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sábado, 18 de abril de 2020

Santoña en carnaval (II): Marismas de Bengoa, ibis sagrado, focha común leucística, espátulas y demás.

Al día siguiente comenzamos caminando desde las conserveras de anchoa en dirección al observatorio de las marismas de Bengoa, con límite en la carretera que cruza antes de llegar a la playa de Berria. Al estar en marea baja, un espacio amplísimo lleno de sorpresas.








Ya a la salida, una gran sorpresa con la aparición de una focha común (Fulica atra) leucística.













Salvo por un manojo de plumas del ala derecha, era blanca al completo.











Muy diferente, desde luego, del resto de compañeras, con el color habitual.










Encontramos los habituales grupos de ánades rabudos (Anas acuta).












Numerosos ánades azulones (Anas plathyrynchos), frisos (Anas strepera) y cercetas comunes (Anas crecca).






Menos numerosos, y más dispersos, los cucharas europeos (Anas clypeata)...












...y los porrones europeos (Aythya ferina).















En las pequeñas lagunas, algún somormujo lavanco (Podiceps cristatus).













Y varios zampullines chicos (Tachybaptus ruficollis).













Las superficies emergidas en marea baja son un imán para las limícolas.












Muchos archibebes comunes (Tringa totanus)...











...y zarapitos reales (Numenius arquata).














También individuos aislados de zarapito trinador (Numenius phaeopus).











Una vez en el mirador-observatorio, optamos por seguir caminando por el dique de las marismas.




Desde allí aumentaba mucho la presencia de árboles de ribera, lo que facilitaba el escondite de las zancudas, la más interesante el ibis sagrado (Threskiornis aethiopicus).
Esta especie, que lleva unos años con ejemplares dispersos por todo el Cantábrico provenientes de la población asilvestrada en el oeste de Francia, es desde luego muy llamativa, y cuando la vimos estaba dando buena cuenta de una anguila.





Además, algunas garzas reales (Ardea cinerea).














Y media docena de espátulas (Platalea leucorodia).












En los árboles, los primeros reclamos de las paseriformes, como el pinzón vulgar (Fringilla coelebs).












Como habitualmente, un paseo muy productivo.

lunes, 10 de julio de 2017

Algunos apuntes del SACRE.

Como todos los años, y van 10, censar el programa SACRE de la SEO por Gijón al principio da una pereza increíble, por lo difícil que es enlazar en un área urbana y suburbana 20 puntos de escucha, pero cuando vuelves a casa te presta mucho porque siempre acabas viendo aves que no te esperabas, y otras que año tras año repiten y alucinas con esa exactitud. por ejemplo, en un punto, en la 2ª visita aparece SIEMPRE un zarcero común (Hyppolais polyglotta), son muchos años y uno se pregunta si no serán ya los descendientes de este macho que canta siempre en el mismo saúco año tras año.


Hay lamentablemente aves que, por ejemplo en el mismo sitio que el zarcero han desaparecido este año, como el alcaudón dorsirrojo, o la lavandera boyera, que crían aquí no todos los años, cuando no se detectan se echan de menos, por supuesto. Un ave que este año ha aumentado mucho es el pardillo común (Carduelis cannabina). Siempre es fácil localizarlo pero cuando aparecen en bandadas aturullan con sus trinos.











Las tarabillas comunes (Saxicola rubicola) también son muy fieles a sus territorios y es fácil anotarlas cada primavera en los mismos sitios.













Y si aparece el macho, aparecerá la hembra con toda seguridad.




Muy lentamente, pero con precisión de relojero, la población de tórtola turca (Streptopelia decaocto) va aumentando lentamente en las áreas suburbanas, también lo está haciendo claramente la de paloma torcaz.













En los bosquetes periféricos, resisten los picos picapinos (Dendrocopos major), tan cerca de la ciudad da gusto verlos.




Los córvidos, como el arrendajo (Garrulus glandarius) disfrutan de esos pequeños espacios en los alrededores de la gran ciudad.











Y siguen los agateadores comunes (Certia brachydatyla) anidando en los mismo troncos cada año.













Pájaros forestales en Gijón en primavera, como el zorzal común (Turdus philomelos) abundan y repiten posiciones de anidamiento, aunque otras aves mucho menos frecuentes, como el colirrojo real, este año han bajado en número absoluto y en estaciones, lástima.









Su primo el colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), al contrario, se mantiene bien en Gijón. No en vano, lleva más de 10 años usando mi edificio como lugar de anidamiento.









Los gorriones comunes (Passer domesticus), también, en cada agujero de los que quedan en las entradas de las tuberías del gas ciudad a mi edificio hay un nido. Este ejemplar leucístico me lo encontré en la Campa Torres.












Otra familia que repite cada año, en el mismo lavadero, bajo el mismo puente, es la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea).




Motivo de alegría es ver especies que en una década han multiplicado mucho sus poblaciones, como la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala).









Pero sobre todo, ver que especies escasas y en peligro como el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), o el halcón peregrino han tenido un año excelente en Gijón.









En resumen, un censo que es muy pesado, por su metodología, pero que te da muchos datos interesantes, y que viendo una década atrás todo lo censado, te haces una idea muy ajustada de la avifauna de tu ciudad.

domingo, 7 de febrero de 2016

Gaviotas "casi" blancas por Zeluán.

