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viernes, 24 de abril de 2020

Santoña en carnaval (y V): Colindres, festival de la limícola

Y terminamos con los bichos (el viaje prosiguió pero en otros términos) con el fondo de la Bahía de Santoña, en Colindres, fue una maravilla, con cientos de limícolas.













Primero fuimos a buscar a los gorriones molineros (Passer montanus) de las instalaciones deportivas, nunca fallan.


















En la zona de los embarcaderos, una sorpresa en forma de cisnes vulgares (Cygnus olor).








Media docena, había.











Muchos silbones europeos (Anas penelope), como es habitual en esta zona.












Tres tarros blancos (Tadorna tadorna), muy lejanos.






Un cormorán grande (Phalacrocorax carbo) sesteando.












También ánades rabudos (Anas acuta).






Un precioso paisaje al fondo.


















La cercanía humana no parecía molestar demasiado a las espátulas (Platalea leucorodia) y a las garzas reales (Ardea cinerea).









La garceta grande (Ardea alba) sí se mantenía muy lejana.












Todo fue a mejor cuando apareció en un lance de caza el aguilucho lagunero (Circus aeroginosus).











Las aves se refugiaron en la orilla, justo donde estábamos nosotros, a unos pasos: andarríos chicos (Actitis hypoleucos)...











...archibebes claros (Tringa nebularia)...












...zarapitos trinadores (Numenius phaeopus)...













...ostreros (Haematopus ostralegus)...












...chorlitos grises (Pluvialis squatarola)...













...zarapitos reales (Numenius arquata)...










...vuelvepiedras (Arenaria interpres)...










...y lo más destacado, cientos y cientos de correlimos comunes (Calidris alpina)...











...entre los que se mezclaban un par de ejemplares de correlimos tridáctilo (Calidris alba).










Mejor imposible para finalizar la jornada de prismáticos.

sábado, 29 de febrero de 2020

Con MAVEA a las Villuercas (VIII): Dehesa y embalse de Moheda Alta.

Nos fuimos a la Dehesa de Moheda Alta, donde nos trataron estupendamente y nos explicaron en su aula de naturaleza la dinámica de este paisaje y de su especie emblemática: la grulla.








El recorrido, muy sencillo y completo abarcaba primero una dehesa típica de encinas, y posteriormente, un embalse y sus áreas inundables aledañas. Una buena combinación.








Evidentemente, en un parque creado para las grullas, vimos grullas (Grus grus), aunque no demasiadas.









Aunque algunos grupos se alimentaban de bellotas en el encinar, eran más las que nos cruzaban por el cielo en dirección a los arrozales cercanos.










Como su nombre indica, la dehesa es un terreno bastante abierto con herbáceas, algo de monte bajo, y encinas esparcidas en baja densidad.











En todo momento el recorrido era fácil de seguir y con indicaciones.












Muchos pajarillos en el camino, como los abundantes gorriones morunos /Passer hispanoliensis)...











...no tan abundantes gorriones comunes (Passer domesticus)...













...trigueros (Emberiza calandra)....















...esto de aquí es un pechiazul (Luscinia svecica), al que no le dio la gana de salir del enramado...






...tarabillas comunes (Saxicola rubicola)...














...colirrojos tizones (Phoenichuros ochruros)...















...alcaudón real (Lanius meridionalis)...













...o curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala).












Entre los depredadores, vimos aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus), un macho...










...y una hembra de aguilucho pálido (Circus cyaneus).













Una vez en la periferia del embalse, empezamos a ver aves más acuáticas, como las garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).










Y llegados al embalse, la gran sorpresa, que nadie del grupo se esperaba.












Decenas de gansos del Nilo (Alopochen aegyptiacus).













Monopolizando las orillas, esta especie que ya se está asentando en muchos puntos de la mitad sur del país aquí evidentemente prosperaba con unas cifras muy superiores a las que la responsable del parque nos comunicó a la vuelta, por lo que claramente está en expansión.
Además, había gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), gaviotas sombrías, ánades azulones (Anas platyrhynchos) y frisos, porrón europeo, zampullín chico y somormujo lavanco.

Sin duda una ruta bien aprovechada.

domingo, 16 de febrero de 2020

Con MAVEA a las Villuercas (VI): Grullas por la Siberia extremeña.

Uno de los objetivos del segundo día de viaje era ver a las grullas (Grus grus) volviendo a sus dormideros. Y vaya si lo conseguimos.








Fuimos parando alrededor del río Cubilar, buscando los mejores puntos de observación, aunque las grullas siempre se colocan muy lejos y el telescopio es indispensable.









La cantidad de bellotas de encina y alcornoque, en el mes de diciembre era tremenda, y de ello se aprovechan las grullas.











Muchos centenares de grullas que se oían alto y claro desde nuestra posición.








Además de las grullas, muchas otras especies interesantes, por ejemplo, 2 aguiluchos pálidos (Circus cyaneus). Una hembra...











...y un macho.













Además, un macho de aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus).












Alguna avefría (Vanellus vanellus).











En los cañaverales lejanos, un buen bando de gorriones morunos (Passer hispanoliensis).












Y trigueros (Miliaria calandra).











Ya cayendo el sol, empezó el nerviosismo y el despegue de las grullas.














Pocas quedaron ya en las dehesas.









Nos desplazamos al observatorio de grullas, ya en la provincia de Badajoz, donde disfrutamos de la llegada progresiva de miles de grullas.










A los dormideros del río Cubilar llegaban también muchas garcillas bueyeras (Bubulcus ibis)...






...y decenas de ánsares (Anser sp.)














Ya sin luz el espectáculo fue para recordar muchos años, con el cielo lleno de grullas mirases donde mirases.









Algunas pasaban al lado del observatorio.













Un observatorio muy bien aprovechado.













De noche cerrada, daba pena marchar, aunque ya no se veía nada, se escuchaban miles de grullas que veríamos al despertar al día siguiente.