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jueves, 8 de septiembre de 2016

Algunas estampas de Menorca

Aparte de bichos y de disfrutar la piscina con los amigos, tuvimos tiempo para conocer bastante Menorca, y la verdad es que me encantó su tranquilidad, su personalidad, su gastronomía y la amabilidad de la gente, no tanto la masificación de muchos lugares, que no por esperada duele menos. Os pongo algunas fotos para que os hagáis idea de cuánta belleza esconde esta isla.
Empiezo por algunas fotos de Ciutadella.

Su encantadora y muy cuidada Catedral.
Maó, muy diferente en todo, también espectaculares sus paisajes.

Y la inmensidad de su puerto, que tanto deseaba conocer desde que leí las novelas de Maturin y Jack Aubrey.

Fornells y su torre defensiva de la época de dominación inglesa, y el Cap de Cavallería detrás. Menuda langosta nos comimos aquí.

En todo caso, siempre se me quedarán en la memoria sus aguas, en este caso el turquesa de las fotos de la publicidad no es en absoluto engañoso. ¡Volveremos!
(Cala de Sant Esteve).

lunes, 5 de septiembre de 2016

Por la Albufera de Es Grau

Tenía muchas ganas de conocer la Albufera de Es Grau, en Menorca, y salí muy contento y con buenas sensaciones.
















Habría que calificar como excelentes tanto los senderos como los observatorios, diseminados a lo largo de varios kilómetros del borde de la reserva.
 Aunque algunos de ellos están bastante alejados, y hace falta óptica de largo alcance, en otros es fácil localizar a la avifauna, aunque, como en este caso, el ansiado calamón (Porphyrio porphyrio) se pone a contraluz y no hay nada que hacer...



















Una pena porque estuvo un buen rato al lado mismo, pero cuando la luz es así de mala no hay más remedio que conformarse con observarlo y dejar para otro día la fotografía.












Otro ejemplar, muy lejano por desgracia, dio una buena demostración de la peculiar manera de comer bulbos de los vegetales sumergidos bajo el agua, usando espectacularmente sus enormes patas y el pico para trocear y literalmente pelar los tallos.













A diferencia de otros humedales mediterráneos, hay una extensa orla muy feraz de leñosas, haciendo de excelente parapeto para las aves, con arbustos tan intrincados como el lentisco (Pistacia lentiscus)...








...la sabina marina (Juniperus phoenicia turbinata)...











...o el acebuche (Olea europaea sylvestris), en este caso cubierto de abundantes líquenes y epífitas, lo que da muestra de la limpieza del aire de este lugar.











Todo esto hace que prosperen muchos pajarillos de la maquia, siendo sin duda el más abundante la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala).













En la propia albufera, aunque no había gran variedad de aves, hay que tener en cuenta que julio es muy mal mes, y sin embargo estaba lleno de acuáticas, sobre todo fochas comunes (Fulica atra).









Centenares de ellas en cualquier parte donde se mirase.









Estuve mirando bien concentrado por si saliese la sorpresa de alguna focha moruna, pero no hubo manera.










Sí que había varias decenas de pollos de gallinetas comunes (Gallinula chloropus). Sus padres no andaban lejos.







Entre los cañizos, una presencia muy agradable, la garza imperial (Ardea purpurea). Había un par de ellas.












Esperaba ver muchas zancudas, pero en esta ocasión estaba claro que la fecha no era la más indicada.











Igualmente, las anátidas no eran muy abundantes, siendo casi todos ánades azulones (Anas platyrynchos).










Algunos zampullines chicos (Tachybaptus ruficollis) bien guapos.














Además de las abundantes gaviotas patiamarillas (Larus michahellis michahellis), algunas limícolas, en números pequeños, como cigüeñuelas, chorlitejos chicos y grandes, andarríos chicos y grandes, me imagino que en paso, por ejemplo ahora mismo, me hubiese encontrado muchos más.









En resumen, aunque no vi tantas aves como esperaba, lo agradable del paseo, y el paisaje tan acogedor me hicieron salir muy contento de este espacio natural menorquín.

viernes, 26 de agosto de 2016

Lagartijas italianas en Menorca

Me sorprendió la abundancia de lagartijas italianas (Podarcis siculus) en Menorca.

















Estas lagartijas de buen tamaño hace ya mucho tiempo que han desplazado a las auténticas lagartijas endémicas de Menorca, las lagartijas baleares (Podarcis lifordi), a los islotes adyacentes, evolucionando en cada uno de ellos de manera independiente en decenas de subespecies, por desgracia en la isla principal se extinguieron hace tiempo, siendo sustituidas por esta especie en su mayor parte.

Aunque fotografié decenas de lagartijas tanto en el oeste como en la zona del parque Natural de Es Grau, al este, creo que sólo localicé a esta especie italiana, dejando sin localizar a la también invasora lagartija de Marruecos, con una población menor y más localizada en los dos extremos de la isla, así que me conformo con la italiana y sus muchos encuentros.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Algunas libélulas de Menorca

Aunque el número de especies de odonatos en Menorca es muy limitado, debido a su insularidad, me sorprendió la elevada densidad de algunos de los taxones presentes, lo que me permitió, en algunos casos, sacar muchas fotos para ir centrándome en el angustiosamente difícil mundo de las libélulas y los caballitos del diablo, os dejo algunas fotos, no sin antes recordar que estoy empezando en este mundo, si veis alguna "patada" avisadme sin falta.







