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jueves, 28 de septiembre de 2017

Por Socellares con Mavea: Ascensión al Sobre el Tambarón

Aunque hubo quienes sufrieron bastante subiendo a este pico de 2.005 msnm, mereció la pena, como veis por las vistas: Hacia el Sur se extendía todo el Macizo de Ubiña, en esta pano, de izquierda a derecha, la mole de Peña Rueda, los Puertos de Agüeria, el Siegalavá y Tapinón, Fariñentu, Huertos del Diablo...casi nada.

Acercando el zoom, y más a la derecha y arriba, los colosos de la Cordillera Cantábrica: Prau, Fontanes, Colines...

Hacia las montañas más modestas del interior de Asturias, mirando al Norte, las Sierras paralelas de Caranga, Tene, Aramo y Monsacro, Llosoriu...

Mirando al oeste, toso el Cordal de la Mesa, desde Asturias a León, rodeando los milenarios puertos de Teverga y Somiedo.

Acercando otro poco el zoom, el Ferreirúa y la larga y plácida cresta tras la que vemos de izquierda a derecha el leonés Morronegro y las montañas del cresterío del Cordal de la Mesa.

Muy espectaculares panorámicas para tratarse de una montaña relativamente baja, pero estar al borde de la Cordillera Cantábrica, en un saliente entre algunas de las mejores sierras de Asturias, no tiene precio para la vista.















Y volvimos a nuestra base de operaciones en Socellares, que bien merece una foto por su belleza y amplitud.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Algunos pájaros del Angliru

A escasas horas del tremendo follón del Angliru, pongo unas fotos de algunas aves fáciles de ver en verano por las charcas para el ganado de los alrededores, todo un imán para insectos, reptiles y aves, me imagino que por las noches también para los mamíferos de la zona.














Siempre nos ve ella antes que nosotros, la collalba gris (Oenanthe oenanthe libanotica).













Bastante tímido, el bisbita alpino (Anthus spinoletta), se le escucha mucho mejor que se le ve.









Todavía más tímida y escondida entre los arbustos, la alondra común (Alauda arvensis).












Todo lo contrario los pardillos comunes (Carduelis cannabina), que acudían muy contentos al agua de las charcas.











Decenas bebiendo y bañándose.












Los zorzales charlos (Turdus viscivorus) nos observaban desde la caliza.

















Y más interesadas en el chorizo de los bocatas que en el agua, las chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus).

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Desde el Moncuevu.

Junto al Barriscal, el Moncuevu es el pico más fácil y accesibles del Aramo si se deja el coche en el famoso Angliru. No tiene apenas dificultad llegar a su cima, y el premio a este paseo son unas vistas estupendas.

El Gamoniteiru en primer plano, El Barriscal justo enfrente, al fondo el Macizo de Ubiña ya en la Cordillera Cantábrica...
El pico que está enfrente, no pareciéndose en nada, es el otro gemelo que franquea el paso a la zona Sur del Aramo: mucho más achatado, con un acercamiento un poco más largo, y menos pedregoso, se viene a tardar lo mismo en subir y es igual de satisfactorio para hacerse una idea al completo de esta Sierra del Aramo tan maltratada y tan agradecida. A su derecha y detrás, la Xistra y el Gamoniteiru.

El Moncuevu, siendo un pico con unas vistas impresionantes, peca de no ser una montaña demasiado fotogénica, pero en homenaje a todo lo bueno que se ve desde su cima, va esta foto.

domingo, 16 de abril de 2017

Bisbitas alpinos por el Angliru

El mes pasado aprovechamos una semana de Sol entre nevadas para visitar el Angliru, y nos encontramos con media docena de bisbitas alpinos (Anthus spinoletta).
















Aprovechaban que no había nieve para empezar con el período de cría, había mucho movimiento.









Los narcisos (creo que de la especie Narcissus asturiensis) llenaban todos los claros entre la caliza.











Un buen regalo para la vista y el olfato, los pobres soportaron una buena nevada unos días después.












Este invierno tan seco y sin nevadas se va a pagar caro en verano, cuando no haya agua en las fuentes y en los prados.










Se estaba genial, sin el follón de gente del verano.













Entre el Moncuevu...














