Hicimos en pleno verano una ascensión bastante cómoda al Pico Moro, una tachuela de poco más de 500 msnm pero con unas vistas que hacen que parezca una elevación mayor.
La ruta, como casi siempre nos gusta hacer, fue circular, y salvo un tramo con maleza alta, el resto, apto para todos los públicos.
Al ser una zona muy transformada por el hombre, no había mucha fauna, pero sí numerosas mariposas, por ejemplo la banda acodada (Hipparchia hermione).
En las laderas con helechos, uno de los territorios favoritos de la espectacular libélula Cordulegaster boltoni.
Y una curiosidad en forma de bandada de cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), seguramente provenientes de la ría de Ribadesella.