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domingo, 14 de octubre de 2018

A insectos por Grao (II): Mariposas.

Seguimos con las mariposas, vimos muchas, pudimos fotografiar algunas. No en vano en este parque había un jardín de mariposas. Posiblemente la que más me gustó inmortalizar fue la C-Blanca (Polygonia c-album).















Inconfundible con esas alas recortadas como a tijera.








Otra bonita nymphalidae es la Doncella mayor (Melitaea phoebe).














El estado de sus alas anuncia malos tiempos para los insectos, la mayoría de ellos estaban terminando ya el verano y con él su ciclo vital.







De la misma familia, la preciosa y frecuente en casi todas partes pavo real (Inachis io).











De las pequeñas, en hesperiidae, la dorada de orla ancha (Ochlodes venata), en este caso, un macho, por su distintivo androconio.












Otra muy pequeñita, la licena naranjitas rabicorta (Cupido argiades), un macho, con un color azul intenso que refulgía bajo el sol en decenas de ellas que se veían por los prados alrededor del río.









Además de insectos, algunas curiosidades, como las abundantes lagartijas roqueras (Podarcis muralis) calentándose al sol...en este caso una hembra.









Y también abundantes en el río las anguilas (Anguilla anguilla). Ahora que escasean casi en cualquier parte, da gusto verlas esconderse entre las piedras.


jueves, 5 de octubre de 2017

Cría de lagarto verdinegro

Entre julio y agosto ponen los huevos las hembras de lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), y tuvimos la suerte, sobre todo los peques, de encontrar (creo que fue Germán), peligrosamente al borde de la carretera, a un juvenil bien chiquitín.

Después de fijarnos bien y recibir mi rollo habitual para que supiesen lo que era, lo devolvieron con delicadeza, alejándolo del tráfico. Un bicho bien guapo.

domingo, 24 de agosto de 2014

Por la Bahía de Cádiz (IV): Punta del Boquerón (I):Paisajes, plantas y animalejos sin plumas

La primera ruta que hice me llevó, tras pasar San Fernando, en dirección a la enorme playa de Camposoto, por una vereda, hacia la Punta del Boquerón, inmensa duna rodeada por el Este por el Estero de Sancti Petri, entrada natural que separa la isla del León del resto de la provincia, y a su vez circundada por salinas y marismas llenas de vida, a eso iba yo.


Saliendo del aparcamiento, mucha información, está lleno de paneles todo el camino, me gusta caminar por un terreno natural, pero con mucha intervención en forma de conocimientos que no molestan e informan.











Me llevó como hora y media, parando en muchas ocasiones.














Aprovechaba cada parada para leer la valiosa documentación, y también para parar un poco la sudada que traía entre caminar a pleno Sol (ya hacía calor a las 7 de la mañana) y cargar con el equipo.











La primera parte de la ruta discurre por traviesas de madera, "volando" sobre las dunas y su vegetación.






Enseguida el sendero se transforma en vereda y en un duro caminar sobre la misma arena, la duna es sencillamente bestial.








En las dunas, mucha vegetación, que fija la arena, y también fija a la fauna. Por ejemplo, la retama marina (Retama monospermum), muy abundante en todas las dunas naturales que vi.








Una flor muy hermosa y que me recordó a las dunas de Asturias, en las que aparece en mucha menor densidad, el nardo marítimo (Pancratium maritimum).











Otra más discreta pero igual de escasa y específica de estos ambientes marinos, creo que es el alhelí de mar (Malcomia littorea).








Y ya con las flores muy pasadas de fechas, la manzanilla de mar (Anthemis maritima).











En las zonas húmedas, el junco (Juncus acutus) era el más destacado.










Varios carteles describían la flora en las distintas paradas, un lujo.









Entre tanta vegetación, alguna sorpresa, como este tremendo ejemplar de lagarto ocelado (Lacerta lepida), menuda cara de mal humor.








Sin duda no le faltaría la comida, a tenor de las miles de huellas de coleópteros que surcaban la vereda.
















Una vida dura la de los insectos en estos parajes.









Muy abundantes también las huellas de los conejos (Oryctolagus cunniculus).










Fácil seguir sus sendas hacia las bocas de las conejeras, otra cosa será sacarlos de allí.










Al Oeste, la duna continua durante kilómetros, y al Este, las salinas y el Estero, por desgracia, porque a esa dirección todas las fotos salían espantosas, como comprobaréis el próximo día, ya que siempre estaba el Sol de frente, ¡maldición!







En estos fangales y salinas, sin duda el animal más abundante, a veces en cantidades prodigiosas, era el cangrejo violinista (Uca tangeri).









Se escondían en cuanto te sentían llegar, con un rápido movimiento, al barro.








Con un poco de paciencia, se podían ver decenas por metro cuadrado.










Llegando ya al tramo final, nos encontramos con el Estero de Sancti Petri.







Tras los restos de las baterías (Baterías de Urrutia) que guardaban esta entrada posterior de la Bahía de Cádiz, la preciosa punta de Sancti Petri y su puerto deportivo, con la kilométrica barra arenosa de Sancti Petri y La Barrosa. Una maravilla de ruta.

En la próxima entrada, los miles de aves que pude disfrutar, aunque el Sol en contra y la lejanía de las aves acuáticas me decepcionasen (pero solo un poco).

martes, 19 de agosto de 2014

Por la Bahía de Cádiz (III): Pequeños dragones benefactores.

En nuestra casita alquilada en Pago del Humo, disfrutamos de la hospitalidad de 2 pequeños reptiles que se pusieron las botas con los insectos que atraían nuestras barbacoas y las noches de tertulia a la luz de la terracita con nuestros amigos.

