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viernes, 27 de marzo de 2020

El espectáculo de los dormideros de estorninos.

El día del censo europeo de acuáticas invernantes madrugamos para ver el grandioso espectáculo de los estorninos pintos (Sturnus vulgaris) abandonando el dormidero del Parque Isabel de Gijón.

A los vuelos nerviosos de miles de aves, que crean un muro de sonido con sus alas, finalmente, tras la caída de una gran rama justo a nuestro lado que cedió por el peso de los estorninos, le sucede el vuelo final en el que todo el bando, al unísono, abandona el dormidero para repartirse por la campiña del concejo. En el vídeo vemos también a varias garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) haciendo lo mismo, pero al ser "solo" 650 no son tan llamativas ni tan ruidosas. Un espectáculo que nadie debería perderse en invierno.

domingo, 7 de enero de 2018

Dormideros en el Parque Isabel

Es todo un espectáculo madrugar antes del amanecer para ver cómo se despiertan los dormideros del Parque Isabel de Gijón. Se monta todo un estruendo en los minutos en los que se junta la algarabía de urracas, tórtolas turcas, estorninos pintos (Sturnus vulgaris) y garcillas bueyeras (Bubulcus ibis).







Para ver las casi 400 garcillas bueyeras que duermen aquí hay que llegar de noche, porque enseguida se dispersan.













Aunque sin duda el mayor espectáculo es ver la dispersión de los miles de estorninos y oír el estruendo de su batir de alas.













Las bueyeras, más discretas, van marchándose de una en una. En pocos minutos no quedará ni una.

jueves, 1 de junio de 2017

Unos días por Berlín: animales berlineses

Me sorprendió la diversidad de fauna urbana que sobrevive en una megalópolis como Berlín, pero viendo lo mucho que tiene que decir esta ciudad en cuanto a densidad y cantidad de zonas verdes, no es de extrañar que me encontrase con tantos bichos.



















En cuanto a mamíferos, fue muy curioso encontrarme unos cuantos conejos (Oryctolagus cuniculus) en el Tiergarten.










Abundantes también las ardillas rojas (Sciurus vulgaris), las 2 especies disfrutan de este enorme parque y del gran montón de espacio y comida que les proporciona, aunque debieron desaparecer a la fuerza de Berlín cuando en la IIGM el parque fue talado a matarrasa para leña, y lógicamente exterminados todos los animales para comida.






Pero sin duda las más abundantes eran las aves, y mi favorita la inteligente y abundante en todas partes corneja cenicienta (Corvus cornix), a pesar que en las guías la ponen como esquiva y tímida, al menos en Berlín no lo son, y disfrutan de las sobras que los humanos dejan en los parques.






Muy gregarias, en el Tiergarten las había en grupos de decenas, y en el aeropuerto, a las afueras de Berlín, patrullaban entre las pistas con las grajas.










Afortunadamente abundantes eran los gorriones molineros (Passer montanus) en el Tiergarten, una sorpresa ya que en Asturias han practicamente desaparecido de todas partes, y se hacía chocante verlos tan felices en en el centro de Berlín.







Sus parientes los gorriones comunes (Passer domesticus) tampoco faltaban casi en cualquier punto con presencia humana, la arquitectura berlinesa, llena de tejados y patios interiores con vegetación, les favorece.












La mayor sorpresa, sin duda, fue ver como los estorninos pintos (Sturnus vulgaris) se comportaban como los gorriones en la Alexanderplatz, comiendo en las mismas mesas donde estábamos los trozos de pan o de salchichas que quedaban en las mesas, fue algo que no me esperaba.

Y los habitantes del jardín de nuestro hotel, los mirlos comunes (Turdus merula), también muy presentes durante todos los paseos.

Gavilanes, fochas, ánades azulones, gaviotas reidoras, herrerillos comunes, carboneros comunes, palomas torcaces...unas cuantas especies más, la verdad es que los jardines berlineses dan mucho juego.

sábado, 30 de enero de 2016

Poco pero muy cercano: Parque Isabel.

Sigue el parque Isabel flojo, aunque van llegando más gaviotas: os las pondré en otra entrada.

Al menos, lo poco que sale del agua, se acerca bastante. este porrón europeo (Aythya ferina) se desperezaba tranquilamente.













Enseguida a dormir.


















El cormorán grande (Phalacrocorax carbo) también sale del agua por última vez.










Con aire de dormido echa un vistazo alrededor, no queda ni un alma en el parque.










Y aprovecha la última luz para secar su plumaje.














