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jueves, 3 de septiembre de 2020

Por el lago de Isoba

 Al lago de Isoba, en león, en los alrededores del puerto de San Isidro, hacía años que no íbamos, y aunque hizo mucho calor, mereció la pena la excursión. Quedamos asombrados de la cantidad de mariposas que vimos, muy superior en número y diversidad respecto de la parte asturiana de la Cordillera Cantábrica. Por ejemplo, abundantes las niñas hocecillas (Plebejus argus).



















Muy abundante también la niña coridon (Lysandra coridon).















Siguiendo con las licenas, la manto dorado (Lycaena virgaureae).















Infinidad de mariposas de la familia nymphalidae, las más destacables la muy escasa en Asturias medioluto ibérica (Melanergia lachesis).


















Multitud también de polillas, como la Zygaena loti



















O la muy abundante en casi todas partes esfingí colibrí (Macroglossum stellatarum).



















Sin duda las muy suaves pendientes de esta vertiente, a pesar de la altitud de la montaña, favorece una vegetación más proclive para las mariposas y otros insectos.

El lago de Isoba, entre los picos de San Justo y el propio pico Isoba es muy fotogénico.

A la orilla del lago se estaba muy ricamente, y pudimos disfrutar de una buena concentración de especies. 
De libélulas, por ejemplo, el brillante metálico Lestes sponsa.




















Otro caballito del diablo abundante, Ischnura elegans.







Subiendo de tamaño, la Sympetrum sanguineum.













Patrullando y compitiendo con la Anax imperator, que no pude fotografiar, la Orthetrum cancellatum, un macho.














En las orillas, los reproductores zampullines chicos (Tachybaptus ruficollis).



















Y centenares de ranas verdes ibéricas (Pelophylax perezi).
















Ya de vuelta al pueblo de Isoba, disfrutamos de la placidez del paisaje.














Pardillos comunes (Linaria cannabina) en las peñas.















Y aviones comunes (Delichon urbicum) ya en los tejados. Una excursión bien recomendable.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Los últimos insectos del Cabu Peñes

Los últimos insectos vistosos que vemos en octubre en Cabu Peñes son los más prestosos porque sabemos que hasta bien entrada la primavera no veremos más (o casi). Preciosidades como la hembra del ícaro (Polyommatus icarus).















Viven una última explosión de individuos justo antes de que lleguen los fríos.










La canela estriada (Lampides boeticus) también abunda al principio del otoño.














Otra muy abundante a principios de otoño es la níspola (Coenonympha pamphilus).














Cuando mariposas como la licena manto oscuro (Lycaena tytirus) desaparece de la vista lo hacen muchas veces de un día para otro, coincidiendo con los primeros temporales. dependiendo de la especie, pasarán el invierno hibernando como huevo, oruga, pupa o adulto.










Otras pueden prosperar en diferentes generaciones y reaparecer de manera activa como adultos a lo largo de todo el año, aunque ya no serán abundantes en otoño e invierno, dependiendo a veces de subidas temporales de la temperatura y de días soleados para volver a verse. Tal es el caso de la blanquita de la col (Pieris rapae).









Y sobre todo de la mariposa de los muros (Pararge aegeria), que siempre nos da una alegría apareciendo incluso en pleno invierno.













En cuanto a las libélulas, es típica la irrupción de grandes cantidades en estas fechas de especies como Sympetrum sanguineum, en este caso una hembra, fijáos en que penoso estado está, serán las últimas que veamos.










Las más beneficiadas por esta última etapa de abundancia, las arañas de jardín (Araneus diadematus) , que viven un  último festival en los praos en octubre.