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miércoles, 22 de mayo de 2019

Caminando por la Sierra del Fito

Pillamos un día extraordinario para ir al monte desde el gran balcón de la Sierra del Fito. Enseguida dejamos atrás el follón turístico del Mirador (yo no entiendo qué le ven cuando caminando 1/4 de hora la vista es mucho mejor que en este atrapaturistas).

Pasamos por el pico modesto del Cantu la Teya, aunque las vistas no eran para nada modestas, como esta visión del Macizo Occidental de los Picos de Europa, presidido por la Peña Santa de Castilla.












Hacia el Macizo central, con Torrecerredo, tampoco desmerecía la vista.















Íbamos por un valle muy suave de pendiente, pegados al Sueve al Oeste.












Ya casi enlazando con la Sierra del Sueve, un magnífico rodal de bosque autóctono, lleno de cantos de los pájaros. A la derecha, el mar y Caravia.

Nuestro objetivo fue llegar a las Cabañas del Bustaco, una maravilla para el relax. Se ve el Cantu a la izquierda.

El Sueve, aunque cercano, lo dejamos para otro día que fuésemos sin niños.









Por el camino, algunas mariposas interesantes, como la naranjitas rabicorta (Cupido argiades).












O la abundantísima níspola (Coenonympha pamphilus).














Los acentores comunes (Prunella modularis) también muy abundantes.











Un par de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) jugando como siempre.












Bajamos atravesando los atractivos rodales de repoblación de pino silvestre.











Un último vistazo a la Peña Santa, qué maravilla de paseo.
















Sencillo, sin pérdida y con grandes alicientes, un paseo bien fácil y bien prestoso.






miércoles, 2 de enero de 2019

Al Naranco por los Monumentos

Hicimos a principios de diciembre una guapa ruta saliendo desde el parking de la ruta del Prerrománico. Una ruta bien sencilla pero muy agradable.
















Salimos directos a buscar, por el sendero que va entre bosquetes, el cordal del Monte Naranco, hacia la cima del Paisano, y desde allí hacia el Este, fuimos perdiendo altura y disfrutando de las vistas sobre Oviedo, hasta el punto de partida.







Son unos 7 kilómetros, con pendientes perfectamente soportables (íbamos con niños) y que ya sólo por las vistas merecen la pena.









Lo primero que nos encontramos fue San Miguel de Lillo. esta maravilla prerrománica del S. IX, pese a estar incompleta en sus 2/3 principlaes por un desprendimiento de tierras ya en el S. XIV, conserva un encanto especial, y con la última restauración se devolvió mucho de su esplendor.








La subida al cordal del Monte Naranco es muy amena, y enseguida se llega a un punto en el que empieza a verse un panorama increíble de la Cordillera Cantábrica.











Corona la ruta en el Paisano, con la célebre estatua del Sagrado Corazón de Jesús, de 1950.










Desde allí las vistas ya son difíciles de describir, ya que se domina casi toda la Asturias Central, con decenas de picos bien conocidos y muy queridos.

Con unos prismáticos y un teleobjetivo da para estar muchas horas de diversión. por ejemplo, se ven todos los grandes monumentos ovetenses, como la Catedral de San Salvador de Oviedo. De hecho, se ve mejor y se entiende mejor el gótico del conjunto desde aquí, en vista aérea, que a pie de la catedral.







Hacia la costa, se ven perfectamente todos los concejos centrales, Gijón incluido, esta es la vista hacia el puerto, con el Elogio del Horizonte cerrando, pues eso, el horizonte.










Hacia la Cordillera Cantábrica, excelentes las vistas hacia el Monsacro, el Aramo y finalmente el Macizo de Ubiña.




















Pero sin duda las vistas más espectaculares son hacia Picos de Europa. Pese a los 75 kilómetros lineales que separan picos y Naranco, se ve en detalle. De izquierda a derecha, podemos ver sin ningún problema Torrecerredo, en el Macizo central, y la Torre de Santa maría de Enol y peña Santa de Castilla, en el Macizo Occidental. De postal. Peña Mayor delante.

Forzando el teleobjetivo, vemos el precioso conjunto del Macizo Occidental, con la Torre de Santa maría, las Torres de Cebolleda, Torre de La Horcada, Torre de Enmedio, Las tres Marías, y...la inmensa mole de la Peña Santa de Castilla.








Ya bajando desde este oteadero fenomenal, vamos enlazando senderos por el Monte Naranco sin pérdida, hacia Oviedo, que ya empieza a aparecer a media ladera en toda su extensión.
Y ya llegamos de nuevo al Prerrománico, con su mayor joya, Santa María del Naranco, espectacular siempre.