La focha común (Fulica atra) pega la última carrera y yo trato con relativo éxito que no se note la valla que nos separa.










Y llegan los estorninos pintos (Sturnus vulgaris), y las ondas que crean con los miles de aleteos sirven de aviso final: llegó la noche.






















viernes, 25 de diciembre de 2015

Cambian las frecuencias

Invierno tras invierno, llegan las aves escapando del frío, pero aunque son las mismas caras cada invierno, varían mucho las frecuencias.

Algunos anteriormente muy abundantes, como los porrones que casi colapsaban el estanque del parque Isabel, cada invierno se ven menos, como el porrón europeo (Aythya ferina). De los porrones moñudos, mejor ni hablar.








Otros también abundantísimos, siguen viéndose pero en mucho menor número. Los zorzales comunes (Turdus philomelos), de verse por centenares, a verse por decenas, y gracias. Mucho peor les va a los parientes alirrojos.











Los bisbitas pratenses (Anthus pratensis), a tenor de las cifras que voy cotejando, se mantienen con una buena invernada este año, lo cual es sorprendente con el calor que hace.










Igual que los estorninos pintos (Sturnus vulgaris), que de número van bien, tapando el cielo en las horas de reunión, aunque han cambiado los dormideros.



Y siempre quedan especies a las que les va fenomenal, como a la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), que lentamente ha pasado de ser acontecimiento su presencia en Gijón a no ser para nada extraña, y ya se ven bandos de 50 aves deambular por el concejo, ya sea para dormir, "pastar" o sobrevolar de vuelta al parque Isabel las vegas del río Piles. Y podríamos añadir algo similar para su prima la garceta común.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Van llegando los invernantes al Rinconín

En un paseíllo familiar por el Rinconín a principios de semana pude ver a algunos de los más típicos invernantes que veremos por Gijón a partir del Puente'l Piles. Todos entraban desde el mar, cada uno a su estilo.
Algunos llegaban volando, muy altos, como los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo).






Los estorninos pintos (Sturnus vulgaris) en inmensos bandos que ya cruzan por miles el cielo gijonés camino de los dormideros habituales en la ciudad.










Mucho más discretos y escondidos, los negrones comunes (Melanitta nigra) fluctuarán por toda la bahía gijonesa, normalmente con más querencia por la vertiente que baña al puerto del Musel.








Extrañamente escasos para estas fechas, eran pocos los vuelvepiedras (Arenaria interpres) que paseaban con nosotros provenientes del Pedreru.









Y finalizo con mis favoritas, las gaviotas cabecinegras y reidoras (Larus melanocephalus / Chroicocephalus ridibundus) que aterrizaban justo a tiempo para comprobar que por desgracia no portaban anillas que identificasen su procedencia.

domingo, 11 de enero de 2015

En los alisos

Los alisos (Alnus glutinosa) del Parque fluvial del Piles de Gijón guardan un gran tesoro de aves invernantes que se alimentan de o en sus ramas y frutos, y aunque este año no hace frío suficiente para verlos en grandes números, como sucedió en otros inviernos más crudos, sí que se pueden encontrar muchos pequeños paseriformes, como el zorzal común (Turdus philomelos), que encuentra un posadero perfecto en sus ramas. Números flojos para esta especie este invierno.





Otra que hace aquí sus inviernos es la curruca capirotada (Sylvia atricapilla), bastante abundante este invierno.












Los lúganos (Carduelis spinus), que siempre nos deleitan con sus acrobacias, pasan de centenares otros años a las 4 docenas éste.










Y sin duda, los campeones, por miles, los estorninos vulgares (Sturnus vulgaris), que salen de los dormideros del Parque Isabel (me ocuparé de este maravilloso espectáculo otro día) y se dispersan por toda la campiña, con clara predilección por estos árboles.

viernes, 9 de enero de 2015

El mayor espectáculo del invierno.

Gratis y con un pase cada día, solo hay que madrugar un poco y ser silencioso.






(Si hacéis clic en las fotos, en grande, impresiona mucho más).






Acostumbrados a la sobreexposición cotidiana en nuestras variadas pantallas de supuestos espectáculos que son casi siempre pura basura, hay ocasiones en las que la naturaleza nos da una idea de lo que es de verdad sentirse sobrecogido. Uno de esos espectáculos se puede disfrutar cada mañana, entre las 8:30 y las 9 de la mañana, en el Parque Isabel de Gijón, donde hay un inmenso dormidero de estorninos pintos (Sturnus vulgaris).




