Mostrando entradas con la etiqueta Moniello. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Moniello. Mostrar todas las entradas

martes, 23 de abril de 2013

Trigueros y compañía en Moniello

En cuanto salió el Sol junté a unos amigos y nos dirigimos al área recreativa de Moniello, cerca de Luanco.
Me encanta este área porque está enfrente de la mítica Punta la Vaca, se ve pasar a las aves marinas, y debajo tiene la no menos mítica entre los aficionados a la geología playa de Moniello y sus calizas, y el área en sí está muy bien, limpia, amplia, con un restaurante que no desentona demasiado y un paisaje de lujo.

Pero lo mejor de todo es que aquí puedes venir con tu familia y amigos y disfrutar con ellos de un buen día mientras tú disfrutas de la ornitología. Mientras preparas unas chuletas en la barbacoa y medio chispa de buen ron añejo, estás escuchando a los trigueros, a los pardillos comunes, a los buitrones, a las lavanderas boyeras y un largo etcétera, que habitan en las magníficas zonas arbustivas que rodean este lugar, y en cuanto pude escaparme un momento a buscarlos, les saqué unas (malas) fotos.

Los trigueros (Emberiza calandra) abundan aquí, y eso ya es raro hoy en día en la campiña costera.











En estas fechas andan revolucionados y se les escucha a todo pulmón, permitiendo acercamientos que el resto del año son imposibles, son pájaros muy precavidos. Aún así, procuro no abusar de esta circunstancia, ni molestar.









Es mucho más fácil escucharlos que verlos, y a pesar de ello se trata de pájaros grandes y robustos, que se camuflan con facilidad con su plumaje de tonos pardos, pero que se dejan ver cuando cantan siempre en una horquilla prominente de la vegetación.








Y su pico también llama la atención de cerca, con un grosor que destaca entre los escribanos, y un diente intermedio que sale a la luz entre trino y trino.








Además de gorriones comunes, golondrinas comunes, lavanderas boyeras, mirlos comunes, petirrojos, jilgueros, verderones, colirrojos tizones y otros muchos, pude localizar y malfotografiar a otros paseriformes, el más fácil, la tarabilla común (Saxicola torquatus), siempre en lo alto de los arbustos.








Otro que pasa desapercibido por su plumaje es el acentor común (Prunella modularis).













También discreta a la sombra, pero con un reclamo que se asemeja a una buena riña, la hembra de curruca capirotada (Sylvia atricapilla).







Un reclamo aún más monótono y persistente es el que tiene el buitrón (Cisticola juncidis), que emite su áspero pitido desde las alturas y que raramente es pillado en su posadero.










Y recordemos que también es territorio del mayor de los paseriformes, el cuervo (Corvus corax), que se pasó un instante de camino al acantilado donde seguramente esté comenzando su crianza.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Aves, familia y amigos juntos en Moniello


No envidio a los solteros, mucho menos a los que no tienen hijos, pero hay que reconocer que en la afición por las aves, ellos lo tienen mucho más fácil.

Yo, más que ir a ver aves, “me escapo” a verlas, por lo que a veces tengo que priorizar y dejar los prismáticos en casa.











Pero a veces, hay lugares a los que te puedes llevar a familia y amigos, y disfrutar a la vez de su compañía y de tu afición ornitológica.










Se trata de un área recreativa extensísima, con restaurante por si te olvidas el bocata, con columpios para los niños, campo de fútbol, WC (muy útil) y un montón de espacio libre para que los cuellicortos de la casa gasten sus energías.
Como me decía mi cuñado Miguel, “esta área cumple todas mis expectativas”.

Por si fuera poco, está frente a la ensenada de Moniello, por lo que el paisaje es espectacular, y, ahí es donde quiero llegar: a su espalda tiene la rasa costera del Cabo Peñas, plagada de aves paseriformes como en pocos sitios, y, especialmente en época de migración, puede uno estar tomando una cerveza con los amigos, columpiando a hijo y sobrinos, y, a la vez, por el rabillo del ojo, controlando los cientos de pájaros que utilizan los árboles del área como percha (recomiendo 2 pinos solitarios al final del área).

La lista de aves sería muy larga de poner aquí, solo decir que en primavera, entre trigueros, pardillos comunes, buitrones, mosquiteros ibéricos y bisbitas arbóreos te ponen la cabeza loca con sus cantos.

Ahora en otoño, aparte de los abundantes pájaros sedentarios, aparecen algunos invernantes dignos de reseñar. Os pongo un poco lo más curioso que me encontré este finde:

Buitrones (Cisticola juncidis) había al menos 12, nada huidizos, me parecieron muchos, en menos de 100 metros lineales. ¿Dispersión, reunión? La verdad es que ni idea.














Desde todas partes se les veía y se les oía, dentro mismo del área, cazando insectos, que abundaban, con este calor, estaba lleno de ortópteros.









Collalbas grises (Oenanthe oeananthe), también abundantes, algo más recatadas, en los praos adyacentes al área.










Frente al aparcamiento hay unas sebes de las buenas, con abundante vegetación natural, un bocage con un ingrediente definitivo: una vieja higuera (Ficus carica) que produce figos miguelinos por arrobas, y que disfrutan todos los pajarinos.






 En este caso, los muy versátiles gorriones comunes (Passer domesticus) se están poniendo las botas.









De lo que más me encontré, muy camuflados entre la hierba, y en la típica formación con la que recorren los praos, llegaban bandadas de bisbita común (Anthus pratensis), con el plumaje aún limpio de principios de otoño, que nada tendrá que ver con el que tendrán, menos vistoso, dentro de unas semanas.




En el campo de fútbol, por docenas.










Mucho más solitarios, siempre enramados en los arbustos, y más difícil por tanto de fotografiar, los mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), que llegan para quedarse todo el invierno.








Las tarabillas comunes (Saxicola torquata), estables todo el año, son residentes abundantes.

Y habría que añadir buenas cantidades de jilgueros, de pinzones vulgares, de lavanderas blancas, de mirlos comunes y demás aves, y, en la costa, las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), y unos cuantos cormoranes moñudos (Phalacrocórax aristotelis).