Mostrando entradas con la etiqueta San Pedro del Pinatar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta San Pedro del Pinatar. Mostrar todas las entradas

sábado, 10 de octubre de 2015

Vacaciones 2015: San Pedro del Pinatar (Ruta por el parque regional).

Lo dicho: me decidí a conocer la zona y elegí un sendero corto en recorrido pero muy ameno en cuanto a aves, aunque la gran distancia a muchas de ellas deslució en parte el paseo.







El recorrido lo podéis ver, una línea fina verde, en este mapa, rodeando las salinas hacia el norte, y después internándose en la zona de arbustos halófilos, hasta desembocar en la larga playa.















La primera parada, al Norte, con un observatorio frente a una nutrida colonia mixta de aves, entre las que más destacaban, pese a la lejanía, los flamencos comunes (Phoenicopterus roseus).









Cerca de un centenar, más abundantes que en las contiguas salinas que os describí en la entrada anterior, pero mucho más lejanos, lástima.






Acompañados de garcetas comunes (Egretta garzetta) y garzas reales.











Una gran alegría, la colonia con guardería incluida de tarros blancos (Tadorna tadorna).







Entre los flamencos, algunos zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis).
















Después, volvemos al Sur para bordear una zona muy tupida de dunas colonizadas por vegetación.











Bordeando las pequeñas zonas húmedas dispersas, aparecen colonias de gaviota patiamarilla (Larus michahellis michahellis).







Bastantes gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) y aislados y preciosos ejemplares de gaviota picofina (Chroicocephalus genei).









Muy abundante también el paso de charranes patinegros (Sterna sandvicensis).







Había charranes comunes (Sterna hirundo) reproductores.













Y charrancitos (Sternula albifrons), sospecho que tanto en paso...








...como reproductores locales.












Llegando a la playa, larguísima y de arena extremadamente fina.

Limícolas, en especial en paso los correlimos zarapitines (Calidris ferruginea). También correlimos común, andarríos chico y archibebe común.





Y bastantes chorlitejos patiengros (Charadrius alexandrinus).

















Más grandes, frente a los charranes, avocetas (Recurvirostra avosetta).









Los adultos eran fáciles de divisar, pero las crías se camuflaban muy bien.











Y de nuevo nos internamos en la espesura y decimos adiós a la playa y los estanques para volver al aparcamiento.






Sin duda, una ruta llena de alicientes. Dejo para el final la gracia de las libélulas Sympetrum fonscolombii.













Tan interesante como el paseo.









jueves, 8 de octubre de 2015

Vacaciones 2015: San Pedro del Pinatar (Salinas)

Al Norte del Mar Menor, afortunadamente lejos de aberraciones urbanísticas, aunque sorprendentemente en una zona intensamente humanizada, las Salinas de San Pedro del Pinatar albergaba a finales de julio toda una variedad de aves nidificantes, algunas de ellas nunca las había visto tan de cerca, teniendo en cuenta que entre ellas y yo había una carretera transitada, la sensación era extraña.







En esta entrada describo lo que vi desde la carretera que bordea las grandes salinas.
En la próxima entrada, describo la senda marcada en azul en el mapa.









Varias decenas de flamencos comunes (Phoenicopterus roseus) llamaban poderosísimamente la atención, éramos varios los coches parados en la cuneta para admirar la belleza cromática de estas aves.









Cruzaban de una salina a otra ajenas al ajetreo humano.













Aunque algún flamenco ya sabe lo que es estar en contacto con un humano, como este anillado en Andalucía.














Un espectáculo para la vista.













Con el mismo morfotipo general, pero muy diferentes al detalle, las cigüeñuelas (Himantopus himantopus) también prosperan en estas aguas salobres.








Acompañadas de chorlitejos patinegros (Charadrius alexandrinus) y chicos (Charadrius dubius), estos últimos en menor cantidad y más lejanos.










Un poco chifladas defendiendo sus nidos, las verjas que cercaban las salinas defendían eficazmente sus posiciones, y permitían a la vez una cercanía inusitada al observador.






Más pausadas, menos zancudas e igualmente coloniales en estas salinas, las avocetas (Recurvirostra avosetta) parecían menos agobiadas con la crianza.









Nunca las había visto apenas a un par de decenas de metros de distancia y pude estar un buen rato disfrutando casi a ojo desnudo.
















Lo de que buenas vallas hacen buenos vecinos aquí funciona de maravilla.











Termino con otra colonia, la de los charrancitos (Sternula albifrons), igualmente muy abundantes aquí.











Una vez aparcado el coche, comencé a caminar por una interesante ruta que une la playa con las salinas, y que me mostró mayor variedad (aunque más lejana) de avifauna, lo dejo para una próxima entrada.