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martes, 1 de septiembre de 2020

Por la Sobia con MAVEA

 Fuimos los Maveos a explorar la Peña Sobia, teniendo de base el pueblo quirosano de Villamarcel, lo pasamos muy bien y vimos grandes paisajes, en especial la balconada que desde la Vega de Cueva se divisa hacia el Macizo de Ubiña.


Posteriormente nos orientaríamos hacia Peña Saleras, la cual coronaríamos.

De bichería, no tanta como esperábamos, pero algunas especies interesantes, por ejemplo bastantes collalbas grises (Oenanthe oenanthe libanotica).














También un buen montón de zorzales charlos (Turdus viscivorus) comiendo el buen montón de frutos que había en las espineras.














También algunos bandos de chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax).













De insectos, no mucha variedad tampoco, pero con una gran abundancia. por ejemplo, la licena niña coridon (Lysandra coridon) como siempre libando sales en lo peor: excrementos, esqueletos y barro. No cuadra la belleza de esta mariposa con su entorno, pero es lo que hay.














Menos número, la guapa mariposa ortiguera (Aglais urticae).














Muy frecuente también la loba (Maniola jurtina).














Una polilla interesante, la Setina flavicans.














Multitud de abejorros de varias especies, no son mi fuerte pero podrían ser Bombus pratorum...














...o el Bombus lucorum.













Un roedor muy interesante, al que vimos en vivo, despistándonos entre las rocas calizas, y este, seguramente atacado por algún depredador, lo pudimos identificar bien, es el neverón (Chyonomis nivalis).














Un bicho bien interesante y muy bien adaptado al frío.

















Una excursión bien aprovechada. El Aramo bien cerca enfrente.


miércoles, 22 de mayo de 2019

Caminando por la Sierra del Fito

Pillamos un día extraordinario para ir al monte desde el gran balcón de la Sierra del Fito. Enseguida dejamos atrás el follón turístico del Mirador (yo no entiendo qué le ven cuando caminando 1/4 de hora la vista es mucho mejor que en este atrapaturistas).

Pasamos por el pico modesto del Cantu la Teya, aunque las vistas no eran para nada modestas, como esta visión del Macizo Occidental de los Picos de Europa, presidido por la Peña Santa de Castilla.












Hacia el Macizo central, con Torrecerredo, tampoco desmerecía la vista.















Íbamos por un valle muy suave de pendiente, pegados al Sueve al Oeste.












Ya casi enlazando con la Sierra del Sueve, un magnífico rodal de bosque autóctono, lleno de cantos de los pájaros. A la derecha, el mar y Caravia.

Nuestro objetivo fue llegar a las Cabañas del Bustaco, una maravilla para el relax. Se ve el Cantu a la izquierda.

El Sueve, aunque cercano, lo dejamos para otro día que fuésemos sin niños.









Por el camino, algunas mariposas interesantes, como la naranjitas rabicorta (Cupido argiades).












O la abundantísima níspola (Coenonympha pamphilus).














Los acentores comunes (Prunella modularis) también muy abundantes.











Un par de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) jugando como siempre.












Bajamos atravesando los atractivos rodales de repoblación de pino silvestre.











Un último vistazo a la Peña Santa, qué maravilla de paseo.
















Sencillo, sin pérdida y con grandes alicientes, un paseo bien fácil y bien prestoso.






miércoles, 16 de mayo de 2018

Lavanderas boyeras "flava" y chovas piquirrojas por Celorio.

En un día lleno de niebla y frío que pensábamos que iba a ser soleado y cálido, apareció de la nada un bandito de lavanderas boyeras, 2 de las cuales eran de la raza centroeuropea (Motacilla flava flava).









2 machos, y uno de ellos se dejó fotografiar.













En los restos de las algas de los prados alrededor de Celorio eran felices localizando invertebrados.











Aunque malas, en las fotos se ven lo diferentes que son de nuestros machos de la raza iberiae.









Tal que así estaba la península de Borizu.
















3 chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) se aprovechaban de la niebla para cazar insectos y pasar desapercibidas.










Pero aunque no se veían apenas, su áspera voz las delataba fácilmente.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Por Socellares con MAVEA: Águila real, halcón abejero...

Cómo no, nos encontramos con algunas aves en los 2 días que anduvimos por Socellares, lo más prestoso, un inmaduro de águila real (Aquila chrysaetos) que cruzó de un valle a otro delante nuestro en un santiamén, muy lejana.








También fue muy curioso ver el marcaje al que se sometieron un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y un abejero europeo (Pernis apivorus).










No nos quedó claro quien perseguía a quien, pero por la mala leche que se guardan las rapaces pequeñas, sospecho que el intruso era el abejero.










Por supuestos, vimos un montonín de buitres leonados (Gyps fulvus).












Destacable también un buen bando de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax).

domingo, 10 de julio de 2016

Por las Brañas del Xorru

Si tengo que apuntar un lugar como sorpresivo en la realización de las cuadrículas del programa SACRE de la SEO, diría que las Brañas del Xorru, en Grao, ha sido el lugar donde más aves me he encontrado sin esperar encontrármelas.









Unas brañas muy bien conservadas, con varios tipos de ecosistema, con pinar de repoblación, manchas autóctonas de frondosas, prados, tojares, y algunas explotaciones ganaderas extensivas, una combinación muy buena para especies como el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio).










2 territorios colindantes con reproducción asegurada, todo un éxito para una especie en regresión en Asturias.









Muy abundante también el bisbita arbóreo (Anthus trivialis).











No me esperaba encontrar aquí al herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus), pero lo vi en varios grupos, y atendiendo a más de un posible nido.








¡Qué peligro anidar al lado de los alcaudones!






Y no sólo ellos, también varias rapaces como gavilán común, azor y este halcón peregrino (Falco peregrinus) patrullaron en algún momento la zona.














No parecía importarle demasiado a la familia de tarabillas comunes (Saxicola rubicola) residente.







Ni al zarcero políglota (Hippolais polyglotta) que no callaba ni un minuto.












Infinitamente más discreto en sonido, pero no evidentemente en plumaje, era el camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula).








Alguna pareja suelta también del escribano soteño (Emberiza cirlus). A su primo el cerillo lo vería más tarde, en Santa Cristina.
















Un valioso dato de papamoscas gris (Muscicapa striata), que no estaba registrado en el anterior atlas.







Y termino con un curioso trío de chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhocorax) que no me esperaba aquí.






Aparte de estas chovas, varias especies más que no me esperaba aquí registrar esta primavera como la perdiz roja, la oropéndola, el torcecuello y alguna más: un lugar en definitiva magnífico.