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jueves, 24 de diciembre de 2015

Demasiado grande incluso para el cormorán grande

Los que llevamos observando cormoranes unos añitos sabemos la facilidad con la que se tragan pescados aparentemente imposibles de deglutir.












Pero cuando vi en el río Piles a este cormorán grande (Phalacrocorax carbo) sacar del agua a esta enorme pieza de pez plano, di por hecho que era del todo punto imposible.










Pero no. Se lo pensó un poco, y...














 ¡para dentro!













Primer intento nulo, aquí ya di por hecho que se arrepentiría...











...y por si acaso, una gaviota sombría (Larus fuscus) también con aspecto famélico, le echó el ojo a la escena.









Segundo intento, realmente agónico.













Tardó un buen instante en preparar al pez para entrar directamente a la garganta.









Pero era imposible de todas todas.













Físicamente imposible, pero no lo soltaba.













Otra vez al suelo, y la gaviota empezaba a ver posibilidades reales.











Un último intento, pura cabezonería.














Mucha hambre, y mala herramienta, un pico experto en pescar pero poco útil para trocear o arrancar pedazos, a la inversa que la gaviota. No me quedé para seguir viendo el desarrollo de la historia, pero más tarde o más temprano (y sin que sirva de precedente), la gaviota desayunaría (mientras le dejasen sus compañeras, que ya la rondaban), y el cormorán grande se daría cuenta que hasta ellos tienen un límite, que ya es decir.















martes, 8 de enero de 2013

Peces en aguas peligrosas

En el río Piles de Gijón pueden observarse muchos peces, la mayoría mugílidos, que siempre llaman la atención a los paseantes de sus orillas por su tamaño y abundancia.
Éstas son aguas peligrosas para ellos, por varias razones. Por una parte, aunque mejorando, la contaminación del Piles sigue ahí, no tanto en el agua como en sus sedimentos, y es precisamente de estos sedimentos de lo que en gran parte comen o buscan su alimento los 2 protagonistas de hoy.
Además, la fauna alada consume ávidamente pescado, ya sea en forma de alevines, por martines pescadores, gaviotas y y garcetas, o en forma de adultos, a veces muy grandes, por parte de garzas y cormoranes.
Además, se pescan, y esto sí que necesita una explicación, por parte de los humanos.
Aunque pueda parecer extraño, los muíles tienen un sabor excelente, y son muy apreciados por los pescadores deportivos, por lo complicado que es sacarlos, pues pican a cebo de pan, con boya transparente, y son tan listos que se necesita pericia para engañarlos.
En otras zonas menos contaminadas de Asturias se pescaban con deleite, en Gijón, con mucha inteligencia, se evitaban, por cuestiones sanitarias, pero por desgracia, determinados colectivos de inmigrantes, acostumbrados a consumirlos en sus países de origen, no les hacen asco, y prefieren no pensar en metales pesados o salmonelas, y llenar el estómago. Una tristeza, que aún haya hambre suficiente como para llegar a la desesperación.

Bueno, yo también pesco en aguas peligrosas, porque los peces, taxonómicamente hablando, no son lo mío, me aventuro a decir que 2 peces me encontré hace unos días por el Piles, si meto la pata, me avisais.
Este debería ser una lisa dorada (Liza aurata), un ejemplar de buen porte, y prácticamente en la orilla.







Y este otro, que estaba fresquito pero fiambre, creo que es una platija (Pleronectes platessa).
A los pocos minutos, un buen bando de gaviotas sombrías se lo disputaba.

Ambos peces tienen la costumbre de entrar y salir de las rías asturianas y subir bastante el cauce de los ríos, bajando luego al mar en un peregrinar diario.