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domingo, 2 de agosto de 2020

Playas deliciosas: Riucabo

Riucabo, entre los concejos de Cudillero y Valdés, hace frontera mediante el río del mismo nombre, que en verano, y con poca agua, desemboca directamente bajo la gran capa de cantos rodados que dejan los temporales en invierno.

Este gran arenal, que andará por el kilómetro de largo, suele estar vacío, por la prolongada bajada desde Ballota, sin ninguna dificultad pero larga para la mayoría de los turistas habituales.

Este aislamiento relativo le da todavía mayor aliciente a una sucesión de acantilados de vértigo, una rasa llena de vida y piscinas naturales deliciosas.

viernes, 3 de enero de 2020

Los caprichos geológicos de Cobijeru y la Presa

El paseo que conecta Buelna con las playas interiores de Cobijeru y la Presa es uno de los más interesantes que se puede hacer hoy en día en la costa asturiana.







Especialmente si se va con niños, lo complejo del paisaje, y la espectacularidad de cada una de las paradas son un acierto seguro. Se aprende mucha geología, y para los más intrépidos tiene muchos alicientes.







El paseo, que sale de Buelna hacia el este, enseguida se introduce en un camino bien marcado, camino de la costa, y enseguida saltan las sorpresas.







Alrededor del camino empezamos a ver pequeñas cuevas, que recomiendo exploréis con una linterna o mejor aún un frontal. Con mucha precaución por lo resbaloso, pero merece mucho la pena ver cómo el agua forma estas caprichosas formaciones en el sustrato calizo.







Y en unos pasos, llegamos a la impactante playa de Cobijeru, o de las Acacias, por la abundancia de falsas acacias en los alrededores.














Se trata de una playa interior, surgida por la erosión del mar, que formó una conexión con el terreno interior, y como vemos, la arena surge por el movimiento incesante del oleaje y las mareas, llevando la playa a donde antes solo habría praos.










ya solo esta visión sería muy espectacular, y motivo suficiente para desplazarnos a Buelna, pero es que queda mucho más por ver. En la foto se aprecia que, por encima de la playa interior, hay una serie de acantilados, que si seguimos el camino que rodea a la derecha la playa...






...nos llevan a un enorme boquete que, con mucho cuidado, y siempre con iluminación suficiente, nos introducen bajo tierra, en un paseo alucinante por debajo de la costa, hasta que finalmente llegamos al mar.









La sensación es única y un poco surrealista, pero aquí estamos, al borde del cantábrico, después de seguir unos 10' de cuevas conectadas. El recorrido es cómodo y sin peligro, más allá de ir con calzado adecuado, luz, y ojo con los resbalones.










Pero para nada acaban aquí las sorpresas, pues de nuevo en el exterior de las cuevas por las que entramos, si seguimos el marcado camino hacia arriba, llegamos a este vertiginoso paso en los acantilados, realmente es memorable ver el mar desde aquí.














Con precaución (abstenerse gente con vértigo) podemos disfrutar de una vista única de este tramo de la costa llanisca.








Mirando hacia el lugar del que veníamos, tenemos al fondo la playa de Cobijeru, con sus acacias. Un bendito caos geológico que disfrutamos los amantes de los paisajes únicos.












Mucha gente se da la vuelta aquí, pero con un poco de paciencia, siguiendo por la pasarela "del vértigo", seguimos el tramo costero y después de unos 10' encontraremos una bajada a la izquierda que nos lleva a otra gran sorpresa geológica, ya que las mismas fuerzas que crearon Cobijeru, formaron este valle marino en el interior, antiguamente aprovechado como molino de marea, un paisaje diferente a todo lo que hayamos visto antes. Se trata de la playa de la Presa, alucinante. Si desde aquí completamos el paseo hasta Buelna habremos hecho un recorrido tan interesante como mágico.




martes, 31 de diciembre de 2019

De La Franca a Cuevas Coloradas: Un tramo de costa único en Ribadedeva.