...y el Barriscal.




domingo, 11 de septiembre de 2016

Por Trobaniello

Parece increíble que llevando media vida pateando monte por Asturias, no conociese la Ermita de Trobaniello, pero así era, y nos propusimos hacer la fácil ruta entre el Puertu Ventana y esta guapa vega, a caballo entre Quirós y Teverga, y con unas vistas impresionantes.

Una vez llegados, subiendo unos metros a la Oxa, vemos desde este punto, de izquierda a derecha, dominando una amplia panorámica, que incluye la zona del Campu Faya, las estribaciones más norteñas del Macizo de Ubiña, el Puertu ventana, el Ferreirúa, y ya enlazando con el Cordal de la Mesa, Los Bígaros en Somiedo.



Si miramos al Norte, no es menos interesante, con la inmensa Peña Sobia, el Aramo en segundo plano, y el entronque con la panorámica anterior.

Tirando de teleobjetivo, vemos el Aramo, en concreto la vertiente Este.

Ampliando aún más, una vista del Gamoniteiru y la Xistra.











Las vistas son interminables, y si nos fijamos un poco, tenemos mucho más lejos los Picos de Europa, con la Peña Santa de Castilla, en el Macizo Occidental, dominando toda la panorámica.








El Ferreirúa, la cima más alta de Teverga, cerca de los 2.000 msnm, hace de divisoria al Este del valle de Teverga, y marca la dirección del gran subcordal que avanza por La Mesa hacia Somiedo.








De vuelta al inicio del recorrido, un último vistazo sobre Trobaniello, con el Peñón de Ventana al fondo.

















Y los rebordes de la Vega de Socellares asomando tras el Rebollosas y la Cuesta Agria.











Un paseo tan fácil como bien rodeado de algunas de mis montañas más queridas.

sábado, 18 de abril de 2015

Por los Puertos de Marabio (II): En la cumbre.

Buf, qué vistas. para lo fácil que es esta montaña, las imágenes que se ven desde la Padiella son como para quedarse un buen rato.
Ya veis la cima, y enfrente, la Sobia, un paredón que todos los amantes de la montaña asturiana amamos como a un tótem calizo.


















Y justo a la derecha, si tiramos de teleobjetivo, las inmensas moles de Los Fontanes y Peña Ubiña, las cumbres más altas de Asturias si exceptuamos Picos de Europa.

Y es que, al oeste, disfrutamos de casi todas las montañas de Somiedo y el tramo de Teverga de la Cordillera Cantábrica.

Al Este otras maravillas, principalmente, la Sierra del Aramo y sus sierras satélites de Tene, Caranga y los valles asociados a ellas.

Destacan las cimas más altas del Aramo: El antenado Gamoniteiru...











...y en el lado opuesto del Aramo, La Gamonal.











Un poco detrás, la todavía gran nevada presente en el pico Torres, Puerto de San Isidro.










Y finalmente, como contrapunto, mi "querido" HUCA.












jueves, 26 de abril de 2012

Los vuelvepiedras y las montañas del Aramo

Ha parado el viento, y como suele suceder, deja la atmósfera limpia (por unas horas), y se produce un también frecuente fenómeno óptico: desde la costa (Gijón) se pueden ver, como si estuviesen al lado mismo, las montañas de la Cordillera Cantábrica.
Como veis en la foto, se ve la Sierra del Aramo a la perfección. Son 35 kilómetros de distancia, pero parece que están aquí al lado las montañas.
Desde un poco más a las afueras, por ejemplo en el Puerto Deportivo, se puede ver, con este fenómeno, las montañas de la divisoria con León (Peña Ubiña), que están a 60 kilómetros. Y desde buena parte del paseo que va al parque de la Providencia, veremos Peña Santa de Castilla, Torrecerredo y Picos, y eso ya anda por los 80 kilómetros de distancia.


De aves, casi nada, si exceptuamos a los vuelvepiedras (Arenaria interpres), que ya están en plumaje de verano, y están preciosos.











Aparte de estos sinvergüenzas, poca cosa, un par de zarapitos trinadores (Numenius phaeopus), y algunas gaviotas.















Y mañana, vuelta al trabajo. Después de 2 meses de fisioterapia y caminatas que no han dado todo el resultado esperado, mi pie y yo volvemos al curro, así que voy a echar de menos estos paseos, por la tranquilidad de las mañanas, por la compañía tan grata, y por las muchas aves que he podido disfrutar.