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domingo, 5 de abril de 2020

Resumen invernal del Arbeyal: mucha decepción

Como viene siendo, por desgracia, habitual en estos últimos inviernos, la invernada en la gijonesa playa del Arbeyal fue muy floja este año. Puntualmente, y en mi caso muy lejanos, se pudieron ver somormujos cuellirrojos y colimbo grande, pero tan lejos que ni una foto decente pude sacar. Del resto, algún retazo, como este somormujo lavanco (Podiceps cristatus).






De sus colegas los zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), nunca observé más de 5 el mismo día, una cifra baja.













Sí fue alto el número de negrones comunes (Melanitta nigra).





Normalmente muy lejanas, al menos con la marea subiendo se acercaban algo, la gran población de cangrejos de esta playa fue un maná para las negronas.










Hasta 8 ejemplares simultáneamente llegué a ver.










Los habituales gaviotas sombría, reidora, cabecinegra y patiamarillas, y los locales cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis).












Y poco más. Salvo los primeros días del otoño, este año apenas hubo climatología invernal, y se notó: ni colimbos, ni gaviotas blancas, ni haveldas, ni serretas, ni álcidos. Un desastre el cambio climático.

martes, 26 de marzo de 2019

Zampullines cuellinegros en el Arbeyal: un invierno flojísimo.

Los zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) invernan cada año en la bahía de Gijón, principalmente en el espacio comprendido entre la playa del Arbeyal y el puerto del Musel. Cada año son menos.









Grupos de 8 ó 10 ejemplares no eran extraños hasta la última década, pero se han ido enrareciendo, y este invierno lo más que he podido ver juntos es a 3 ejemplares en esta zona.












Cansa decirlo, pero se nos está yendo la antiguamente abundante fauna invernante asturiana, invierno a invierno, y en años cálidos como ha sido este último, peor todavía.




Testigo era esta hembra, o inmaduro, de colirrojo tizón (Phoenicuros ochruros), que también es superhabitual de la zona, especialmente del espigón del Arbeyal, generación tras generación.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Más colimbos grandes

Sigue un ejemplar de colimbo grande (Gavia immer) en el Musel, en principio parece estar en perfecto estado.










Pescando...













...comiendo...










...sacudiéndose un poco...












...y remoloneando bastante. Vamos, cosas de colimbos.










En la cercana playa del Arbeyal pude ver otro ejemplar, muy lejano.











No es para tirar cohetes, pero hay varios colimbos grandes por la costa asturiana, y es buena señal después de 2 años apenas sin ellos. Aunque pensando que era bastante común tener en la bahía de Gijón simultaneamente a los colimbos grande, ártico y chico, da un poco de pena.












miércoles, 10 de enero de 2018

Colimbo grande en el Arbeyal

Comenzó el invierno dando bandazos pero en general frío, y nos está trayendo escasos regalos pero señalados, uno de ellos este colimbo grande (Gavia immer) a la playa del Arbeyal.










A pesar de la lejanía de la cita, me alegré mucho, este juvenil es el primer colimbo que veía en Gijón en los 2 últimos inviernos, así que fue un alivio, ya pensé que esta especie iba a ser otra de las muchas que ha desaparecido del invierno gijonés.





Enseguida se marchó volando hacia el Musel, donde sigue, acompañado de otro juvenil de la misma especie.










Esperemos que aguante mucho tiempo, y que tal y como me comentan los amigos que está sucediendo, se junte con otras aves marinas invernales típicas del querido Rendiello por estas fechas.








Más lejos aún, se veía la silueta de un zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), hay ahora varios ejemplares en la zona.

miércoles, 3 de enero de 2018

Un par de zampullines cuellinegros

Es típico de la llegada del invierno que se establezcan en la Playa del Arbeyal de Gijón unos cuantos zampulllines cuellinegros (Podiceps nigricollis).












A principios de diciembre estaban estos 2 ejemplares.











Teniendo en cuenta que en inviernos crudos la cifra se acercaba a la docena de ejemplares, no es gran cosa.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Centollo en el Arbeyal

Aprovechando la supermareona en la Playa del Arbeyal, bajé a recolectar microconchas de moluscos, ya que esta playa, es junto a la de Poniente, la mejor de Asturias para proveerse de estas microconchas con las que pasar horas y horas de diversión con la lupa binocular.
Lo que no me esperaba ver es a este centollo (Maja squinado) varado entre las rocas y cubierto de margaritas (Nassarius incrassatus).






No me acerqué demasiado para no molestarlo, aunque es posible que estuviese muerto recientemente o como decimos en Asturias del marisco, "mareado". Abandoné rápidamente la posición para evitar la curiosidad natural de los paseantes cuando te ven cámara en mano mucho tiempo, ya que pocas personas se resistirían a llevarse este manjar a casa.






Es que El Arbeyal siempre trae sorpresas con la marea baja.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Zampullines cuellinegros en el Arbeyal

Un invierno más ya tenemos a los zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) invernando en la Bahía de Gijón, en concreto en la zona comprendida entre la playa del Arbeyal y el puerto del Musel.












Sitio muy fácil donde verlos, aunque estos en concreto estaban más lejos de lo que me hubiese gustado (normalmente se acercan hasta estar casi a tu lado), y además los 5 ejemplares que había estaban muy desperdigados.








