 1er invierno de gavión hiperbóreo (Larus hyperboreus).







Por desgracia, en la Mariña también está siendo un invierno pobre en avistamientos interesantes. Y suerte tuve porque entre las miles de gaviotas que volaban por la piscifactoría de Lago, tuve un buen rato de frente a este pequeño (relativamente) ejemplar de hiperbóreo.






A su lado, una gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) anillada en Griend, Holanda, es EJ2L, es un 1er invierno y esta es su primera observación fuera de su lugar de nacimiento.







El espectáculo de la pisci de Lago, como siempre, es entre surrealista y un poco delirante, gaviotas por todas partes, pero pocas interesantes, además un fuerte nordés imposibilitó poder fijarse bien en las gaviotas más lejanas.








Antes me había pasado por las playas de San Cibrao, como siempre, una buena cantidad de gaviones atlánticos (Larus marinus), de todas las edades.








Pero poco más, es un lugar muy querencioso para gaviotas blancas y rarezas, en esta ocasión, un montón de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) daban el único espectáculo, acompañadas de 4 ostreros euroasiáticos (Haematopus ostralegus).


Pasé por O Vicedo, que siempre me trae buenos recuerdos de mis queridos amigos Pili y Ricardo, que me descubrieron este lugar.
La playa de Vidrieiros, espectacular como siempre.



Aquí, más de lo mismo, poca cosa, únicamente un lejano zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis).










Con O Vicedo al fondo, pasé el telescopio por un montón de gaviotas, pero lo mismo, pocas cosas de interés.









Entre las abundantes gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), este ejemplar que a primera vista y no mirando su cabeza me pareció superficialmente una argentea por el diseño tan clarito, pero al abrir foco y ver su enorme tamaño, solo podía ser un inmenso gavión atlántico de 1er invierno, o, remotamente, un híbrido de los 2 anteriores.





Curioso, negativamente también, la ausencia casi total de limícolas invernantes, aquí los único que vi fue a un hiperactivo andarríos chico (Actitis hypoleucos).









Llegué a O Vicedo costeando por Viveiro (vacío, un erial), celeiro (daba pena). Después me fui hacia la ría de Ortigueira, buscando el aviso de negrones especulados en la playa de Fornos. Como sospechaba, no hubo manera de encontrarlos, aunque no conocía la playa y me pareció simplemente preciosa.


Lo que sí vi fue el cadáver varado y en mal estado de una (creo) foca común (Phoca vitulina). Sospecho que por desgracia la cuerda que aparece en la foto algo tuvo que ver.






Como última posibilidad, me acerqué a Cariño, que siempre nos dio enormes alegrías en forma de aves raras, y bancos abundantes de gaviotas interesantes, pero esta vez, ni por estas, estaba casi vacía, si exceptuamos los simpáticos ostreros habituales en sus playas.





Fue un viaje relámpago en solitario que siempre es agradable para cambiar de vistas, pero tantos kilómetros para tan poca cosa, en esta ocasión, fueron algo decepcionantes, no para este simpático gorrión común (Passer domesticus), que se comió medio bocata aprovechándose de mi melancolía...










miércoles, 7 de marzo de 2018

En barco por Santoña: Somormujos y zampullines.

No faltaron los somormujos cuellirrojos (Podiceps auritus), creo que vimos 3, aunque por desgracia muy lejanos.











De zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), perdí la cuenta, seguro que pasaron de 20 ejemplares.












Buenas cifras ¿una docena? también de somormujo lavanco (Podiceps cristatus).













En todos sus plumajes.

Una pena no terminar con algún somormujo cuellirrojo, como lo habíamos visto por aquí hacía unos años, pero esta vez no hubo suerte.