Esta aula regia transformada en iglesia en época muy posterior tiene una arquitectura tan peculiar como curiosa, es austera, y de proporciones relativamente pequeñas, pero es un ejemplo único e irrepetible en el arte mundial, y uno nunca se cansa de dar vueltas alrededor y descubrir nuevos detalles. A veces ves ecos de la época romana, otras, arquitecura carolingia, otras veces, visigótica por extinguir, otras anticipas el románico por venir...imprescindible.



martes, 10 de julio de 2018

Sufriendo por el Pozúa

Como suele suceder, cuando lo pasas mal y pasa un tiempo, te acuerdas de lo bueno y olvidas lo malo. Hace unas semanas lo pasamos mi hijo y yo bastante mal ascendiendo el Pozúa por tierras de Sajambre. La ruta se complicó bastante y aunque al final tantos años de experiencia, y la suficiente madurez que tuvo el chaval para no ponerse nervioso hicieron que volviésemos sanos y salvos (pero reventados), pudo haber acabado la cosa quedándonos a dormir al raso...





Visto con perspectiva, me sirvió para recordar que los GPS son muy útiles pero no infalibles, y que donde esté un buen mapa, una brújula y la bendita experiencia montañera, que se quite la tecnología. Hubo que reorientarse a la antigua usanza, y funcionó mucho mejor que el aparatito, que nos metió por un camino que ya no era un camino si no una ratonera.
Si fuésemos rebecos (Rupicapra parva) hubiésemos saltado mejor entre los escayos más altos que nosotros...



...pero como no lo éramos nos contentamos con piropear la elegancia de nuestros vecinos de cuatro patas y salir de aquella a machetazos y trepando entre los matos.












Pero lo dicho, aprendimos alguna lección, aumentamos el vínculo paterno-filial, y menudas vistas allá arriba...hacia Picos de Europa, inenarrables, con el Jario, detrás de Vegabaño, en primer plano, y las vertientes sur de los macizos Central y Occidental al alcance de la mano.

Y hacia Asturias, tampoco desmerecían, con Ten y Pileñes tan cerca que apetecía ir a visitar sus cumbre aun nevadas.

Para quitarnos el susto, cambiamos de valle ya con el coche y nos acercamos  a
visitar el puerto de Panderruedas, ya en Valdeón, y además del Camborisco siempre presente, aquí sí que Picos de Europa y la nieve se hacían notar bien cerca.

Es ésta una visión de Picos de las más desconocida, y es una pena, porque el acercamiento desde este valle es maravilloso.














Lo dicho, el susto ya pasó y se quedó en el recuerdo el día tan intenso y un paisaje de una belleza abrumadora.














viernes, 24 de noviembre de 2017

Por la Sierra de Frieru

Fuimos a hacer un poco de montaña por la Collada de Arnicio y la verdad es que elegimos bien el sitio.















Subimos directamente por La Muezca a enlazar con la Sierra de Frieru a la altura de la Collada la Parada, y el nombre le viene perfecto, porque la vista, con Picos de Europa al fondo, es prodigiosa.

Aunque el terreno es bastante pelao, bosquetes dispersos hacen mucho más amena  la subida.












Arriba en el Cuetu Mon, a pesar de no pasar de los 1.300 msnm la vista hacia la peña los Tornos quita el hipo.












Tirando de teleobjetivo vemos lejos el Macizo de Ubiña.




Al fondo de la sierra, al NO, la principal montaña, que no la más alta, el muy conocido Facéu.










Comerse el bocata en buena compañía, con el único sonido del batir de alas de los buitres y un paisaje como este es algo que te da mucha vida.












Desde el Collado de La Campellina cada vez mejor vista.














Bajando hacia Arnicio ya de vuelta, todo el valle del Nalón al fondo, caso a nuestros pies, con el ya disfrutado Cerru Piqueru justo enfrente.

Una excursión fácil y bien guapa.




lunes, 30 de octubre de 2017

Adentrándonos en el Cantábrico: Picos de Europa a la vista

Se toma por un tópico que se llame a Picos de Europa de esa forma por ser la primera tierra que se ve de este continente desde el mar.





















Pero la verdad es que impresiona, tan lejos de tierra y a más de 100 kilómetros de distancia, ver perfectamente Picos.












Efectivamente, Torrecerredo coronaba esplendidamente nuestra vista hacia el continente, destacando sobre todo el paisaje asturiano según nos acercábamos a tierra.










Tan lejos pro aparentemente tan cerca, debieron causar una gran impresión de alegría en los navegantes al volver por el Cantábrico.