La semana pasad me llevé 2 alegrías en Zeluán con unas gaviotas muy particulares. La primera es un híbrido entre gavión atlántico e hiperbóreo, algo así como (Larus hyperboreus x marinus). Fue vista e identificada anteriormente por Daniel López Velasco y César Álvarez Laó.















Para los gavioteros, un auténtico sueño: une la elegancia y blancura del hiperbóreo y el tamaño y porte del atlántico.













El reticulado de las plumas coberteras es alucinante, perdonadme la chorrada, pero son del estilo de un juvenil de correlimos gordo. Hala, ya está dicho. Precioso dibujo, sea como sea.







A su lado los gaviones atlánticos (Larus marinus), que había 3, parecían unos brutos.











Ojalá vuelva con los años y veamos en qué se transforma, seguro que es curioso.













La otra sorpresa fue una gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) que había visto muy de lejos hace un año por las mismas fechas.










Como veis, sin llegar a ser albina (las primarias siguen negras), tiene rasgos de leucismo, es blanca en el resto del plumaje, a ver si se acerca un poco más el año que viene y le echo fotos más cercanas.







Sin tener nada que ver, la tercera blanca de la mañana fue esta espátula (Platalea leucorodia), tampoco demasiado común en Zeluán para la época.

sábado, 30 de mayo de 2015

Otro mirlo leucístico

De tarde en tarde se ve algún mirlo común (Turdus merula) leucístico, con mayor o menor proporción de plumaje blanco. Este estaba en la Senda Costera de Gijón.

lunes, 30 de enero de 2012

Gaviota enana en Zeluán: mucho calor.

Sí, fui al mediodía, un día por semana, y salí sudando, y que eso pase en enero, es mala señal...

Bueno, pues Zeluán nunca decepciona, y aunque había una marea bajísima, en la que te pierdes, los bichos están muy lejos, y a las malas fotos por la distancia le unimos la reverberación óptica de la arena por el calor, me las arreglé para encontrar a la gaviota enana (Larus / Hydrocoloeus minutus) entre una masa de más de mil gaviotas reidoras (Larus ridibundus).








No me avergüenza decir que nunca había visto una, es curioso que 1º, con ese pico negro, pensé en una gaviota de Bonaparte, ya que a esta otra gaviota sí la he visto en 2 ocasiones, y era mi referencia.

Pero viendo el tamaño, realmente diminuto, en comparación a la gaviota reidora, no hay dudas.







En todo caso, chic@s, hay que tomar notas cuando se ve algo desconocido, y no sacar fotos sin más, porque a veces, como es el caso, uno se encuentra con que las fotos no tienen calidad suficiente, y los apuntes son fundamentales.




Por ejemplo, yo apunté que cuando volaba, aparecía la zona ventral de las alas de color gris no uniforme, y además la punta de las primarias tenía poco, muy poco, pero algo, de negro.
Y eso fue fundamental para saber que es un ejemplar de 2º invierno, cosa que, simplemente con estas fotos tan malas, no se hubiese podido saber.
Además me sirvieron para, sin tener la gaviota en el ocular, César, que apareció por allí, me pudo hacer la identificación, por las notas que tomé.
¡Hay que llevar papel y lápiz siempre!

Bueno, aparte, también (increíblemente) localicé otra gaviota extraña, una gaviota reidora con leucismo parcial, es decir, sin ser albina del todo, parte de su plumaje está de color blanco (donde debería ser de color gris).
esto lo había visto en gaviotas grandes, pero nunca en las reidoras. Curioso.











Siguiendo con gaviotas, lo más reseñable es precisamente su ausencia: ¡es que hacía un calor del demonio! Y las que se quedaron, estaban amodorradas.



Incluso el gavión atlántico (Larus marinus) que ya os presenté (el gigantesco adulto) estaba sopa con el calorín de la arena.










Por lo demás, lo que se está viendo últimamente por Zeluán, como los somormujos lavancos (Podiceps cristatus) cada día más guapos.








Las serretas medianas (Mergus serrator), en número de 3.











Las garzas reales (Ardea cinerea), juro que no se movieron ni un centímetro en la hora que estuve allí, a diferencia de las garcetas comunes (Egretta garzetta), que no pararon.




De limícolas, muy escasos, una docenita de chorlitos grises (Pluvialis squatarola).

Había también media docena de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), muy lejanos, junto a otros pocos correlimos comunes (Calidris alpina).
Me los enseñó César, a mí se me habían pasado por alto.





Como la mitad de archibebes claros (Tringa nebularia).









Y un zarapito real (Numenius arquata), junto a otros 2 trinadores (N. phaeopus), que también se me habían pasado por alto. Demasiado marea.








Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), treinta y pico, el ejemplar de la derecha, jadeando de calor, increíble.






Y cormoranes moñudos (Ph. aristotelis), localicé 2, muy escondidos.









Finalmente, de lo que no había escasez era de cornejas (Corvus corone corone).

Y un detalle de importancia: a la salida, las lagartijas, tomando el Sol plácidamente en las tablas de madera del camino al observatorio...a mitad de enero...