Mostrando entradas con la etiqueta aguja colipinta. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta aguja colipinta. Mostrar todas las entradas

martes, 29 de diciembre de 2020

Algunas citas de otoño por Bañugues

 Los otoños por Bañugues suelen ser bastante entretenidas, aunque mi impresión es que la época dorada del paso postnupcial, con cientos de limícolas, ya pasó a mejor vida. Lástima.







Que yo haya visto, hubo algún grupete majo de agujas colipintas (Limosa lapponica).

Pude ver un único ejemplar de chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus).






Mucho más abundantes los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).

Algún ejemplar aislado de correlimos gordo (Calidris canutus).







Con bastantes más correlimos comunes (Calidris alpina), detrás de nuestro gordo en la foto.

No faltaron los correlimos tridáctilos (Calidris alba).












Tampoco dejaron de acudir a su cita anual los vuelvepiedras (Arenaria interpres).
Los martines pescadores (Alcedo atthis) acuden siempre a pasar el invierno.















Las collalbas grises (Oenanthe oenanthe) de paso otoñal camino de África.
Mismo afán migrador el de la mariposa atalanta (Vanessa atalanta).














En general, me dio la impresión de ser un paso otoñal pobre, en fin, el invierno está entrando fuerte y lo estamos pasando pipa los amantes de los temporales, como aperitivo, a principios de diciembre cayó una posible gaviota híbrida de gavión atlántico x gaviota argéntea (Larus hyperboreus x argenteus).

miércoles, 31 de julio de 2019

Resumen del (espectacular) paso prenupcial 2019 por Zeluán.

La ría de Avilés esta primavera se llenó como hacía tiempo que no sucedía.








Tuvimos un poco de todo, os pongo un resumen, empezando por las rapaces, por ejemplo esta hembra juvenil (probablemente) de aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus).










Estuvo un par de días, alimentándose por lo que vimos de carroña y peces arribados por la marea.







Por la tranquilidad de las abundantes limícolas a su alrededor, no parecía un peligro real.









Más peligrosos parecían por sus insistencia, y por asistir en directo a alguna captura, el halcón peregrino, que no pude inmortalizar, y el milano negro (Milvus migrans), del que vi hasta 3 ejemplares simultaneamente.









Vimos también unas cuantas espátulas (Platalea leucorodia) aisladas.







Asimismo, paso discreto pero continuo de garzas reales y garcetas comunes (Egretta garzetta).







De limícolas, según los días, pero en los momentos álgidos, entre varios cientos y unos pocos miles, lo cual está muy bien. El ostrero (Haematopus ostralegus), individualmente o como mucho por parejas.








La cigüeñuela (Himantopus himantopus) no es nada frecuente por aquí, así que aunque lejana, la disfrutamos mucho los presentes.








De chorlitos grises (Pluvialis squatarola), un buen montón cada día.












Alternando los ejemplares, como suele suceder, entre libreas en transición y otras ya plenamente de cría.












Los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) fueron los grandes protagonistas, con concentraciones de hasta 800 ejemplares el mismo día.







Aunque en esa ocasión la marea estaba muy baja y no era sencillo verlos.









Hubo paso pequeño de chorlitejos chicos (Charadrius dubius), siempre muy minoritario respecto a sus primos los grandes.












Muy mezclados siempre.











Del chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), como es habitual, ejemplares sueltos en muy pequeña cuantía.






De scolopacidae, buenos números también, con bandos de un par de docenas de ejemplares de Agujas colipintas (Limosa lapponica).











Los machos siempre espectaculares.












No suelen verse muchos ejemplares de archibebe claro (Tringa nebularia) en el paso prenupcial por la ría de Avilés, y así sucedió este año de nuevo.










Al contrario, sus parientes los archibebes comunes (Tringa totanus) fueron muy abundantes y activos.








Otro de los símbolos de prenupcial, el zarapito trinador (Numenius phaeopus), no faltó a la cita.











En ocasiones monopolizaban el pedrero de la Llera...












...otras veces se mezclaban, como por ejemplo con este vuelvepiedras (Arenaria interpres), que en plumaje nupcial llamaba mucho la atención.











De correlimos comunes (Calidris alpina), el habitual más frecuente del prenupcial, este año otra vez flojo, ya van unos cuantos.







Aunque siguen formando buenos bandos, nada que ver con la abundancia de otras temporadas.







Los correlimos tridáctilos (Calidris alba), dependiendo del día aparecían en mayor o menor medida. Del correlimos zarapitín, aunque se vio algún ejemplar, yo no tuve el placer de verlos en Zeluán, sí en Peñes, este prenupcial.









Si fueron notorios y bastante abundantes los más grandes de este grupo, los correlimos gordos (Calidris canutus).











De gaviotas, dependió mucho del viento que soplase, hubo días excepcionales con centenares de gaviotas sombrías (Larus fuscus), fundamentalmente, sedimentadas por el mal viento para su paso. Aunque las más abundantes fueron las locales gaviotas patiamarillas (Larus michahellis).



De gaviotas pequeñas, muy abundantes las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) acompañadas con frecuencia por ejemplares de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus).








Y finalizo con los charranes patinegros (Thalasseus sandvicensis), del que pude disfrutar de un bando de una docena en un día especialmente ventoso que los obligó a parar en la ría.

martes, 20 de junio de 2017

Un paso de limícolas decepcionante (I): Agujas colipintas.

Decepcionante en lo general, porque por lo que me cuentan los colegas poco se vio y muy a tirones, sin una migración prenupcial sostenida. Y en lo particular, por lo poquísimo que pude salir a páxaros, entre dar clases, investigación, trabajo, y cuando éramos pocos parió güelita y me fastidié el hombro, en fin, vaya año llevo.

Empiezo hoy esta serie con las agujas colipintas (Limosa lapponica), a las que pude ver en un escenario a priori nada propicio para ellas, el parque de La Providencia de Gijón.













Empezaron aterrizando delante mío 2 ejemplares. Acabaron siendo 5 en total, tomándose un descanso entre la hierba.









No me las esperaba encontrar aquí.











Donde sí fue mucho más normal verlas y disfrutarlas fue en Zeluán.












Un buen grupo de 20 ejemplares, con hembras y machos bien colorados.












Una de ellas, anillada en Holanda.














Las hembras, mucho más discretas, en este caso acompañadas de un zarapito trinador (Numenius phaeopus).











O de los chorlitos grises (Pluvialis squatarola).