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domingo, 2 de febrero de 2020

Con MAVEA a las Villuercas (I): Parada en Villafáfila.

Nos fuimos varios miembros de MAVEA a pasar unos días por las Villuercas, en Extremadura, mereció la pena.
Lo primero que hicimos fue, de camino, hacer una parada corta (no más de 1/2 hora) en Villafáfila.








Aunque fue muy poco tiempo, sirvió para ver a un par de grupos de avutardas (Otis tarda).












Muy lejanas y tímidas, como siempre, incluso con la p900 se resentían las imágenes por la gran distancia a la que las observábamos.










Con todo, especialmente con los grandes machos, sentías su poderío a distancia.









No teníamos mucho tiempo, así que nos desplazamos a seguir intentando ver aves acuáticas.










En las lagunas, que no tenían mucha agua, vimos centenares de anátidas, pero muy muy lejos.













Fundamentalmente, ánades azulones (Anas platyrynchos), frisos (Anas strepera), silbones (Anas penelope), algún porrón europeo (Aythya ferina), algo más de una docena de tarros blancos (Tadorna tadorna), cercetas comunes (Anas crecca), y no llegaría al centenar de ánsares comunes (Anser anser), pero todo tan lejos que poco lo disfrutamos.







Más lejanas todavía, las decenas de avefrías (Vanellus vanellus)...












...algún chorlito gris (Pluvialis squatarola)...














...y un par de grullas (Grus grus) despistadas.














Dejamos Villafáfila, y seguimos rumbo a Extremadura.

viernes, 28 de diciembre de 2018

Ánsares careto y común, tarro blanco, aguilucho lagunero...buscando caminos por Cabu Peñes

Tuve un encuentro no buscado en Cabu Peñes con un trío de lo más heterogéneo compuesto por un ánsar careto (Anser albifrons), un ánsar común (Anser anser), y un tarro blanco (Tadorna tadorna). De derecha a izquierda en la foto.





La verdad es que salí desde el faro de Cabu Peñes al amanecer, con el paisaje en mente, buscando la manera de bajar a las playas en su base, no fue fácil.

















De camino me encontré a un macho de aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus) en la penumbra, con un silencio sepulcral, los pájaros supongo que muertos de miedo y pegados al suelo.








La salida del sol me permitió observar el Cabo Negro en la cercanía con buena luz.










En los rastrojos, centenares de pájaros apurando los restos y a los insectos que también se los comen. La tarabilla común (Saxicola rubicola) entre los más activos y madrugadores.










Un bando de chorlitos dorados (Pluvialis apricaria), sin decidirse a aterrizar.












Parece mentira poder ver el Aramo, y todavía más lejos, al fondo, el Macizo de Peña Ubiña, en la divisoria con León, desde la tierra más septentrional de Asturias.

El maíz no recogido tenía un aspecto fantasmagórico pero muy fotogénico.















Y de camino a la bajada a los acantilados, me tropecé con la fugaz visión aérea de los 3 gansos, espantados por un fotógrafo.









Hubiese preferido no verlos en estas circunstancias, levantados una y otra vez para que alguien pueda  obtener una foto cada vez más cercana y molesta. No tiene sentido.




Y sí, al final llegué a mi objetivo, con mucho cuidado pude ir bajando a los confines de Peñes y bajar hasta la playa, primero vi el sector de la Centollera...













...y después a la misma base del Cabu Peñes, La Cubil. Premonitoriamente evité bajar la última gran laja hasta la arena ya que estaba lloviendo y estaba mojado. De haberme atrevido, hubiese adelantado un par de semanas la futura fractura de mis costillas. Para estas cosas, mejor después que antes.