Junto a los amigos de MAVEA, seguimos una ruta costera, aprovechando las mareonas bajas de finales de septiembre, que además de instructiva fue fantástica en cuanto a descubrir nuevo y mágicos paisajes.

 
Saliendo de la playa de Franca, ocupada de bañistas de manera masiva, fuimos pasando primero por la Cala del Oso, la rocosa playa del Vivero y finalmente llegamos a Mendía. De allí a Cuevas Coloradas, ya estábamos alucinados por las playas virtuales que estábamos viendo, y que desaparecerían en cuanto subiese la marea.




No recomiendo adentrarse en tan placentera aventura nada más que con grandes mareas bajas, y habiéndose informado mucho antes sobre los horarios, ya que, aunque el paseo en sí es fácil para cualquiera con condiciones físicas normales, en caso de pillarnos la marea alta, la situación puede ser fatídica, ya que hay un par de pasos muy cerrados y sin opciones de escape.











Dicho esto, ya en Mendía / Bendía (lo he visto escrito de las dos maneras), tenemos a la vista una de las mejores playas desiertas de Asturias, enormes en marea baja y solo para nosotros.
Con la Punta Cebollera cerrando este anfiteatro, Mendía es sin duda un placer para los sentidos.

Y llegamos al final, a Cuevas Coloradas, donde pudimos explicar la gran diversidad geológica y paisajística de este tramo final.


Dada la imposibilidad de subir por los acantilados de Cebollera sin conocimientos de alpinismo, y dada su peligrosidad, optamos por lo más prudente, que es echar unas cuantas fotos, aspirar el aire cargado de libertad, y encaminarnos de nuevo hacia La Franca. Fue grandiosa esta excursión.

jueves, 28 de noviembre de 2019

Playas deliciosas: Sabugo

La playa de Sabugo, otra deliciosa playa totalmente desconocida, es la playa que se encuentra entre las de Barayo y Otur. Entre estas playas tan famosas, es normal que pase desapercibida. Aunque la bajada es larga, un paseo desde el mismo aparcamiento de Barayo, en su vertiente valdesana, permite, después de atajar una buena caída por un senderillo, llegar a esta maravilla de tranquilidad.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Paseo de Penarronda a Serantes: Todas playas deliciosas.

Palabras mayores son las 3 primeras playas, desde el oeste, del concejo de Tapia de Casariego.












Partiendo del aparcamiento en la ermita de San Lorenzo, dejamos al oeste la playa, frontera con Castropol, de Penarronda. Siempre increíble y muy cambiante con la marea, no era nuestro objetivo este día de agosto.





Más al este, la playa de Santa Gadea, casi siempre agradablemente semivacía a pesar de ser, para mi gusto, una de las mejores playas de Asturias.




Con las islas Pantorgas cerrando al oeste la bahía, islas muy bien habitadas de ostreros y cormoranes moñudos, que crían, o más bien diría sobreviven, cada primavera.

Una playa muy tranquila, afortunadamente, rodeada de un entorno rural muy conservado.











Seguimos este paseo y llegamos al núcleo duro de las playas deliciosas en el occidente, la cala de Mixota.

50 años después de los primeros nudistas en esta bendita playa, sigue siendo fuente inagotable de anécdotas, algunas ciertas, entre curas de la comarca, aldeanos no siempre descontentos con la visión de los pecaminosos naturistas y autoridades locales. Lo que no es broma es la gran belleza y paz que se vive abajo en la arena de este paraíso.

Terminamos asomándonos al acantilado para ver cercana la playa hermana de Serantes, y, a lo lejos, Tapia.













Además, en el pueblín de Santa Gadea la abundancia de casas de labor bien conservadas permite la cría de aves de granero, como este juvenil de lavandera blanca (Motacilla alba)...










