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domingo, 10 de mayo de 2020

Resumen invernal de la playa de San Lorenzo

Al igual que en el Parque Isabel, pobre pobre la representación de los invernantes de la playa de San Lorenzo. Clima benigno, pocos temporales, y mucha gente por las playas. Otro año flojo. Incluso las gaviotas fueron escasas, con cifras flojas de reidoras y cabecinegras, sombrías prácticamente testimoniales, ni una gaviota de Delaware, ninguna blanca...un desastre.

Si hubo algunas gaviotas argenteas (Larus argentatus), como esta anillada en el NO de Francia. Por extraño que parezca viendo el plumaje, es uno de esos casos de 2o inverno muy retrasados.









De la misma edad parece esta otra argéntea aunque con mucho más desarrollo de la muda.










Escasísimas las gaviotas canas (Larus canus) este invierno.











Este charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis) posiblemente fuese más un paso temprano prenupcial que un invernante, pero aquí lo dejo.










Unos cuantos cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis)...











...y una media docena de correlimos oscuros (Calidris maritima) que aguantaron hasta el final del invierno.

Y poco más pude ver curioso, cada invierno menos sorpresas, por desgracia.

martes, 7 de abril de 2020

Resumen otoñal de San Lorenzo y el Rinconín: Flojo flojo

Este pasado otoño fue muy flojo en la playa de San Lorenzo y el Rinconín de Gijón: poco que ver y en pequeñas cantidades.












Quizás lo más interesante, el número de correlimos oscuros (Calidris maritima), hubo días al final del otoño que llegué a contar 8 ejemplares.













Tampoco fue un gran otoño para los vuelvepiedras (Arenaria interpres), este fue el bando más grande que pude ver, no llegando a los 100 ejemplares, mezclados con correlimos oscuros.






Paso aparte, del que ya nos ocupamos en otras entradas, pocos limícolas invernantes, como este chorlito gris (Pluvialis squatarola).












No es frecuente ver ostreros (Haematopus ostralegus) en Gijón, así que se agradece su presencia.











Fue un otoño muy gris y lluvioso, no frío, lo que explica condiciones para nada óptimas, ni para los invernantes, ni para los que los observamos.







De gaviotas, un desastre: poquísimas gaviotas sombrías, y muy tardías las gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus).









Casi desaparecidas también las gaviotas canas. El único detalle curioso, la abundancia de gaviones atlánticos (Larus marinus), casi diarios. Adultos...










...inmaduros...













...y hasta parejas. No es una gaviota demasiado abundante normalmente.










No fue un otoño propicio para leer anillas, así que a veces aprovechamos para fotografiar el paisaje del amanecer, que entre tormenta y tormenta daba mucho color.










De otros bichos, hubo algún avistamiento de charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis).












Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), cada año más cerca, saben que aquí no hay peligro.











Ya son pocos los lugares en Asturias en los que pueden invernar seguros.












Finalmente, otro invernante habitual en la costa gijonesa, el martín pescador (Alcedo atthis), presente en cuanto empieza el frío.












En resumen, otro otoño de desastre en Gijón, donde cuesta creer lo mucho que ha bajado la biodiversidad en los últimos años.

domingo, 5 de enero de 2020

Disfrutando del paso de aves marinas por la Vaca

Otro otoño más pudimos disfrutar del paso postnupcial desde la punta La Vaca.










Aunque no tuve mucho tiempo ni fui tantos días como hubiese deseado, tuve la suerte de acudir en ocasiones en las que el Cantábrico me obsequió con el paso de miles de aves.








Sin duda, los más abundantes y los que más me llamaron la atención fueron los alcatraces atlánticos (Morus bassanus), con picos de casi 3.000 aves a la hora, lo que resultaba en una casi por segundo, un auténtico momento de locura para cualquier amante de las aves marinas.






Además del paso en sí, también tuve la grandísima suerte de disfrutar de la presencia de un par de bancos de peces que atrajeron la atención, respectivamente, de los alcatraces, como podéis ver en este vídeo. Centenares de aves calando desde las alturas como misiles, un grandioso acontecimiento.









Otro día, el bando, aunque más pequeño, constaba de decenas de alcatraces, pardelas sombrías (Ardenna grisea), pardelas baleares (Puffinus mauretanicus), pardelas capirotadas (Ardenna gravis) y pardelas pichonetas (Puffinus puffinus). Otro gran momento (menos para las pobres sardinas...)










Otras aves abundantes, los negrones comunes (Melanitta nigra), aunque pasan tan rápido que casi ni los captas y ya se fueron.












Los págalos pomarinos (Stercorarius pomarinus) también pasaron abundantes, tanto en parejas...









