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domingo, 25 de febrero de 2018

Increíble pero cierto: poco bicherío en nuestra escapada a Galicia.

Nos fuimos el chaval y yo a la fantástica costa norte de Galicia, 500 kilómetros de una tirada. Encontramos unos paisajes que no olvidaremos, enmedio de un temporal de los de película. Pero, y todavía no me lo explico, prácticamente no vimos aves interesantes: ni patos buceadores, ni gaviotas blancas ni americanas, ni colimbos ni álcidos...sencillamente nos faltó la suerte.




Lo más guapo que vimos fue el grupo habitual y cercano de ostreros (Haematopus ostralegus) por Cariño. Estos nunca fallan.











Adultos y juveniles como este ejemplar.














Un placer siempre volver a Cariño y encontrárnoslos.














A diferencia de otros años, ninguna rareza más en Cariño, muchas gaviotas sombrías y patiamarillas, y alguna con aspecto de argentea (Larus argentatus).










Alguna gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus).












Y una gaviota cana (Larus canus) adulta.














Por San Cibrao, lugar mítico para los gavioteros, mucho menos de lo esperado, con una posible aunque lejana y breve como para poder verificar gaviota cáspica (Larus cachinnans).








También las malencaradas gaviotas argenteas.











Y un montonín de gaviones atlánticos (Larus marinus), tanto adultos...











...como subadultos, aunque a este le faltan sólo meses.














Una enorme gaviotada, pero con poca miga.












Por O Vicedo, algún zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)...












...vigilado por el gavión atlántico más feo que recuerde...













Era mucho más guapo este otro posible 2º invierno de Celeiro.














En Viveiro, decepción total, poca variedad y poca cantidad, de limícolas flojísimo, con algún zarapito real (Numenius arquata)...










...archibebes claros (Tringa nebularia)...













...y las consabidas garzas reales (Ardea cinerea).











Y poco más. Menos mal que compensó la casual falta de aves la bestialidad de paisajes que encontramos, azotados por el paso de un frente atlántico. Eso en la próxima entrada.

jueves, 26 de febrero de 2015

Gavioteo extremo por Galicia (V): Viveiro: Gavión atlántico anillado.

Paramos a la ida en Viveiro, camino de Cariño, y la marea alta nos la jugó: ni un bicho en las playas.
A la vuelta, frenazo a la altura del puente: había cientos de gaviotas. Nos desplegamos rápidamente en plan comando, pero nada. Increíble, entre tantas gaviotas: no había anillas.
Pero después de un rato, apareció un joven gavión atlántico (Larus marinus) anillado. La única anilla de este viaje en principio proclive a encontrar muchas, y va a ser mi primer gavión anillado, ¡qué cosas!

La anilla, por ser de color negro, y empezar por J, se identificó enseguida como de Noruega, es un primer invierno, y era su primera lectura.
Era JU451.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Mi pequeño gran viaje a Galicia (VIII): Playa de Area

Al Este de la ría de Viveiro, y frente a nuestra habitación, se extendía la playa (praia) de (da) Area, larga, ancha, con dunas, y sobre todo, con paisaje: Una preciosidad. Paseable al 100%, y con una perspectiva diferente a cada paso, una oda a la complejidad y su belleza.



Una playa “a la gallega”, como sale reflejada en alguna guía, a mí me encantó, al anochecer no podía resistirme a su romanticismo, y desee vivir para siempre na Insua da Area, rodeado de mar.

viernes, 25 de octubre de 2013

Mi pequeño gran viaje a Galicia (III): Viveiro y playa de Covas.

Nos pateamos Viveiro y nos comimos gran parte de la producción de cefalópodos de la zona, y también aprovechamos para comprobar que en la zona oeste de la bonita playa de Covas, había un pequeño grupo de gaviotas, muy cercanas al paseo marítimo, tal y como me pronosticó Antonio.
Y lo más chulo, un gavión atlántico (Larus marinus), de 2º invierno, un gran ejemplar.





No eran muchas y no eran portadoras de anillas, destacaban de nuevo las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), bien guapas, mayoritariamente adultas.








Alguna gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), siempre ruidosas.












Una única gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus), somnolienta.









 Curiosamente, los grupos más que por especies, por edades, las sombrías (Larus fuscus) y patis jóvenes, juntas











Por desgracia, había también un alcatraz (Morus bassanus) orillado, un juvenil.






Una gran playa que cierra la ría por el Oeste...



…y se continúa con la playita de Seiramar, fin de este paseo tan agradable.

A la vuelta hicimos hambre pateando el casco histórico, muy pintoresco, esta es la Iglesia de Santa María del Campo, nada menos que del siglo XII.










Unas callejas más allá, solo nos quedaba sentarnos a comer como reyes...y luego seguir viaje a San Cibrao, próxima parada.