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martes, 29 de diciembre de 2020

Algunas citas de otoño por Bañugues

 Los otoños por Bañugues suelen ser bastante entretenidas, aunque mi impresión es que la época dorada del paso postnupcial, con cientos de limícolas, ya pasó a mejor vida. Lástima.







Que yo haya visto, hubo algún grupete majo de agujas colipintas (Limosa lapponica).

Pude ver un único ejemplar de chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus).






Mucho más abundantes los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).

Algún ejemplar aislado de correlimos gordo (Calidris canutus).







Con bastantes más correlimos comunes (Calidris alpina), detrás de nuestro gordo en la foto.

No faltaron los correlimos tridáctilos (Calidris alba).












Tampoco dejaron de acudir a su cita anual los vuelvepiedras (Arenaria interpres).
Los martines pescadores (Alcedo atthis) acuden siempre a pasar el invierno.















Las collalbas grises (Oenanthe oenanthe) de paso otoñal camino de África.
Mismo afán migrador el de la mariposa atalanta (Vanessa atalanta).














En general, me dio la impresión de ser un paso otoñal pobre, en fin, el invierno está entrando fuerte y lo estamos pasando pipa los amantes de los temporales, como aperitivo, a principios de diciembre cayó una posible gaviota híbrida de gavión atlántico x gaviota argéntea (Larus hyperboreus x argenteus).

lunes, 5 de octubre de 2020

Buen paso postnupcial por Cabu Peñes

 Fui testigo de un excelente paso postnupcial en el mes de septiembre, con un montón de paseriformes y buenas caídas de aves, sedimentándose entre los maizales y los rastrojos. Quizás haya sido suerte de estar en los días más interesantes, pero la sensación fue muy positiva. Nunca había visto el paso del búho campestre (Asio flammeus) a este cabo desde el mar, como sí vi varias veces en la Campa Torres, y fue gracia a las urracas que lo molestaban que lo pude ver.











Mucho más abundantes fueron los pequeños pájaros migradores, sin duda el más abundante de los insectívoros fue el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), con picos de casi 100 en unas horas de paso, localizándolo casi en cada arbusto.









Pasos tan espectaculares como este hacen afición.











Su primo el papamoscas gris (Muscicapa striata), sin ser tan ubicuo, estaba bien representado también.














De colirrojos reales (Phoenicurus phoenicurus), buenos números también, muchas hembras...











...y algún curioso macho de primer invierno.








De insectívoros, muy abundante también el mosquitero musical (Phylloscopus trochilus), viéndose algunos mosquiteros comunes madrugadores también. Lo que no se vieron demasiadas fueron currucas zarceras.








Cuando hay una buena caída de este mosquitero, todo promontorio es buena percha.









Se vieron muchas tarabillas norteñas (Saxicola rubetra), sobre todo en la cima de los maizales.









No olvidemos a los cistícolas buitrones (Cisticola juncidis), abundante pájaro que es muy abundante en paso, uniéndose en unos días los sedentarios, los del paso y los refuerzos invernantes. Un festival, vamos.








Por supuesto, no faltaron las collalbas grises (Oenanthe oenanthe).









Con tanta comida en el campo, momento de bonanza para las aves locales, como la tarabilla común (Saxicola rubicola).









Muchos fringílidos, como el verderón común (Chloris chloris), a la búsqueda del festín otoñal de la cosecha y sus semillas.











Los primeros y de plumaje lustroso y nuevo bisbitas pratenses (Anthus pratensis).











Y los guardianes del brezal, los acentores comunes (Prunella modularis).











Al alimento fácil las bandadas de gorriones comunes (Passer domesticus)...








...los estorninos negros (Sturnus unicolor)...



















...las palomas torcaces (Columba palumbus), aquí en compañía teóricamente (aunque sospecho que no tanto como parece) peligrosa del busardo ratonero (Buteo buteo)...











...y los siempre despistados faisanes vulgares (Phasianus colchicus).














Siempre atentos y tranquilos, los cernícalos vulgares (Falco tinnunculus).



















Muy diferentes a los perennemente en movimiento, y nerviosos, chorlitos dorados europeos (Pluvialis apricaria), también en paso en pequeños grupinos.














En resumen, un buen paso y una buena oportunidad para hacerle una nueva visita al Cabu Peñes.

martes, 1 de septiembre de 2020

Por la Sobia con MAVEA

 Fuimos los Maveos a explorar la Peña Sobia, teniendo de base el pueblo quirosano de Villamarcel, lo pasamos muy bien y vimos grandes paisajes, en especial la balconada que desde la Vega de Cueva se divisa hacia el Macizo de Ubiña.


Posteriormente nos orientaríamos hacia Peña Saleras, la cual coronaríamos.

De bichería, no tanta como esperábamos, pero algunas especies interesantes, por ejemplo bastantes collalbas grises (Oenanthe oenanthe libanotica).














También un buen montón de zorzales charlos (Turdus viscivorus) comiendo el buen montón de frutos que había en las espineras.














También algunos bandos de chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax).













De insectos, no mucha variedad tampoco, pero con una gran abundancia. por ejemplo, la licena niña coridon (Lysandra coridon) como siempre libando sales en lo peor: excrementos, esqueletos y barro. No cuadra la belleza de esta mariposa con su entorno, pero es lo que hay.














Menos número, la guapa mariposa ortiguera (Aglais urticae).














Muy frecuente también la loba (Maniola jurtina).














Una polilla interesante, la Setina flavicans.














Multitud de abejorros de varias especies, no son mi fuerte pero podrían ser Bombus pratorum...














...o el Bombus lucorum.













Un roedor muy interesante, al que vimos en vivo, despistándonos entre las rocas calizas, y este, seguramente atacado por algún depredador, lo pudimos identificar bien, es el neverón (Chyonomis nivalis).














Un bicho bien interesante y muy bien adaptado al frío.

















Una excursión bien aprovechada. El Aramo bien cerca enfrente.


domingo, 24 de noviembre de 2019

Una explosión musical

O algo así fue lo que vimos Manolo, Roberto y yo a finales de agosto, con una bolsa enorme de mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus) moviéndose en un espacio muy reducido.















La bolsa era muy difícil de calcular en número de efectivos, pero teniendo en cuenta que solo en este sauce calculamos un 150 ejemplares, el total de lo que iba entrando desde el mar, sedimentándose y moviéndose, podría estar por unos 400 mosquiteros.









No es que sea algo inhabitual, pero hay que estar allí para verlo y tuvimos la suerte.













La presencia y conservación de estos setos vivos entre grandes fincas agropecuarias demuestra aquí su gran utilidad para el descanso y avituallamiento de los insectívoros.










Además de mosquiteros musicales, que se mueven por millones desde el norte de Europa hacia África, y es natural que abunden, pudimos ver más migrantes transaharianos, como un cuco (Cuculus canorus), aparentemente leucístico.









Varias collalbas grises (Oenanthe oenanthe), posiblemente de la raza leucorrhoa.














Y un juvenil de alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), por desgracia cada vez menos frecuentes.