En la propia piscina de casa ya tuve la oportunidad de ver de cerca la curiosa postura del obelisco, típica del macho de Crocothemis erythraea, ya de por sí vistoso con su traje escarlata.











La hembra es muy diferente, como veis incluso la postura es diferente.















El abdomen tan ancho me hizo pensar en el campo en una especie del género libellula, pero no.






Otra libélula con gran dimorfismo sexual es la Orthetrum cancellatum. El macho, azul pruinoso y verde.











Sin embargo, la hembra es de un precioso amarillo y negro contrastado.











Aunque algunas hembras viejas adquieren un tono verdoso muy interesante.









De otras especies presentes, aunque mucho menos frecuentes, pude sacar algunas fotos no concluyentes, espero no equivocarme de especies. por ejemplo, esto podría ser, sin garantías, una hembra de Orthetrum coerulescens.








Y esto, una hembra de Sympetrum striolatum, ¡qué difícil!











De caballitos del diablo, pocas especies y ejemplares en la isla, pude captar lo que creo que es una hembra de Ischnura elegans.












Aunque es una especie tan variable que no me apostaría nada.

jueves, 18 de agosto de 2016

Pajareando por el Camí de Cavalls (II): Roqueros solitarios, tarro blanco...y algunas impresiones.

Seguía camino de madrugada hacia Cala Blanca, y me encontré a 3 roqueros solitarios (Monticola solitarius), 2 machos y una hembra, con distintos grados de cercanía. Alguno de ellos me localizó antes que yo a él...












En su hábitat, con la roca tan fragmentada, tenían lugares de sobra para esconderse.






Pero también detecté cierta curiosidad hacia mi persona, sin que pudiese catalogar al ejemplar como cotilla...

















...sí que fue muy tolerante y tranquilo conmigo.















A diferencia de a este macho, la hembra del territorio sí que no quiso saber nada conmigo, limitándome a poder observarla a través de los prismáticos.

















Hubo un paso fugaz en pleno mar, un tarro blanco (Tadorna tadorna), que no tengo ni idea de dónde ni hacia dónde se dirigía, pero en todo caso, fue visto y no visto.









Muy abundantes, y en todas direcciones, las gaviotas patiamarillas mediterráneas (Larus michahellis michahellis), algunas todavía patrullando sus territorios de cría, protegiendo a sus pollos ya mayorcitos.








Además, muchas inmaduras de esta especie, y alguna de la gaviota sombría (Larus fuscus).











En el aire, al calentar ya el Sol, muchos vencejos pálidos (Apus pallidus), abundantes por todas partes.













Y finalmente, llegué a Cala Blanca, mi destino.

Aunque el lugar era plenamente atractivo a las 7 de la mañana, ya había gente en la playa, algunos ya bañándose, y me marché antes de que se llenase. No dejaba de tener su encanto, pero para mí una playa rodeada de chiringuitos nunca puede ser una buena playa, aunque para este cormorán moñudo mediterráneo (Phalacrocorax aristotelis desmarestii) sí lo era, y disfrutaba de las cristalinas aguas (casi) en soledad.











En Cala Blanca, abundaban los gorriones comunes (Passer domesticus).












Y también las tórtolas turcas (Streptopelia decaocto).













Ya de vuelta, como siempre, pensando, me debatía entre la admiración por un paisaje espectacular y el hastío indisimulado por su ocupación por las actividades humanas. Fue algo común a toda la isla, con rincones preciosos y otros lugares de una masificación y degradación lastimosas.
Quizás julio no es el mejor mes para ver con perspectiva, y una única visión da un diagnóstico sesgado.

Alejando el objetivo, resulta una costa amable y donde hay que buscar un poco para encontrarte sitios en los que estar tranquilo y sentir la profundidad de la personalidad de sus gentes y de su naturaleza...







...aunque acercándose un poco, hay barbaridades que están fuera de toda ética y estética. Para un asturiano, había lugares supuestamente calificados en las guías de turismo como vírgenes que enseguida llamaban al chiste fácil, supongo que en Asturias estamos mal acostumbrados a poder caminar kilómetros de playa sin ver un alma, y no es una buena piedra de toque. A veces mamotretos como este de Cala en Forcat ensuciaban kilómetros de paisaje. Hay que pensar en los puestos de trabajo, en la economía, sin duda, pero creo que otro modelo es posible. En fin.

Ya de vuelta, me acercaba a mi destino definitivo, la mucho más tranquila zona del Cap d'Artrutx, igualmente masificada de viviendas vacacionales, incluida la mía, pero con una, al menos paisajísticamente, menor tendencia a machacar la costa.





Ya sólo me quedaba pasar el último cartel...












...y apuntarme una mariposa presente pero muy escasa en Asturias, el lobito jaspeado (Pyronia cecilia). Una hembra.