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martes, 16 de febrero de 2021

Porrón acollarado en el Parque Isabel

 A 2 días de terminar 2020 tuve la suerte de ver un macho de porrón acollarado (Aythya collaris) en el Parque Isabel de Gijón.









Al principio pensé que sería un macho de porrón moñudo, pero el borde blanco alrededor del pico, la cabeza con forma oblonga pero sin moño, los flancos grisáceos con una banda blanca en contraste con el pecho negro...parece que no había duda.


Es el primer macho que tengo el placer de ver, ya que los otros acollarados que había visto eran hembra y joven.








Parece ser que este ejemplar lleva un tiempo en Asturias, volando entre los distintos embalses de la zona central.


Compartía el estanque con media docena de porrones europeos (Aythya ferina).








Por desgracia este invierno he visto el mismo número de porrones acollarados en este parque que de porrones moñudos, lo que da muestra de lo raro que se está volviendo.


viernes, 21 de diciembre de 2018

Un porrón acollarado en noviembre en el Parque Isabel

Aunque no era ni el primero ni el segundo que veía, me prestó mucho encontrar un porrón acollarado (Aythya collaris), y llegar a tiempo de seguir las indicaciones de Laure y Yoli.









Llegué muy tarde, anocheciendo, y un día de perros, pero aunque ver patos con paraguas es difícil, mereció la pena.











Este pequeño porrón, ya se ve comparado con el "gran" ánade azulón (Anas platyrynchos), es pequeñito. No me quedó muy claro si era una hembra o un juvenil (o las dos cosas simultáneamente).









Cada vez es más frecuente en Europa avistar a este divagante casi invernante regular desde Norteamérica, y de hecho cada invierno aumenta en España el número de veces que tenemos la oportunidad de avistarlo.









Esperemos que, como en otros lugares de Europa, este ejemplar permanezca fiel a las localidades de invernada, y vuelva el año que viene.







Os dejo un cutrevídeo.

viernes, 5 de enero de 2018

Porrón acollarado y silbones americanos: Bien pero lejos.

No todos los días se ven 2 especies nuevas de ave, y eso es un alegrón, pero los vi tan lejos y en tan malas condiciones atmosféricas que el disfrute fue menor de lo esperado.




A la porrona acollarada (Aythya collaris) la vi enseguida, ya que no paraba de zambullirse, y la combinación de colores es sencilla de distinguir de cualquier otra especie de porrón.





Sin embargo, las condiciones aquella mañana de diciembre en la ría del Eo eran malas, con lluvia, niebla y al menos 400 metros entre los patos y yo, así que se hizo lo que se pudo al telescopio, y con la cámara ya fue casi heróico sacar algo medio decente.







La acompañaba un macho de porrón moñudo (Aythya fuligula), y era tal la distancia que mantuve la duda de si sería macho de acollarado hasta que consulté con amigos que habían estado en mejores condiciones y me confirmaron que era macho de moñudo.



Os dejo un cutrevídeo de estos 2 porrones.















Los silbones americanos (Anas americana), pese a ser de mayor tamaño, y, al menos los machos, más llamativos, estaban todavía más lejos, así que costó un montón localizar a los 2 machos y 2 hembras.


Los machos, con la gran franja verde y la corona blanca pura eran fáciles de seguir, pero las hembras aunque acababas de hacerte a su cabeza grisácea, más que nada por comparación, no eran a esa distancia tan sencillas de localizar.




A esto se unía la gran cantidad de silbones europeos (Anas penelope), por encima de los 50, que rodeaban al cuarteto forastero, haciendo complicada la identificación.







Había además una media docena de ánades frisos (Anas strepera) y rabudos (Anas acuta), y unos 30 azulones (Anas platyrynchos).
Es fácil ver a los 4 silbones americanos en estos 2 vídeos que os traigo.











La calidad, como veis, brilla por su ausencia, es lo que se pudo hacer.














A las que pude ver al lado fue a las 10 espátulas (Platalea leucorodia), acompañadas de algunas garcetas comunes (Egretta garzetta), y de una garza real (Ardea cinerea).









En resumen, mereció la pena el viaje y el madrugón, pero se hubiese agradecido mejor climatología y mayor acercamiento de estas anátidas.