
Investigando un poco, se trata de la calabaza de cabello de ángel (Cucurbita ficifolia), bastante resistente al frío y cultivada desde sus ancestros en los Andes para hacer dulces. Me imagino que la planta enraizó en la isleta y se las arregló para trepar, captar la luz a través de los alisos, florecer y obtener un único pero enorme fruto. Curioso.
