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lunes, 5 de octubre de 2020

Buen paso postnupcial por Cabu Peñes

 Fui testigo de un excelente paso postnupcial en el mes de septiembre, con un montón de paseriformes y buenas caídas de aves, sedimentándose entre los maizales y los rastrojos. Quizás haya sido suerte de estar en los días más interesantes, pero la sensación fue muy positiva. Nunca había visto el paso del búho campestre (Asio flammeus) a este cabo desde el mar, como sí vi varias veces en la Campa Torres, y fue gracia a las urracas que lo molestaban que lo pude ver.











Mucho más abundantes fueron los pequeños pájaros migradores, sin duda el más abundante de los insectívoros fue el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), con picos de casi 100 en unas horas de paso, localizándolo casi en cada arbusto.









Pasos tan espectaculares como este hacen afición.











Su primo el papamoscas gris (Muscicapa striata), sin ser tan ubicuo, estaba bien representado también.














De colirrojos reales (Phoenicurus phoenicurus), buenos números también, muchas hembras...











...y algún curioso macho de primer invierno.








De insectívoros, muy abundante también el mosquitero musical (Phylloscopus trochilus), viéndose algunos mosquiteros comunes madrugadores también. Lo que no se vieron demasiadas fueron currucas zarceras.








Cuando hay una buena caída de este mosquitero, todo promontorio es buena percha.









Se vieron muchas tarabillas norteñas (Saxicola rubetra), sobre todo en la cima de los maizales.









No olvidemos a los cistícolas buitrones (Cisticola juncidis), abundante pájaro que es muy abundante en paso, uniéndose en unos días los sedentarios, los del paso y los refuerzos invernantes. Un festival, vamos.








Por supuesto, no faltaron las collalbas grises (Oenanthe oenanthe).









Con tanta comida en el campo, momento de bonanza para las aves locales, como la tarabilla común (Saxicola rubicola).









Muchos fringílidos, como el verderón común (Chloris chloris), a la búsqueda del festín otoñal de la cosecha y sus semillas.











Los primeros y de plumaje lustroso y nuevo bisbitas pratenses (Anthus pratensis).











Y los guardianes del brezal, los acentores comunes (Prunella modularis).











Al alimento fácil las bandadas de gorriones comunes (Passer domesticus)...








...los estorninos negros (Sturnus unicolor)...



















...las palomas torcaces (Columba palumbus), aquí en compañía teóricamente (aunque sospecho que no tanto como parece) peligrosa del busardo ratonero (Buteo buteo)...











...y los siempre despistados faisanes vulgares (Phasianus colchicus).














Siempre atentos y tranquilos, los cernícalos vulgares (Falco tinnunculus).



















Muy diferentes a los perennemente en movimiento, y nerviosos, chorlitos dorados europeos (Pluvialis apricaria), también en paso en pequeños grupinos.














En resumen, un buen paso y una buena oportunidad para hacerle una nueva visita al Cabu Peñes.

sábado, 21 de diciembre de 2019

Un paseo por el río Llantones

A las afueras de Gijón podemos empalmar los recorridos de las sendas fluviales de los ríos Piles y Llantones, haciendo un guapo paseo de casi una decena de kilómetros, que hace un arco sobre el costado SE de la ciudad.





A finales de verano era muy agradable disfrutar en familia de la naturaleza. por ejemplo, de los caballitos del diablo, como estos Calopteryx haemorrhoidalis, en este caso un colorido macho.










Las hembras, aunque más camufladas con la vegetación, también tienen un color metálico verde increíble.















De mariposas, las habituales para la época, por ejemplo la mariposa de los muros (Pararge aegeria).











Las dos potencialmente comestibles para la lagartija roquera (Podarcis muralis). posiblemente, un macho.









De aves, las más llamativas, las numerosas garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) que se alimentan entre el ganado. Por la noche se dirigirán al Parque Isabel de Gijón a dormir.









Migración más activa la que llevaba el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), en paso hacia África.











Lo mismo que esta bonita collalba gris (Oenanthe oenanthe).












En las zonas húmedas asociadas, algunos ánades azulones (Anas platyrynchos)...












una garza real (Ardea cinerea) veraneante...













...y un solitario andarríos chico (Actitis hypoleucos).

miércoles, 28 de octubre de 2015

Los últimos de paso: Cabu Peñes

A principios de octubre, en varias visitas al Cabu Peñes, pude ver la transición entre los últimos migrantes que descansaban de paso por Asturias camino del lejano al Sur y los invernantes que llegaban a Asturias para quedarse a pasar el invierno. Los primeros, ya escaseaban, los últimos, empezaban a llegar.


También, por supuesto, había algunos sedentarios. Como este busardo ratonero (Buteo buteo), al que pasa por encima un seguramente migrador hacia el Sur juvenil de aguilucho cenizo (Circus pygargus).















Decenas de mosquiteros, alguno como el ilustre mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus) me resultó imposible fotografiarlo en condiciones, aunque sí lo disfruté muy cercano, y me quedé con su canto para la próxima vez.










Otros menos difíciles de fotografiar pasaban en escaso número, los últimos mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus).












Y llegaban muchos pero que muchos mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), serán el trino más fácil de identificar aquí durante todo el invierno con su chiff-chaff.










Otros que descansaban retrasados en su migración a África eran los papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca).








Muchos miles de los casi 40.000.000 de ejemplares que se le calculan en Europa habrán pasado por aquí.











Centenares de palomas torcaces (Columba palumbus) llegan para quedarse y unirse a las locales.








En los cultivos hay alimento y descanso para todas las aves que llegan aquí para parar horas, días o semanas, pero quienes más lo agradecen son los fringílidos.









Tantos que se hace raro ver aislados a ejemplares de jilguero (Carduelis carduelis)...











...y no digamos de los farrulleros y cantarines pardillos comunes (Carduelis cannabina).








Frente al Cabu Peñes, miles de gaviotas se sedimentaban en balsas, descansando en su periplo hacia las costas del Norte de África.










Aunque centenares de ellas se quedan aquí y no siguen en su avance hacia el Sur.













Un poco más arriba del acantilado, los primeros y abundantes bisbitas pratenses (Anthus pratensis) echan sus primeras horas del invierno con nosotros escondiéndose y descansando, el viaje ha sido duro.












La silueta del gavilán (Accipiter nisus) anda cerca, y sería una pena un viaje tan largo para caer en el primer lance.









Otros, como el sedentario herrerillo común (Cyanistes caeruleus) recurren al ramaje para protegerse.












Los estorninos negros (Sturnus unicolor) recurren a su número y una vigilancia muy estrecha para pasar el invierno en Peñes sin sufrir demasiadas bajas.







El cistícola buitrón (Cisticola juncidis) reza para que no sea un invierno duro, lo pasan muy mal en estas condiciones.















Peor futuro tiene el faisán vulgar (Phasianus colchicus), al que la caza, que lo soltó aquí, volverá a por él en cuanto pueda. Aquí, en su faceta habitual de bola de plumas levantada sin que uno se de cuenta, casi tanto susto para observador y observado.






Ajenas a todo, las sedentarias tarabillas comunes (Saxicola rubicola) siguen tan curiosas como siempre. Tanto el macho...












...como la hembra, nunca andan muy lejos una de otra.











Y con el paso de las últimas migratorias, y la llegada de las primeras invernantes, comienza la temporada d invierno, la época más larga, el tiempo de la corneja negra (Corvus corone).