Hace ya más de un mes que salí en catamarán con los amigos Frechilla y
Valella "Isocero" , en representación de la empresa
Wildwatching Spain, desde el puerto de Gijón.
Os recomiendo que entréis en su página web, pues esta empresa está haciendo cosas muy interesantes, y son pioneros en relación al turismo ornitológico, fotográfico y de naturaleza.
La ruta estuvo magníficamente guiada, con Jorge y Luis cantando ya desde lejos todo lo que surcaba los mares, y llevábamos las mejores intenciones, pero el "buen" tiempo, sin apenas brisa, un Sol de justicia, calor, y el oleaje en busca y captura hicieron que viésemos pocas aves, y lo peor, a mucha distancia.
Aún así, os pongo algo de lo que vimos, empezando por las aves pelágicas.
Lo más abundante, los
alcatraces (Morus bassanus), con escasos ejemplares cercanos a la madurez, como este.
Es lógico, porque por aquellas fechas empezaba el paso de aves hacia el Sur, y las primeras siempre son los inmaduros, como estos de la foto. A las alturas en las que leéis esto, la situación es la contraria, y lo que más abunda son los ejemplares adultos, menos madrugadores en el paso.
De pardelas, las más abundantes fueron las
pardelas cenicientas (Calonectris diomedea).
Solo algunas se acercaron lo suficiente como para tratar de averiguar su procedencia. Esta, por ejemplo, parece de la raza atlántica
"borealis".
Pasaron también algunas
pardelas sombrías (Puffinus griseus), siempre inconfundibles en su plumaje casi monocromo.
Aunque a distancia se parecen a las más achocolatadas y de diferente forma de volar
pardelas baleares (Puffinus mauretanicus).
Fueron ejemplares individuales, nada parecido a los a veces enormes trenes de pardelas baleares que tengo vistos desde la costa.
Fallaron los paíños y los págalos, excepto este lejano pero conspicuo
págalo pomarino (Stercorarius pomarinus).
Y poco más de este tipo de aves. Se vieron algunos
charranes (Sterna sp.) y algún tren de
negrones (Melanitta sp.). Y sonó algún
zarapito trinador (Numenius phaeopus) en paso.
Nos entretuvimos a la vuelta con el precioso paisaje que dibujaba la calma chicha.
Y viendo los enormes barcos camino del Musel.
A falta de cetáceos, vimos un par de impresionantes ejemplares de
pez luna (Mola mola), el pez óseo más grande del planeta, asomando su aleta en la superficie.
Pues nada, a pesar de que el recorrido fue bastante grande, poco que apuntar, espero que este domingo, que vuelvo a salir con ellos, vea algo más, aunque vuelve el ya asqueante tiempo veraniego, y me temo lo peor.

Os preguntareis qué pasó con el chum, el rico cebo que se les echa a las aves en estas salidas para que se acerquen. Pues que se lo comieron las aves que flanquean a la pardela cenicienta de la foto: las gaviotas, y como se acercaron mucho, en la próxima entrada os pondré unas fotos en vuelo, poco habituales, para tratar de identificarlas. Nos vemos.