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lunes, 16 de diciembre de 2013

Siguen las estrellas del Parque Isabel (y III): Cerceta carretona.

Al contrario que el ánsar piquicorto, la cerceta carretona (Anas querquedula) hembra que lleva unos meses en el parque Isabel de Gijón siempre ha estado muy integrada con los demás patos, y normalmente está en compañía de algún ánade azulón (Anas platyrynchos).







Esto nos permite distinguirla de un vistazo, ya que la diferencia de volumen es muy evidente en compañía de los patos mayores, pero cuando está en solitario, como aquí, se pierden la perspectiva y a la carretona.







Siguen además la bandada de cucharas europeos (Anas clypeata) y había algún porrón moñudo hembra (Aythya fuligula), poca cosa para lo normal con la llegada del frío.












Por ahora parece que también los porrones siguen los caminos de las otras anátidas y se muestran muy confiadas en el recinto del parque, antes era muy muy raro que abandonasen el agua.





De porrones europeos (Aythya ferina), igualmente pobre, tengo que pasarme para actualizar datos, pero el fin de semana pasado no llegaban a media docena.

viernes, 15 de noviembre de 2013

La carretona

Como no sigo demasiado los foros de rarezas, no me enteré hasta muy tarde de la presencia de una cerceta carretona (Anas querquedula) en el Parque Isabel.


















Supongo también que al no saber nada me prestó por la vida, ya que no es en absoluto habitual que esta especie se vea en invierno en Asturias.












Es más, es rara en toda Europa, ya que fuera de la época reproductora se marchan a África a pasar el frío.










Sí que se ven, en cantidades modestas, en el paso de primavera, casi siempre por unos pocos días, a veces unas horas antes de seguir viaje al Norte.









Vistas las fotos aisladas, puede parecerse someramente a las hembras de otras especies de anátidas, igualmente poco destacable su plumaje. Pero es al ponerse al lado, de por ejemplo, una azulona, cuando vemos su escaso tamaño, que llama inmediatamente la atención.











Una patita muy guapa, que, para más deleite personal, posó con toda naturalidad para las cámaras que allí estábamos, como si hubiese nacido aquí, así da gusto.

viernes, 23 de marzo de 2012

...y las cercetas carretonas ( + artistas invitados).

Pues eso, hay una pequeña invasión por todo el Norte peninsular de cercetas carretonas (Anas querquedula), y ayer y hoy (miércoles y jueves) pude ver un total de 3 cercetas carretonas: 2 hembras + 1 macho.
Son algo más precavidas que las compañeras de charca, lo que hace que estén moviéndose cerca de la orilla con más vegetación, las fotos de este macho salen todas mal porque están sacadas con foco manual, ya que hay que enfocar a través de la pantalla vegetal y se vuelve loco el autofoco.






Aunque las había visto antes, siempre era a través del telescopio, y vistas a ojo son mucho más aparentes, el diseño del macho es elegantísimo.
Pena de fotos, que salieron fatal tirando a caca de la vaca.










La hembra es mucho más discreta, aunque tiene un espejuelo verde esmeralda, bien patente, mucho más aún cuando despega, entonces sí que destaca desde distancias increíbles.
Esta foto es muy mala, pero la pongo por 2 cosas: para que veáis el espejuelo, y para que os deis cuenta del mínimo tamaño que tiene la cerceta, apenas mayor que la gallineta común (Gallinula chloropus), de las que había unas cuantas.



Tiene un pico relativamente grandote, que en la hembra, a larga distancia, nos puede hacer pensar en una cuchara europea, pero estos cucharas nunca tienen espejuelo verde, sino azul o grisáceo.









Y para diferenciarla de una hembra de cerceta común, la carretona tiene una línea oscura ancha que parte en 2 su cabeza, y en la base del pico, una llamativa mancha blanca. Se ve bien en esta foto, ¿no?

Aquí, difuminado al fondo, uno de los bastantes ánades azulones (Anas platyrynchos) que se ven aquí casi a diario.




Es increíble que para su estancia en Gijón hayan elegido esta charca, desprotegida de los elementos, y no me refiero de los atmosféricos, sino de los gilipollas que entran en la charca a probar aparejos de pesca, o a los que tiran piedras a la laguna, o a los paseantes que meten los perros hasta atrás, o a los...hay una larga lista. Tiene bemoles, la cosa...




Además de las carretonas, fue muy agradable encontrar 4 ánades frisos (Anas strepera), que por si mismos, ya son toda una novedad en esta charca.
Fijaos en sus colores y diseño discretos, y en los espejuelos bien claros, literalmente, porque son blancos, en ambos sexos.

En la foto, detrás de las carretonas.






También había alguna focha común (Fulica atra), y me sorprendió mucho ver a un cormorán grande (Phalacrocorax carbo) juvenil, entre los moritos.










En definitiva, una colección de aves de 1er orden que no debe hacernos olvidar los peligros que se ciernen sobre este humedal, bueno, ¡qué narices!, pero ¿qué humedal en este país de pandereta (por no decir de mierda) no está en peligro?

Recordad que el domingo hay selecciones, y que cada voto es importante. Por lo que respecta a estos humedales gijoneses de "nueva construcción", hubo un partido político que reclamó y presionó durante años para que se construyesen, otro que los construyó cuando gobernó pero que lo dejó todo a medio hacer, otro partido político, que puede gobernar de aquí a una semana, querría ver (y puede que lo vea) estos humedales debajo de un montón de tierra y chalets, y el que está gobernando ahora hace todo lo que puede para que "sus" pescadores y cazadores acaben con todo lo que tiene pelo, plumas o escamas, y con una sonrisa de autosatisfacción en la boca.