viernes, 16 de diciembre de 2011

Embalse de San Andrés: encuentros y desencuentros

El 8 de diciembre estuve por la mañana en el Embalse de San Andrés, durante un par de horas, papando frío.
Salí de allí con un sensación agridulce.
Por una parte, como pasa en Zeluán, siempre que voy, me encuentro un montón de especies, siempre interesantes.
Pero, a diferencia de Zeluán, ocurren 2 cosas que siempre hacen que acabe cabreado:
.Una.-Las molestias, de pescadores casi todo el año y de cazadores durante el invierno. llevaba meses sin ir por no aguantar las miradas desafiantes y maleducadas (por no decir aldeanas) de ciertos pescadores que creen que sobras allí, que creen que estás invadiendo "su" espacio. Y no me extraña, porque aquello, que podría ser un espacio natural de altos vuelos, y un lugar de esparcimiento como pocos en Asturias, últimamente es una tristeza, sucia y destartalada, llena de aves pero vacía de contenido.
Y en época de caza, aunque en teoría es una ZEPA, y no debería entrar nadie armado por allí, las cuadrillas se acercan tanto por los alrededores, que cuando se ponen a disparar, como sucedió este día, no se queda en el agua ni un solo bicho. Sé que ¡será perfectamente legal, pero es muy molesto que aunque físicamente los cazadores no estén allí, sus balas silben al lado mismo de donde tú estás.
Y, evidentemente, no favorece mucho, ni a los pájaros, ni a quien viene a observarlos tranquilamente, la falta de tranquilidad que sería necesaria.
.Dos.-No hay, actualmente, ningún observatorio digno de ese nombre en este espacio natural, lo que obliga a observar a las aves a muchos centenares de metros. Aunque con un telescopio muy potente se pueden hacer buenas observaciones, es muy incómodo, ya que todo se ve ínfimo, te mareas, las fotos son una tortura de malas, y además, en cuanto refleja el Sol, como fue el caso, todo brilla en contra tuya, y dejas de poder ver nada.

En resumen: muchas aves, variadas y en cantidad, pero nula tranquilidad, y no hay un sitio bueno desde el que observarlas, y todo esto hace que poca gente se acerque, y los que lo hacemos, salgamos cabreados de allí.
Creo que habrá a quien esto le salga muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy rentable e interesante,a sí que invito, no obstante, a que vengáis a observar aves por aquí, antes que alguien diga que no le interesa a nadie, y acaben por destruirlo del todo, o más triste aún, que se nos olvide para siempre.

Dicho esto, y advirtiendo de la nula calidad de fotos hechas a más de 500 metros de distancia, un breve resumen de lo observado, que no fotografiado, porque muchas especies se quedaron sin testimonio gr´fico, ya sea por no ser buena la foto, o por ser incapaz de enfocarla con tanto despegue involuntario.

Había en el embalse una mezcla anárquica de aves acuáticas, algunas muy frecuentes, otras no tanto, iban saliendo y entrando de los arbustos de la cola poco a poco, pero en cuanto los tenía localizados, iban los cazadores y los levantaban, así que fue un poco agobiante hacer un seguimiento eficaz.

Lo más abundante, las anátidas, muy representadas, y lo 1º que vi, por su tamaño, 2 ánsares comunes (Anser anser), el único que aguantó las molestias de los 2 fue este.










Bandadas de porrones cruzaban el cielo de un lado a  otro, dominando los europeos (Aythya ferina), conté 62 en total. Había 2 moñudos (Aythya fuligula), sin foto.





Los más abundantes y despreocupados, como siempre, los ánades azulones (Anas platyrynchos).




Pero había variedad de ánades: 6 frisos (Anas strepera), y al menos 4 silbones europeos (Anas penelope), de los que son una muestra estos de la foto.



Cercetas comunes (Anas crecca), una docenita, en varios grupos, ya veis que salen en varias fotos.

En otro grupo estaban con 2 preciosas hembras de cerceta carretona (Anas querquedula), a las que pude identificar bien al alzar el vuelo (sin foto).





Los cucharas europeos (Anas clypeata), representados por una sola pareja, aquí un macho con una cerceta común.

Entre los zampullines, 2 especies: este cuellinegro (Podiceps nigricollis). Había 3.















Y una decena de comunes (Tachybaptus ruficollis).



De otras especies, media docena de garzas reales (Ardea cinerea). Había otras tantas garcetas comunes (Egretta garzetta), quedaron sin fotografiar.








Un solitario cormorán grande (Phalacrocorax carbo).












Y no menos de 30 fochas comunes (Fulica atra), habituales en invierno.



¿Gaviotas? Un desastre total, el broche de oro al sentimiento agridulce: no menos de 2.000 gaviotas, lejanas, con el Sol en contra, no veía nada, las fotos de pena, empecé a ver fantasmas por todas partes, porque a contraluz uno no ve más que cosas que flotan y no hay condiciones, así que me retiré vencido por las malas vibraciones. otra vez será...espero que se me pase pronto el desenamoramiento...