Una, muy amigable, era la salamanquesa común (Tarentola mauritanica), con un aspectosauriano un poco amenazador, que se paseaba por las ventanas en vertical como si fuese arte de magia.














La otra, mucho más tímida, más chiquitina y de aspecto gomoso extravagante con los ojos grandes y su color rosado, era la salamanquesa rosada (Hemidactylus turcicus), que andaba más por los huecos de paredes, techo, y, como en este caso, captada con el móvil con escaso arte, en la valla del garaje cuando me levantaba con el alba a observar limícolas a las salinas.





La de ronchas y picores que nos habrán ahorrado con sus festines de insectos.

martes, 29 de abril de 2014

Ruta del Embalse de Trasona (II): Bichos.

Pocos se vieron, ya que es un lugar muy humanizado y sería pedir milagros.

En el aire, lo único reseñable, una pareja de milanos negros (Milvus migrans), muy cariñosos.







Mucho menos cariñosos entre ellos, pero mucho más abundantes, los ánades azulones (Anas platyrynchos).










Machos.

Varias parejas.










Hembras.









Y cómo no, los patitos, muy esquivos, por pequeñajos, aún.











Las fochas comunes (Fulica atra), no lo puedo confirmar, pero yo diría que la sospecha de cría es muy grande por la actitud que observé.




No demasiados pajarinos, una abundancia inusitada de ruiseñores bastardos, y poco más.
En reptiles, abundante la ubicua lagartija roquera (Podarcis muralis), creo que este es un macho.










Y de mariposas, lo lógico, pocas y de las especies más resistentes, como esta mariposa de los muros (Pararge aergia).











En general, y en esta época, que no es la mejor, poca variedad, la zona está muy humanizada.

martes, 10 de septiembre de 2013

Algunos lagartos y libélulas de Lanzarote

Vi muchos lagartos atlánticos (Gallotia atlantica atlantica) tanto en Lanzarote como en La Graciosa, de donde son estas fotos, cosa normal, porque es un lagarto muy abundante aquí.









Lo que no me esperaba era ver casi todos los días alguna libélula, esta no quisiera equivocarme, pero creo que es Sympetrum fonscolombii, en las salinas de los Agujeros.







Esta otra está desenfocada, pero parece también del género Sympetrum. En La Graciosa.










Buena comida para los lagartos atlánticos, que estaban esfamiaos en el duro agosto, tanto que este ejemplar en concreto se subía a las mochilas de los que se paraban para fisgar a ver si había algo de comida.






Con esos ocelos color turquesa, llaman la atención, siendo tan descarados, temí por este lagarto, pero al contrario, unos turistas de Tenerife que pasaban por allí, le echaron un poco de agua en una piedra, y el lagarto lamía ávidamente la humedad, menudo recalentón tenía el pobre.

sábado, 19 de mayo de 2012

De La Pereda a Peñamiel: los bichos.

Además del paisaje, en la ruta que os puse en la última entrada encontré algunos animalillos interesantes.

Me llamaron la atención sobre todo los reptiles y anfibios, como este lución (Anguis fragilis), que pasó a toda mecha al lado nuestro.









Algunos sapos (Bufo bufo), y en los charcos, incluso los más pequeños y embarrados, tritones palmeados (Triturus helveticus).


























Encontramos esta salamandra (Salamandra salamandra). Desconozco si el color es normal o si se trata de una variedad melánica. Las subespecies son muy liosas y cambiantes, no me voy a meter en líos.







Por todo el camino, espineras (Crataegus monogyna). Quien no se haya puesto en mayo debajo de una en flor, a oler el aire, aún no sabe de qué va la vida. Gloria pura.









De mamíferos, unos cuantos gatonos, y donde hay gatos...pues aparecen sus presas, como este musgaño de Cabrera (Neomys anomalus), el cual pude distinguir de su primo el patiblanco por su menor tamaño, el vientre blanco puro y la falta de pelo blanco tras las orejas.









Multitud de flores, entre ellas una de mis favoritas, la aguileña (Aquilegia vulgaris), preciosa tanto por encima...









...como por debajo.











De aves, poca cosa, porque era mediodía, y además iba con una parejina muy charlatana y chillona...pero algo se vio a lo lejos. En los praos, una lavandera cascadeña (Motacilla cinerea).










Y abundantísimos verdecillos (Serinus serinus).













Los bosques, ya con hojas, imposibilitan sacar a los que habitan entre las ramas, como el mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus), muy abundantes y cantarines.






Mucho menos abundantes, pero más interesantes, porque son muy pocas las parejas que crían en Asturias, los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus).

Si este bicho es un musical, es la 1ª vez que los veo criar.

Al lado de la espinera donde reclamaba, colgada de una peña de caliza, había una pequeña colonia de avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) y más nidos de papamoscas gris (Muscicapa striata).




Y mucho más accesible, un nido de colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros).Los pollos piaban pensando que les traía la comida, y en cuanto se dieron cuenta del error, callaron por la vía rápida.













Por encima de la peña, los buitres leonados (Gyps fulvus).













Al borde del camino, un yunque para cazar y desconchar caracoles. Aunque el musgaño gusta de utilizarlos, mi sospecha va hacia el zorzal común (Turdus philomelos).


















El pueblo de Lloreo tiene muy bien puesto el nombre, porque abundaban los laureles (Laurus nobilis), algunos de ellos, los más grandes que recuerdo. Fijaos que lo que tiene el laurel (oscuro) a la izquierda, es todo un Sr. castaño (Castanea sativa). A ver quién es aquí un arbusto...








Pues nada, termino con otra flor tan preciosa como letal: digital (Digitalis purpurea).

Como veis, hasta en un humilde paseo se ven muchas cosa interesantes.