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viernes, 8 de junio de 2018

Censando por la Providencia

El tramo entre la playa gijonesa de Serín y el parque de La Providencia, que censo cada año en primavera, estaba a finales de mayo lleno de pequeñas aves muy interesantes a pesar de ser muy comunes. Además de las thunbergi que traje en la última entrada, pude ver algo más valioso como es ver que ya había varias especies sacando pollos volanderos, como estos pequeñines de tarabilla común (Saxicola rubicola).











Como es habitual, la familia (aquí el papá) estaba muy cerca, y formarán simpáticos grupos familiares durante todo el verano.











Otros que crían en los matorrales (en un lugar donde estaba previsto crear una zona húmeda) son los carboneros comunes (Parus major). Casi igual de cucos eran los 4 pollos que andaban por allí la mar de curiosos.










Los hermanitos todavía tenían plumón en el plumaje.













Los zarceros comunes (Hippolais polyglotta) cantando a todo volumen su loca sinfonía, ya llevan una década justo en el mismo metro cuadrado.










Otros que no paran de criar año tras año, son los mirlos comunes (Turdus merula).








Los pardillos comunes (Carduelis canabina) este año abundan en la zona, en grupos de más de una docena buscando semillas en los bordes de los caminos.










Es curioso que en este parque seleccionen las zonas recién segadas, supongo que les facilita la labor alimenticia.










Del mismo género y parecidos gustos culinarios, los jilgueros (Carduelis carduelis), muy abundantes también, menos accesibles y terrestres.









Otro fringílido residente (aunque no en invierno), el verdecillo (Serinus serinus).











La tórtola turca (Streptopelis decaocto), en los mismos cables cada año...











...los mismos cables que usan las golondrinas comunes (Hirundo rustica), descansando tras llegar en directo en grandes bandos desde el mar, buscando insectos en el aire.











Una delicia cada primavera este parque, que yo conocí siendo un polígono de tiro del ejército español, desde luego de terreno militar a parque suburbano, ha mejorado espectacularmente. La curruca capirotada (Sylvia atricapilla) y yo lo preferimos así.


lunes, 12 de marzo de 2018

Andando por Santoña: Charadridae.

Termino esta serie de nuestra excursión de MAVEA por Santoña con algunos limícolas que pudimos ver, empezando por el que no pude encontrar: el famoso zarapito trinador "hudsonicus". Nos desplazamos a Cicero, y allí vimos este ejemplar que pegaba mucho con la descripción, pero al levantar el vuelo vimos que era un zarapito trinador (Numenius phaeopus) corriente.






Cierto es que tenía un algo diferente a los otros trinadores de la zona, como este otro, pero ese obispillo "tan corriente" nos dejó planchados.











También vimos un buen montón de zarapitos reales (Numenius arquata), uno de ellos anillado en nuestro país.













Varias decenas de chorlitos grises (Pluvialis squatarola), la mayoría los vimos en bandos en vuelo por la bahía, pero alguno de posó.













Agujas colinegras (Limosa limosa), muchas decenas, y algunas colipintas sueltas también.










Chorlitejos grandes, correlimos comunes (Calidris alpina)...bastante abundantes a nivel de decenas.







Ostreros (Haematopus ostralegus), vimos ejemplares sueltos, pero muy alejado su número del de otros años.










De gaviotas, un par de posibles argenteas (Larus argentatus).














A este ejemplar lo identifiqué erróneamente en el campo como cáspica, pero la cabeza no cuadra.













De gaviones atlánticos (Larus marinus), no menos de una docena.











Fue incesante el paso de charranes patinegros (Sterna sandvicensis) de un extremo a otro de la bahía.





Finalizo con algo que no tiene que ver, pero que nos hizo gracia: un buen bando de gorriones molineros (Passer montanus), que por la rareza últimamente de este gorrión en la Cornisa Cantábrica, no nos esperábamos.









Iban acompañados de un buen número de jilgueros, y de un verdecillo (Serinus serinus).

domingo, 20 de noviembre de 2016

Bisbitas en la niebla

Acabé en el observatorio de Salías, en Castropol, uno de esos numerosos días de niebla del último mes, y aunque no pude ver a las aves de la ría, sí pude ver a los numerosos pájaros que llegaban cansados a la orilla a mi lado.















Los más numerosos, y los que más abatidos parecían, eran los bisbitas pratenses (Anthus pratensis), tan cansados llegaban que se ponían a escasos metros a descansar.













Descansaban unos minutos, e, inmediatamente, a comer lo primero que encontraban.













Iban llegando de uno en uno para después organizar pequeños grupos.














También apareció un par de verdecillos (Serinus serinus), en principio pensé que eran lúganos, pero no.













Estos sí que comían mucho y rápido, parece mentira con ese pico tan mínimo.












Os pongo un pequeño vídeo de tan frenética actividad.














Desde luego recargaron lo suyo en los minutos que me acompañaron.















La pareja local de colirrojo tizón (Phoenicuros ochruros), prefería picar algo por el pedrero.









Varias cornejas negras (Corvus corone) encontraron enseguida qué comer también entre los charcos de la marea.




Los que luego dicen que las zonas húmedas son ciénagas sin vida, a mí me da la risa como a la corneja.











Y nada, no despejó la niebla, había muchas acuáticas a lo lejos, entre ellas espátulas (Platalea leucorodia), pero poco se pudieron disfrutar.



domingo, 29 de mayo de 2016

Censando el SACRE por la Senda Costera de Gijón y por la Providencia.

Un sitio muy bueno para ver pájaros es la estación de censo en la Senda costera de Gijón, un poco antes del aparcamiento de la playa de Serín. Aunque este año me faltó (desconozco la razón) el zarcero políglota que me recibía, parlanchín, cada año por mayo, tuve suerte con el resto de los invitados. Por el parque de la Providencia, por el contrario, flojo este año, con falta de algunas especies muy comunes aquí, como lavandera boyera, alondra común o acentor común. Pero bueno, para eso se censa, si siempre estuviesen los mismos bichos no haría falta.
Os pongo algunas fotos.


Empiezo con las palomas torcaces (Columba palumbus), cada año más frecuentes y captando hábitats inusuales.














El verdecillo (Serinus serinus), también muy frecuente y desafinando en cualquier posadero disponible.

















Las urracas (Pica pica), tan abundantes como siempre en los últimos años.









Las cornejas negras (Corvus corone), también en ascenso poblacional.










Otras grandes triunfadoras, las currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala).
















Los gorriones comunes (Passer domesticus) se mantienen, que no es poco.













El mirlo común (Turdus merula), también en números altos.












El buitrón (Cisticola juncidis), como nunca este año.













De los que flojean, el más preocupante el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), que aparentemente ha perdido este año un territorio en la zona que controlo.









El acentor común (Prunella modularis), flojucho también.













El colirrojo tizón (Phoenichurus ochruros), poco a poco a menos.









Del pardillo común (Carduelis cannabina), tampoco se ven los grandes bandos de hace unos años, aunque no es escaso.











Finalizo con el humilde petirrojo (Erithacus rubecula), ni fu ni fa.












Más o menos como la tarabilla común (Saxicola rubicola), sin grandes avances poblacionales y sacando pollos adelante.