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Sirva de ejemplo esta pareja de sofías (Issoria lathonia).
Las manchas nacaradas del dorso destellaban al Sol.

De la misma familia, la ortiguera (Aglais urticae), fuego puro.

Otra pareja a lo suyo, la erebia cantábrica (Erebia pallari).
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Un dorso bien llamativo.
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Aunque desde luego para llamativos los azules y violetas de la niña coridón (Polyomatus coridon).
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Las había por decenas aprovechando los minerales de las escorrentías.
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Una mariposa tan pequeña como llamativa.
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No menos lo era la morena serrana (Aricia montensis), de color totalmente inclasificable.

Finalizamos con una familia más discreta, pieridae, como la mariposa de la col (Pieris brassicae).

Aunque la colias común (Colias corocea), es muy llamativa con ese amarillo limón.