Los árboles de la laguna grande están cargado de estas aves, y cuando empieza a desaparecer la oscuridad y a salir el Sol, se oye un murmullo que indica la cuenta atrás, desde la quietud absoluta hasta la estampida más brutal.








Al principio, solo unos cuantos pájaros vuelan en silencio, retornando enseguida a las ramas.











Después ya son unas decenas, y comienza el ruido.










EL RUIDO. ¿Qué se puede explicar de un ruido que te deja sordo, pero está compuesto del batir de decenas de miles de plumas? Es una sensación tan extraña como apabullante.

Si has llegado en total silencio, y has conseguido quedarte quieto justo en el epicentro de la acción, te espera algo muy especial.

Comienza con un revoloteo nervioso, acompañado del sonido de muchos picos piando a la vez.

Aumenta a un barullo tremendo en el que ya no oyes nada más que alas, sientes perfectamente el muro de sonido que se desplaza en ondas con las bandadas de cientos de estorninos, de árbol en árbol, circularmente alrededor de la laguna.








Se posan y vuelven a volar, se posan y de nuevo al aire, durante 5, 10 minutos, oleadas de barullo ensordecedor y de silencio expectante.










Hasta que, de repente, una explosión de sonido avanza imparable: todo el grupo, de miles de estorninos, sale, a la vez, en dispersión, del dormidero, y cuando digo todos es todos, en menos de un minuto no quedará ni uno.







Tú estás allí, sobrecogido, a mí se me iluminaba la cara, es algo tan enorme que es difícil explicarlo sin caer en la pedantería: es sublime, miles de alas que forman una única masa, el equivalente a un ave de más de una tonelada que alzase el vuelo, el ruido, el viento, el olor, todos tus sentidos captan la acción y te quedas parado viendo aquello y comulgas con lo extraordinario.





Durante unos segundos el cielo ennegrece con el paso de las aves, sólo ves pájaros encima tuyo. Literalmente, por todas partes.

Repito, es gratis...pero llevaros un paraguas, yo tuve mucha suerte y no impactó milagrosamente ninguno de los cientos de excrementos que cayeron alrededor mío, en todo caso, merece mucho la pena. Nadie nos convoca a estos espectáculos, no cuentan con patrocinadores, ni los políticos saben de ello. Son gratis, y para unos pocos iniciados, puedo asegurar que nadie saldrá decepcionado.




¿De cuántos estorninos estamos hablando? veamos una foto. He contado los puntos, son 690, y mi teleobjetivo cubría aproximadamente 1/12 del cielo delante mío, por lo que, tentativamente, simultaneamente, unos 8.500 pájaros, pero es que tardaron al menos 3 segundos en alcanzar el volumen total de aves en el cielo, así, que, por dar una cifra muy conservadora, aquel día volaron encima mío unos 25.000 estorninos.

¡No os lo perdáis!

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Llegan los invernantes (II): Bisbitas y estorninos.

Estos sí que llegan en grandes cantidades.
Los bisbitas pratenses (Anthus pratensis) tapizan la campiña central asturiana desde hace pocos días.
















Y eso que este año no están en las cifras (por ahora) de otros inviernos.










De estorninos (Sturnus sp), muchos centenares la semana pasada, aunque aún no se ven las nubes que llegarán con las primeras nieves.










La gran mayoría son estorninos pintos (Sturnus vulgaris). En estas fechas se mezclan individuos mudados a invernales con otros aún con plumas del verano.











En casi todos los bandos grandes de verdad se puede mezclar algún ejemplar de estornino negro (Sturnus unicolor), más abundantes cuanto más nos acercamos a la costa.





¡Ah! Y no nos olvidemos de los 17 de Cofrentes.

miércoles, 9 de enero de 2013

Estorninos pintos

Los estorninos pintos (Sturnus vulgaris) abundan en el invierno gijonés.











Siempre tuvieron muy mala fama, y se les persigue con diferentes métodos, legales, ilegales, cruentos e incruentos, alguno yo diría que incluso bastante ridículo.








A mí me caen muy bien, son aves inteligentes y adaptables, y además una preciosidad, y su capacidad para imitar cantos de otras aves siempre me deja con la mandíbula torcida.








Aunque en estas fotos no les haga justicia, por estar sacadas desde detrás del vallado del cámping del Rinconín, si tenéis la oportunidad (son aves muy miedosas y con razón) no dejéis de disfrutar de ese brillante plumaje y de la organización tan eficaz que tienen a la hora de cosechar de merucos y demás bichos los praos.