...como en pequeños grupos. Sus parientes parásitos no se dejaron fotografiar esta vez.









Los págalos grandes (Stercorarius skua), en solitario y lejanos.












De pardelas, vi cenicientas en pequeño número,   y algunas pichonetas en días señalados.










Aunque como siempre lo más frecuente fue ver pardelas baleares...











...y sombrías, que cuando se sedimentan lo hacen en balsas realmente grandes.





Algunos charranes, como el patinegro (Thalasseus sandvicensis) en números moderados.












Y como no podía ser de otro modo, decenas de gaviotas sombrías (Larus fuscus) buscando sus lugares de invernada.










Una gran época para estar a pie de cabos y salientes frente al Cantábrico. Dejo alguna foto más, el año que viene espero estar en la Vaca de nuevo.

























miércoles, 31 de julio de 2019

Resumen del (espectacular) paso prenupcial 2019 por Zeluán.

La ría de Avilés esta primavera se llenó como hacía tiempo que no sucedía.








Tuvimos un poco de todo, os pongo un resumen, empezando por las rapaces, por ejemplo esta hembra juvenil (probablemente) de aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus).










Estuvo un par de días, alimentándose por lo que vimos de carroña y peces arribados por la marea.







Por la tranquilidad de las abundantes limícolas a su alrededor, no parecía un peligro real.









Más peligrosos parecían por sus insistencia, y por asistir en directo a alguna captura, el halcón peregrino, que no pude inmortalizar, y el milano negro (Milvus migrans), del que vi hasta 3 ejemplares simultaneamente.









Vimos también unas cuantas espátulas (Platalea leucorodia) aisladas.







Asimismo, paso discreto pero continuo de garzas reales y garcetas comunes (Egretta garzetta).







De limícolas, según los días, pero en los momentos álgidos, entre varios cientos y unos pocos miles, lo cual está muy bien. El ostrero (Haematopus ostralegus), individualmente o como mucho por parejas.








La cigüeñuela (Himantopus himantopus) no es nada frecuente por aquí, así que aunque lejana, la disfrutamos mucho los presentes.








De chorlitos grises (Pluvialis squatarola), un buen montón cada día.












Alternando los ejemplares, como suele suceder, entre libreas en transición y otras ya plenamente de cría.












Los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) fueron los grandes protagonistas, con concentraciones de hasta 800 ejemplares el mismo día.







Aunque en esa ocasión la marea estaba muy baja y no era sencillo verlos.









Hubo paso pequeño de chorlitejos chicos (Charadrius dubius), siempre muy minoritario respecto a sus primos los grandes.












Muy mezclados siempre.











Del chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), como es habitual, ejemplares sueltos en muy pequeña cuantía.






De scolopacidae, buenos números también, con bandos de un par de docenas de ejemplares de Agujas colipintas (Limosa lapponica).











Los machos siempre espectaculares.












No suelen verse muchos ejemplares de archibebe claro (Tringa nebularia) en el paso prenupcial por la ría de Avilés, y así sucedió este año de nuevo.










Al contrario, sus parientes los archibebes comunes (Tringa totanus) fueron muy abundantes y activos.








Otro de los símbolos de prenupcial, el zarapito trinador (Numenius phaeopus), no faltó a la cita.











En ocasiones monopolizaban el pedrero de la Llera...












...otras veces se mezclaban, como por ejemplo con este vuelvepiedras (Arenaria interpres), que en plumaje nupcial llamaba mucho la atención.











De correlimos comunes (Calidris alpina), el habitual más frecuente del prenupcial, este año otra vez flojo, ya van unos cuantos.







Aunque siguen formando buenos bandos, nada que ver con la abundancia de otras temporadas.







Los correlimos tridáctilos (Calidris alba), dependiendo del día aparecían en mayor o menor medida. Del correlimos zarapitín, aunque se vio algún ejemplar, yo no tuve el placer de verlos en Zeluán, sí en Peñes, este prenupcial.









Si fueron notorios y bastante abundantes los más grandes de este grupo, los correlimos gordos (Calidris canutus).











De gaviotas, dependió mucho del viento que soplase, hubo días excepcionales con centenares de gaviotas sombrías (Larus fuscus), fundamentalmente, sedimentadas por el mal viento para su paso. Aunque las más abundantes fueron las locales gaviotas patiamarillas (Larus michahellis).



De gaviotas pequeñas, muy abundantes las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) acompañadas con frecuencia por ejemplares de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus).








Y finalizo con los charranes patinegros (Thalasseus sandvicensis), del que pude disfrutar de un bando de una docena en un día especialmente ventoso que los obligó a parar en la ría.