
Fui acercándome, y seguía un poco confuso, porque el perfil era extraño ¿una lechuza, un chotacabras, un torcecuello? Ninguna de las opciones me cuadraba.
Solo cuando ya me puse a escasos metros y vi los colores verde azul y amarillo de su tropical plumaje pude enlazar silueta y canto: era un periquito (Melopsittacus undulatus).
Podéis escucharlo en este cutrísimo vídeo.

Aparentaba estar en perfecto estado de salud, y por supuesto, debía ser un ejemplar proveniente de cría en cautividad, eso seguro, lo que no es seguro es que no prospere en libertad, ya que el lugar es muy termófilo, sin inviernos fuertes, y como sucede en otras partes de España, es posible que sobrevivan al invierno en libertad, y si da la casualidad que encuentre a otro ejemplar, llegue a criar.

Perdonad las espantosas fotos hechas con el móvil, y el vídeo, que para encima sale tumbado, e simplemente por documentar la curiosidad.