...o de estos pollos volanderos de estorninos negros (Sturnus unicolor).




domingo, 2 de junio de 2019

Mariposeando por Barayo

Una manera bien guapa de ir a la playa es escoger alguna de las playas todavía salvajes de Asturias y en vez de aparcar el coche a la orilla, caminar un poco para disfrutar del corto camino.

Este es el caso de la playa de Barayo, que disfruta de protección como uno de las pocos complejos costeros relativamente inalterados de Asturias. Bajamos desde la margen de Valdés, un camino corto pero precioso.







Al ser plena primavera, vimos algunas mariposas típicas de esta época, la más abundante, la limonera (Gonepteryx rhamni), las había por docenas.












Otra muy abundante, la blanca esbelta (Leptidea sinapis).












Finalizando con las pieridae, la blanca verdinervada (Pieris napi).













De nymphalidae, 2 muy frecuentes, la atalanta (Vanessa atalanta)...










...y la pavo real (Inachis io).













Así que disfrutamos de un perfecto día de playa, hicimos algo de ejercicio, y además descubrimos algo de naturaleza, un buen plan creo.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Playas deliciosas: Quintana.

Esta gran playa del concejo de Valdés es una joya muy poco valorada.

Enorme y siempre semivacía, dispone de 2 estupendos aparcamientos casi siempre solitarios que conectan, mediante un paseo de escasos 5' con la playa.













Las fotos están sacadas en un día espléndido en pleno fin de semana de agosto, lo que da idea de lo guapa y salvaje que es esta playa. Desde el punto de llegada a la playa podemos escoger la panorámica anterior, al este, o esta otra, al oeste, las dos son magníficas.

















Tiene buena anchura por lo que incluso en mareas bastante altas hay playa, y además con marea baja, hay un pedrero intermareal lleno de vida y con un montón de charcos del tamaño de piscinas, para los niños.











Debajo de esta gran laja de roca de varios metros de alto hay una piscina natural de unos 50 metros cuadrados, a la sombra, que es sencillamente un lujo.



















Con los derrumbes del invierno de sus altos acantilados, nos damos cuenta de la erosión acelerada de esta última década "gracias" al cambio climático, y de lo que nos espera en toda la costa del mar Cantábrico.
















Hace una docena de años que frecuentamos esta maravilla, y cada año nos encontramos la arena más arriba, impactada contra la línea costera de invierno a invierno, y abriendo y después rellenando las cuevas que se forman de una manera dramática, cualquiera que quiera saber qué va a pasar en el futuro con la erosión del litoral debería echarle un vistazo a cómo era esta playa y cómo es ahora.

martes, 3 de julio de 2018

Por la ruta de los miradores del Cabo Vidíu

Hace poco que se desbrozó la senda que recorre los acantilados del Cabo Vidíu (Cudillero) hacia el oeste, y aprovechamos para recorrer parte hasta la playa de Cueva, donde pasamos una tarde de lo más agradable.























La ruta recorre con la vista medio concejo de Cudillero y Valdés, y además de fácil, el recorrido es llano, así que no hay excusa.















Las vistas quitan el hipo. Los bancos, aunque bonitos, siguen la moda de otros lugares donde la gente para y se hace selfies, y acaban llegando los turistas en autobús. En fin, espero que esta moda no se instale en este lugar por lo demás tradicionalmente muy tranquilo. El paisaje invita al silencio y el disfrute, no al griterío y el bullicio.







Cuando el lugar es impactante, no hacen falta instalaciones artificiales permanentes para que la gente se quede con la boca abierta.
















Pasada la primera playa de Doría por lo alto, empezamos la bajada a la playa de Cueva, que aunque no tiene una zona de baño fácil, por sus bajos de piedra, sí tiene una calidad paisajística muy destacable.












En marea baja, como fue el caso, la riqueza natural de su zona intermareal demuestra lo (por ahora) poco explotada que está esta costa.

Toda tranquilidad, totalmente recomendable.