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lunes, 12 de agosto de 2019

Delta del Ebro: El Garxal

Aunque había leído mucho de las bondades del Delta del Ebro, sin duda el viaje que hicimos este año me abrió los ojos a la extraordinaria biodiversidad y paisaje que ostenta. La primera ruta que hice para comprobarlo fue por el Garxal, justo donde el Ebro desemboca.









Ya caminando desde el chalet donde nos alojábamos, fui encontrándome aves interesantes, como las abubillas (Upupa epops).











O la cogujada común (Galerida cristata).













Las golondrinas comunes (Hirundo rustica), como en todo el Delta, por centenares.











Ya llegando al gran río, nos encontramos el Port de Deltebre. Saliendo el Sol, el Ebro presentaba un aspecto magnífico.











En el puerto me hinché a ver gaviotas de Audouin (Larus audouini). Aunque las había visto en mis diferentes ocasiones de visita al Mediterráneo, su abundancia en el Delta me sorprendió mucho.










Esperaban pacientemente la labor de descarte de los pescadores.








Pude leer unas cuantas anillas, todas con el mismo esquema autóctono del Delta.














A partir de aquí el camino toma un rumbo norte paralelo al río Ebro.


La Isla de Buda, frente a nosotros.














Un solitario pájaro moscón (Remiz pendulinus) en los cañaverales de la orilla.














Cuando el camino se acaba, es que estamos frente al mirador del Zigurat.










El nombre está claro de donde le viene.

















Desde aquí la vista es perfecta para ver dónde se acaba el río. Por desgracia, cada año termina antes, ya que tristemente el Ebro está en regresión.

Y ya tenemos propiamente el Garxal a nuestra izquierda. Llenito de garzas, por ejemplo garzas imperiales (Ardea purpurea)...












...garzas reales (Ardea cinerea)...











...avetorillos comunes (Ixobrychus minutus)...










...martinetes (Nycticorax nycticorax)...














...o garcillas cangrejeras (Ardeola ralloides).













Aunque el lugar en sí es un hervidero de aves, la verdad es que los observatorios, que son muy bonitos, están bastante alejados de "la acción", con lo que queda una sensación agridulce de estar viendo miles de aves...muy lejos.




Sin duda la estrella del lugar es el flamenco común (Phoenicopterus roseus), que ya desde el Zigurat se veía cruzar el lugar.










Abundantes, muy activos, y nada tímidos.









Pude verlos en mucha mayor abundancia en otras aventuras posteriores por el Delta, pero sin duda fueron el colofón del día.











De otras aves, el checklist sería muy amplio, pero destacar por ejemplo los moritos (Plegadis falcinellus)...











...los patos colorados (Netta rufina)...













...las fochas comunes (Fulica atra)...












...el charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis)...














...y ¡sorpresa! un ejemplar de cisne vulgar (Cygnus olor).












Desde los observatorios ya caminamos hacia la playa de Riumar.












La vegetación, rala, en esta zona ya próxima a la arena, por ejemplo, el nardo marítimo (Pancratium maritimum).











De mariposas, curiosamente, poquísima cantidad y variedad, aunque lo compense la presencia de la hermosísima mariposa tigre (Danaus chryssipus).










Pocos reptiles por el camino, ejemplificados por esta hembra de lagartija colilarga (Psammodramus algirus).








De odonatos, y fue una constante en todo el viaje, miles y miles de libélulas, pero de muy pocas especies. Sin duda, la más abundante (miles cada día), la Sympetrum fonscolombii.










El caballito del diablo Ischnura elegans, también abundante.











La libélula Crocothemis erythraea, algunos ejemplares sueltos.












Y un par de Orthetrum cancellatum.











Ya terminada la excursión, buen momento para tomarse un refresco desde el mirador de la playa de Riumar, un par de kilómetros de arena, playa tranquila y que da servicio a la pequeña urbanización del mismo nombre, igual de tranquila que la playa.

sábado, 22 de septiembre de 2018

El Hondo: Lagunas del Centro de Interpretación

Los amables técnicos de El Hondo me habían comentado que me pasase por las lagunas acondicionadas alrededor del centro de interpretación porque se encontraban muchas especies más cerca que en el propio pantano y además había buenas condiciones para fotografiarlas, y aunque no muy convencido, para allá nos fuimos y desde luego es de agradecer el consejo.








Estas charcas están muy bien cuidadas, hay una minireserva muy interesante de flora, y además el recorrido enlaza diferentes hábitats entre lagunas.












Desde luego la especie estrella, una vez que constatamos que no había ninguna cerceta pardilla en aquel momento, fue la focha moruna (Fulica cristata). Nunca había visto una en libertad, y conseguimos ver hasta 6 ejemplares en las distintas lagunas.






Lo mejor fue ver un pollito, que aunque sea sólo uno, merece la pena en esta especie tan amenazada de extinción.










Aunque tienen fama de esquivas, se pudo observar a los ejemplares bastante bien...













...pero sin duda este ejemplar se llevó la palma, colocándose durante unos minutos interminables justo delante nuestro. Al estar protegidos por la vegetación, pudimos disfrutar de sus evoluciones a menos de 5 metros, un sueño hecho realidad.












Por muchos vídeos o fotos que hayas visto, tener a esta focha delante no tiene nada que ver, los "cuernos" destacan una barbaridad, y las diferencias que a distancia se difuminan, como el color grisáceo del pico, o el diferente grado de penetración del plumaje negro en el escudete, que lo separan de la focha común, se hacen evidentes.










Se alimentaba freneticamente en la vegetación de la charca, sacudiendo el pico cada vez que arrancaba la materia vegetal para poder tragarla mejor.









Os pongo un cutrevídeo.















Nos comentaba un técnico que el proyecto de reintroducción de la Comunidad valenciana de esta especie, que ha liberado varios ejemplares en los últimos años, especialmente en La Albufera, ha ayudado a que haya en El Hondo una población estable.





Además, se han hecho actuaciones para mejorar el hábitat y la alimentación de la focha moruna, que también han favorecido su presencia.










Una pasada de especie.













A su alrededor, muchas fochas comunes (Fulica atra), que pasaban desapercibidas  con las morunas. Parece increíble lo complicado que es separar estas especies a distancia, y esto es un problema, en especial por la caza, que no discrimina a unas y otras, y accidentalmente se acaba con la moruna.








De otras especies, podemos reseñar al avetorillo (Ixobrychus minutus), que es todo un equilibrista del carrizo.












Seguramente había muchos, pero es una especie muy difícil de encontrar por ser muy críptica.











El calamón (Porphyrio porphyrio) también pululaba entre el carrizo, viéndose 3 ejemplares, difícilmente fotografiables por sus costumbre esquivas.











Los observatorios están a lo largo de la ruta perimetral y cubren mucha superficie.













Garcillas cangrejeras, garcetas comunes, ánades azulones, gallinetas comunes...unos días antes se habían visto flamencos.











Curiosamente, había pocas anátidas aparte de los azulones, como este porrón europeo (Aythya ferina).