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lunes, 11 de mayo de 2020

No son esenciales

Aparentemente, los pájaros, como este petirrojo (Erithacus rubecula), no son esenciales para este gobierno. Su estudio, y su disfrute por la ciudadanía, tampoco.

Seguimos esperando a que nos den permiso para practicar una actividad tan poco sospechosa de transmitir virus como es caminar en solitario y en silencio por el campo, a horas bien tempranas,  observando a las aves y la naturaleza que las rodea, prismáticos al cuello y cámara en mano.

El Principado ya se ha adelantado a pedir una apertura exprés para la pesca y la caza, pero aparentemente a nuestros gestores, que saben bien lo que nos conviene, las aves en particular, y la naturaleza en general, les importan una m............Lo pagarán caro.

domingo, 29 de diciembre de 2019

3 playas bien diferentes en Llanes: las 3 deliciosas y cargadas de aves.

En septiembre, ya sin tanto turista en las playas de Llanes, es un momento perfecto para disfrutar de uno de los tramos más deliciosos de la costa asturiana, de Vidiago a Buelna, pasando por Pendueles.








Salimos desde la playa de Buelna bien temprano. Esta playa, que es pequeña, tiene tantos alicientes que parece mucho mayor. Sobre todo, el monolito central, abierto al Cantábrico, que ya es un icono del concejo de Llanes.









Saliendo de la playa, vamos por la costa en dirección oeste, y en las praderías costeras podemos ver un montón de pequeños pájaros, como petirrojos (Erithacus rubecula)...
















...tarabillas comunes (Saxicola rubicola)...









...o las migradoras tarabillas norteñas (Saxicola rubetra).














Acercándonos a los acantilados de Pendueles, ya vemos algunas aves acuáticas en migración postnupcial, como los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo)....









...o las garzas reales (Ardea cinerea).
















Ya nos adentramos en una playa muy diferente de la anterior: Pendueles.








Muy acantilada, con un acceso (actualmente) muy precario, y con un tómbolo precioso hacia el mar, dio la casualidad de verla justo en una arribazón de ocle, lo que atrajo mucha avifauna.





Varios vuelvepiedras (Arenaria interpres), poniéndose morados de copépodos que a su vez prosperaban entre las algas podridas.










A su lado, un grupín de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), cogiendo fuerzas para seguir hacia el sur.












El local colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) también aprovechaba el momento.















Un buen número de lavanderas blancas (Motacilla alba) migrantes acompañaba al grupo.















De vuelta en el camino, seguimos hacia la playa de Vidiago, viendo en los prados sin segar varios buitrones (Cisticola juncidis).












Cuesta creer que en septiembre todavía estuviésemos deseando que lloviese. La que cayó después. La sequedad del terreno impedía que prosperasen las setas, como este Macrolepiota sp.










Y finalmente, llegamos a la playa de Vidiago.













A pesar de ser una playa muy concurrida, y del vecino camping, que hace que el acercamiento sea poco atractivo, la playa en sí, tan diferente de las dos anteriores, crea un triángulo final de playas espectaculares en un tramo que solo podríamos calificar de delicioso para los sentidos.














domingo, 3 de febrero de 2019

Petirrojos en abundancia

Uno de los pocos pájaros invernantes que han abundado este invierno como cualquier otro es el petirrojo (Erithacus rubecula), con abundantes ejemplares en cualquier campiña asturiana.
Nos han fallado en Gijón las cifras de la mayoría de invernantes pequeños, como zorzales alirrojos, mosquiteros comunes, reyezuelos listados, lavanderas blancas, jilgueros, palomas torcaces, y tantos otros, pero estos bichos por ahora siguen siendo tan habituales como cualquier otro año.
































































martes, 12 de diciembre de 2017

Pajareando por cabo Busto el mes pasado.

Coincidiendo con una entrada masiva de paseriformes invernantes, disfruté mucho casi sin alejarme del faro del Cabo Busto.
Algunas aves era la primera vez que las veía aquí, como los 5 herrerillos capuchinos (Lophophanes cristatus) que había entre los pinos. En los mismos árboles, un buen bando de carboneros comunes, herrerillos comunes y carboneros garrapinos. Páridos a montón.







Sin duda los más abundantes aquel día los pinzones vulgares (Fringilla coelebs).













Entraban por cientos desde el Norte de Europa, igual que los muchísimos y muy agotados y confiados petirrojos (Erithacus rubecula) que pasarán el invierno aquí.











Cientos también los bisbitas pratenses (Anthus pratensis) que salían de los praos...










...de los matos...














...y de las copas. Por todas partes.






En el propio faro se veían muchos busardos ratoneros (Buteo buteo), muchos de ellos también vienen a pasar el invierno.







Lavanderas blancas (Motacilla alba) también por decenas.









Mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) también reclamando casi en cada árbol.












También los abundantes zorzales comunes (Turdus philomelos) reforzaban en mucho la población de aves locales.












Los pájaros sedentarios y casi conocidos ya ejemplar por ejemplar tampoco me fallaron al encuentro, como el acentor común (Prunella modularis).










Colirrojos tizones (Phoenicuros ochruros).












Cornejas negras (Corvus corone).













Verderón común (Chloris chloris).










Mirlos comunes (Turdus merula).









Escribanos soteños (Emberiza cirlus).














O gorriones comunes (Passer domesticus). Un buen mogollón, vamos.













Un lugar perfecto, incluso si no te gustan los pájaros.

domingo, 29 de mayo de 2016

Censando el SACRE por la Senda Costera de Gijón y por la Providencia.

Un sitio muy bueno para ver pájaros es la estación de censo en la Senda costera de Gijón, un poco antes del aparcamiento de la playa de Serín. Aunque este año me faltó (desconozco la razón) el zarcero políglota que me recibía, parlanchín, cada año por mayo, tuve suerte con el resto de los invitados. Por el parque de la Providencia, por el contrario, flojo este año, con falta de algunas especies muy comunes aquí, como lavandera boyera, alondra común o acentor común. Pero bueno, para eso se censa, si siempre estuviesen los mismos bichos no haría falta.
Os pongo algunas fotos.


Empiezo con las palomas torcaces (Columba palumbus), cada año más frecuentes y captando hábitats inusuales.














El verdecillo (Serinus serinus), también muy frecuente y desafinando en cualquier posadero disponible.

















Las urracas (Pica pica), tan abundantes como siempre en los últimos años.









Las cornejas negras (Corvus corone), también en ascenso poblacional.










Otras grandes triunfadoras, las currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala).
















Los gorriones comunes (Passer domesticus) se mantienen, que no es poco.













El mirlo común (Turdus merula), también en números altos.












El buitrón (Cisticola juncidis), como nunca este año.













De los que flojean, el más preocupante el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), que aparentemente ha perdido este año un territorio en la zona que controlo.









El acentor común (Prunella modularis), flojucho también.













El colirrojo tizón (Phoenichurus ochruros), poco a poco a menos.









Del pardillo común (Carduelis cannabina), tampoco se ven los grandes bandos de hace unos años, aunque no es escaso.











Finalizo con el humilde petirrojo (Erithacus rubecula), ni fu ni fa.












Más o menos como la tarabilla común (Saxicola rubicola), sin grandes avances poblacionales y sacando pollos adelante.