El sábado, para acabar el recorrido por la ría de Villaviciosa, acabé en Rodiles: no encontré nada reseñable, salvo unos surferos, que a lo lejos, pensé que eran negrones: tengo que revisar la vista urgentemente.
Como milagrosamente tenía tiempo, seguí caminando por el paseo del canal de la ría, en dirección a Misiego, más que nada con la intención de probar mi nuevo objetivo 24-70mm, que no me decepcionó.
Pasaron rápidamente 9
gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus), adultas y de 2º invierno.
No eran muchas, pero sí el grupo más grande que veo este otoño, que está siendo escaso en esta preciosa gaviota.
Mientras seguía el vuelo, empezó a sonar un ruido extraño, un chisporroteo que los que hemos sufrido un cortocircuito en casa identificamos rápidamente como el de un cable que está ardiendo y quemando su carcasa de plástico.
Miré mi cámara, pues a veces me he dejado el live-view encendido, y se calienta mucho, llegué a pensar en un contacto erróneo con el nuevo objetivo y que acabase prendiendo la cámara, pero acerqué la cámara a la oreja y no era eso. Vale.

Seguí avanzando por el espigón hasta donde se termina y se gira hacia Misiego, y allí, ante mis ojos, pude ver qué era lo que tanto ruido ambiente causaba: una marea inmensa de
cangrejos corredores "sapas" (Pachygrapsus marmoratus). Tremendo.
He sido cazador de estos cangrejos desde la más tierna infancia, y conozco pocos pasatiempos que me gusten más que ir a sacarlos de las rocas con mi hijo y sobrinos. Los he cogido (siempre por supuesto los soltamos) desde el tamaño de una uña hasta tan anchos como mi mano abierta, pero nunca, nunca, había visto tantos.
Seguí todo el espigón, por su margen derecha, hasta el mar: miles. Si os queréis entretener, podéis contar los que se ven en las fotos, solo tenéis que ampliarlas y alucinar.
¿Cuántos? Pues, imposible saber, pero como juego matemático, a ojo de buen cubero, en un metro cuadrado conté 25 x 3 metros hacia arriba de escollera x 1.650 metros lineales de muro, eso son los 123.750 cangrejos del título, solo de este lado de la canal.
¡Impresionante!
Como ahora todo se mide en campos de fútbol, unos 275.000 por hectárea = campo de fútbol.
A 10 gramos de cangrejo (tirando muy por lo bajo), 2,7 toneladas, o un camión pequeño...
Habrá quien diga que hay que dragar la ría, y que dejar que se inunden los porreos es una idea idiota de 4 ecologistas...a mí me parece, viendo cosas como estas, que los peces (que se comen los cangrejos) y los pescadores; y las aves (que también se los comen) y los potenciales miles de turistas ornitológicos (y quienes los hospedasen a cambio de dinero) saldrían muy beneficiados .
Pero solo es mi opinión.