Fueron acercándose poco a poco pero los muy bandidos nunca llegaron a estar juntos los 5 a la vez en la superficie.










Como están tanto tiempo pescando bajo el agua es casi imposible pillarlos a todos arriba, casi siempre hay alguno zambulléndose.









Finalmente, a lo máximo que llegué fue a hacer una foto de familia con 4 de los 5, bueno, espero que durante el invierno lleguen más, cosa que suele suceder, y que se vayan acostumbrando a la presencia de los paseantes de la playa, que una vez más me preguntaron como 40 veces si eran patos, en fin.


De colimbos, por ahora, nada. Hace falta más frío, acabarán llegando, supongo, el año pasado fue un invierno bueno en esta playa, con las 3 especies habituales de colimbos presentes simultaneamente.
Ayer no había ninguno, aunque una silueta lejana en el mar me despistó: era un cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis).

miércoles, 12 de febrero de 2014

Temporal tras temporal (I): Playa del Arbeyal.

Hago un pequeño resumen de lo mucho que me impactó esta larga serie de temporales del NW que nos han literalmente barrido estas semanas, con algunas fotos de lo que vi y me encontré.
Comienzo con la playa del Arbeyal de Gijón, que como sabéis, es una playa seminatural, ya que fue restaurada y rellenada con miles de toneladas de arena del fondo marino, por lo que tiene tal acúmulo de arena que la marea alta nunca la cubre del todo...hasta ahora.

Porque lo que me encontré el 2 de febrero fue algo que no olvidaré: la marea había subido tanto, apoyada por olas enormes, que incluso con la protección de todos los diques del Puerto del Musel, y la gradiente de muchos metros de arena en cuesta desde el paseo marítimo, el agua llegó hasta el aparcamiento de la playa, y cambió su morfología creo que para siempre, arrastrando y arrasando el fondo de la playa y depositando muchos metros cúbicos de arena en la línea de la rompiente.
Tanto es así que las olas debieron barrer todo el paseo marítimo de madrugada y saltaron, de Oeste a Este todas las protecciones, llenando de arena todo el paseo.
Increíble, teniendo en cuenta la mansedumbre habitual de las aguas de esta playa y la casi imposible fuerza que tuvo que provocar tal desbordamiento.
Podéis ver en esta foto (mejor abrir en grande) la magnitud del temporal.

Al retirarse el mar por la marea baja, muy baja, al ser marea viva, quedó en lo alto de la playa una laguna para asombro de todos, a varios centenares de metros de la linea real de costa.








Como víctimas involuntarias, las plantas del paseo que crecían entre el pavimento, que nunca la habían visto de este calibre.









A lo lejos, en el Cerro Santa Catalina, muchos días con olas pavorosas.

Aunque hay gente a la que ni todos los avisos del mundo, ni el sentido común, ni olas inmensas, de mar de fondo de unos 6 metros, como las de esta foto, tomada sin referencias, porque era el puro horizonte a golpe de teleobjetivo, les baja de la burra y de la estupidez. ¿Qué por qué lo digo? Pasad a la última foto.


Como dice un amigo mío, "hay más tontos que ventanas"...

Corrección: Ver comentarios.
A mí sigue pareciéndome una locura andar entre estas olas, pero viendo lo que nos cuenta Pablo puede ser que sea una locura controlada.







viernes, 17 de enero de 2014

Por el Arbeyal (y III): Serreta mediana macho.

La serreta mediana (Mergus serrator) es otra habitual de la playa del Arbeyal en época invernal (perdón por la triple rima, salió sola).













Aunque este invierno Miguel capturó magistralmente a  un precioso ejemplar macho, la gran mayoría de los ejemplares que yo tengo vistos aquí son hembras.







 

En el Musel pudimos ver volando muy brevemente y muy lejos a un supuesto macho, pero el ejemplar se fue a toda velocidad. Al acudir al Arbeyal relocalizamos muy lejos a este ejemplar, creo que el mismo, que tras el procesado de las fotos me pareció extraño para una hembra: consultado César Álvarez Laó, me comenta no solo que efectivamente, como sospechaba, es un macho joven, si no que, además se vio muy probablemente a este ejemplar hace unas semanas en Zeluán...¡Bingo! Os dejo el enlace.

jueves, 16 de enero de 2014

Por el Arbeyal (II): Zampullines cuellinegros.

Pues también vimos 4 zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis), deambulando por toda la ensenada, a su estilo: unos segundos sobre el agua, y unos minutos por debajo.









Lo que hace muy complicado el proceso de seguimiento, y te vuelve un poco loco si los buscas con el telescopio.










A prismáticos y teleobjetivo, la cosa se simplifica en teoría, porque además se mueven constantemente y les cuesta darte el perfil bueno.











Porque lo que todos esperamos es llegar a ver esos ojos sanguinolentos.










Sobre todo si se acercan tanto como estos: yo si no les veo los ojos rojo sangre, es que no están a suficiente distancia para hacer una foto curiosa, y estos a la vista está que se acercaron bastante.










Pero con bichos tan guapos, nunca es suficiente: seguiremos tentando a la suerte otro día.