Hoy os iba a endilgar una entrada sobre gaviotas sombrías noruegas anilladas, pero recibí un mensaje por la noche, que no por esperado, dejó de ser tristísimo, y lo menos que puedo hacer es acordarme de Nuska.
Nuska (Nuski, Nuskeiras), era la perra de mis mejores amigos, Fer y Laura, y por extensión, era la perra de todos los amigos de la pandilla de mi juventud.
Se murió hoy, a una edad muy avanzada para su raza, labrador, y es que recibía muchísimo cariño y cuidados, y llevó una vida plena de juegos y aventuras, y eso la hizo muy longeva.
A pesar de arrastrar una lesión en una cadera, que hubo que operar, esta perra escaló Peña Ubiña con nosotros, nadó en las últimas playas vírgenes del Mediterráneo (cuando aún quedaba alguna), salió de farra un montón de veces, asistió a bodas y nacimientos, y nos acompañó en nuestra transformación de jóvenes emancipados y juerguistas a papás con hipoteca.
Nunca tuvo un mal ladrido, ni día sin recibirnos como si hubiésemos faltado un año de su lado, con ese meneo de rabo que siempre recordaré.
Tenía 1.000 maneras de robarte un trozo de bizcocho, y se encontraba igual de bien recorriendo España en el maletero-madriguera del 4x4 que pasando la noche bajo las estrellas en sabe Dios qué braña que el "tito Iván" había visto en un mapa el día antes...solo necesitaba de nuestra compañía.
Todos la vamos a echar de menos, nos quedamos solos sin su compañía, definitivamente, ya somos mayores.
Estás en nuestros corazones, Nuska, al fin y al cabo era el sitio donde más te gustaba estar.