A buen entendedor, pocas palabras bastan. Allá vosotros, luego no os quejéis.

¡Qué asco da todo!

viernes, 16 de diciembre de 2011

Embalse de San Andrés: encuentros y desencuentros

El 8 de diciembre estuve por la mañana en el Embalse de San Andrés, durante un par de horas, papando frío.
Salí de allí con un sensación agridulce.
Por una parte, como pasa en Zeluán, siempre que voy, me encuentro un montón de especies, siempre interesantes.
Pero, a diferencia de Zeluán, ocurren 2 cosas que siempre hacen que acabe cabreado:
.Una.-Las molestias, de pescadores casi todo el año y de cazadores durante el invierno. llevaba meses sin ir por no aguantar las miradas desafiantes y maleducadas (por no decir aldeanas) de ciertos pescadores que creen que sobras allí, que creen que estás invadiendo "su" espacio. Y no me extraña, porque aquello, que podría ser un espacio natural de altos vuelos, y un lugar de esparcimiento como pocos en Asturias, últimamente es una tristeza, sucia y destartalada, llena de aves pero vacía de contenido.
Y en época de caza, aunque en teoría es una ZEPA, y no debería entrar nadie armado por allí, las cuadrillas se acercan tanto por los alrededores, que cuando se ponen a disparar, como sucedió este día, no se queda en el agua ni un solo bicho. Sé que ¡será perfectamente legal, pero es muy molesto que aunque físicamente los cazadores no estén allí, sus balas silben al lado mismo de donde tú estás.
Y, evidentemente, no favorece mucho, ni a los pájaros, ni a quien viene a observarlos tranquilamente, la falta de tranquilidad que sería necesaria.
.Dos.-No hay, actualmente, ningún observatorio digno de ese nombre en este espacio natural, lo que obliga a observar a las aves a muchos centenares de metros. Aunque con un telescopio muy potente se pueden hacer buenas observaciones, es muy incómodo, ya que todo se ve ínfimo, te mareas, las fotos son una tortura de malas, y además, en cuanto refleja el Sol, como fue el caso, todo brilla en contra tuya, y dejas de poder ver nada.

En resumen: muchas aves, variadas y en cantidad, pero nula tranquilidad, y no hay un sitio bueno desde el que observarlas, y todo esto hace que poca gente se acerque, y los que lo hacemos, salgamos cabreados de allí.
Creo que habrá a quien esto le salga muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy rentable e interesante,a sí que invito, no obstante, a que vengáis a observar aves por aquí, antes que alguien diga que no le interesa a nadie, y acaben por destruirlo del todo, o más triste aún, que se nos olvide para siempre.

Dicho esto, y advirtiendo de la nula calidad de fotos hechas a más de 500 metros de distancia, un breve resumen de lo observado, que no fotografiado, porque muchas especies se quedaron sin testimonio gr´fico, ya sea por no ser buena la foto, o por ser incapaz de enfocarla con tanto despegue involuntario.

Había en el embalse una mezcla anárquica de aves acuáticas, algunas muy frecuentes, otras no tanto, iban saliendo y entrando de los arbustos de la cola poco a poco, pero en cuanto los tenía localizados, iban los cazadores y los levantaban, así que fue un poco agobiante hacer un seguimiento eficaz.

Lo más abundante, las anátidas, muy representadas, y lo 1º que vi, por su tamaño, 2 ánsares comunes (Anser anser), el único que aguantó las molestias de los 2 fue este.










Bandadas de porrones cruzaban el cielo de un lado a  otro, dominando los europeos (Aythya ferina), conté 62 en total. Había 2 moñudos (Aythya fuligula), sin foto.





Los más abundantes y despreocupados, como siempre, los ánades azulones (Anas platyrynchos).




Pero había variedad de ánades: 6 frisos (Anas strepera), y al menos 4 silbones europeos (Anas penelope), de los que son una muestra estos de la foto.



Cercetas comunes (Anas crecca), una docenita, en varios grupos, ya veis que salen en varias fotos.

En otro grupo estaban con 2 preciosas hembras de cerceta carretona (Anas querquedula), a las que pude identificar bien al alzar el vuelo (sin foto).





Los cucharas europeos (Anas clypeata), representados por una sola pareja, aquí un macho con una cerceta común.

Entre los zampullines, 2 especies: este cuellinegro (Podiceps nigricollis). Había 3.















Y una decena de comunes (Tachybaptus ruficollis).



De otras especies, media docena de garzas reales (Ardea cinerea). Había otras tantas garcetas comunes (Egretta garzetta), quedaron sin fotografiar.








Un solitario cormorán grande (Phalacrocorax carbo).












Y no menos de 30 fochas comunes (Fulica atra), habituales en invierno.



¿Gaviotas? Un desastre total, el broche de oro al sentimiento agridulce: no menos de 2.000 gaviotas, lejanas, con el Sol en contra, no veía nada, las fotos de pena, empecé a ver fantasmas por todas partes, porque a contraluz uno no ve más que cosas que flotan y no hay condiciones, así que me retiré vencido por las malas vibraciones. otra vez será...espero que se me pase pronto el desenamoramiento...