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miércoles, 23 de agosto de 2017

Dunas gallegas: Traba.

Termino aquí con esta serie de entradas sobre las preciosas dunas que me encontré en vacaciones, especialmente interesantes porque estaban en plena floración. Con todo, aquel día en Traba ni todas las flores de las dunas tapaban el hedor de la marsopa (Phocoena phocoena) que me encontré un poco apartada en la duna.








Por el tamaño, forma de las aletas y forma de los dientes, aunque no soy ningún experto, y la lógica es que este pequeño cetáceo, que habita por aquí, y al que he visto varias veces mientras observaba aves amarinas, sea el infortunado.










Estaba lleno de artrópodos carroñeros por dentro, desde luego se habrán dado un buen festín estas últimas semanas, y en unos meses el esqueleto va a estar limpio y digno de exposición.










De las plantas que hablábamos, abundantes y variadas, la más llamativa porque tapizaba amplias zonas de la postduna, la algodonosa (Otanthus maritimus).











También muy frecuente en esta zona alejada del mar, la armeria de mar (Armeria pubigera).












Abundantes y espectaculares, los nardos marítimos (Pancratium maritimum).













Más cerca del mar, jugándosela cada invierno en su conquista de las dunas recién creadas, la lechetrezna de las dunas (Euphorbia paralias).










Misma situación la del ubicuo cardo marítimo (Eryngium maritimum).












En el interior hay una laguna que en invierno es una delicia, por lo que cuentan, pero en verano estaba seca, siendo un reino de carrizos y juncos.












Desde el observatorio, nada que ver, salvo pequeños pajarillos.












Ni siquiera posaron bien, no sé dónde enfocó la cámara al escribano soteño (Emberiza cirlus).











El zarcero políglota (Hippolais polyglotta) sí posó decentemente.
















También las tarabillas comunes (Saxicola rubicola).











Buenos bandos de pardillo común (Carduelis cannabina).









Y afortunadamente, también de gorriones comunes (Passer domesticus).









En definitiva, un paseo muy agradable complementario a la deliciosa playa de Traba.













En invierno volveremos.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Las dunas gallegas: Carnota.

Hay que reconocer 2 cosas, igual de dolorosas: las dunas gallegas son fantásticas y no tienen nada que ver con las pobres dunas asturianas, menguantes en riqueza biológica y extensión; la segunda y peor aún es que allí se cuida algo este ecosistema, mientras en Asturias, entre los temporales por el mar, y la humanidad por tierra, nos las estamos cargando a toda velocidad, cuando definitivamente desaparezcan, creo que ni siquiera se echarán de menos, y habrá quien diga que es que no existieron, o que fueron un sueño colorido de cuatro idiotas como yo.

Sé que en la costa de Carnota se está degradando la zona dunar rápidamente, lo sé porque me lo contaron y vi en directo cómo la gente entra a la playa por cualquier sitio, pero con todo la situación es idílica comparada con cualquier zona dunar asturiana, aquí hay que decir que fuimos en plena época de floración, y ver las lenguas de arena llenas de flores fue algo maravillosamente inesperado y de lo más agradable del viaje.





os pongo algunas de las bonitas plantas que pude fotografiar, empezando con la probablemente más común y reconocible, el cardo marítimo (Eryngium maritimum).











Muy fácilmente reconocible también, la lechetrezna de las dunas (Euphorbia paralias).
















Preciosa y abundante es la flor del nardo marino (Pancratium maritimum).








Reconocible pero con muchas especies similares es la  manzanilla marítima (Matricaria maritimum).










Muy diferente pero también hermosa en su sencillez es la flor del alhelí marítimo (Matthiola sinuata).











Espectacular la floración de la endémica española Iberis procumbens.










La forma de la flor, curiosísima.











Más escasas y delicadas, las inflorescencias del Jasione maritima.










Termino con 2 especialistas de este ambiente salino y duro, la Suaeda maritima...











...y la Silene littorea.
En definitiva, el esplendor floral de la arena a su máximo nivel...



sábado, 8 de septiembre de 2012

Penarronda: las plantitas

Decíamos ayer lo guapa que era esta playa, pero es que además es Monumento Natural, en parte gracias al paisaje y en parte por tener una vegetación y fauna de lo más interesantes.

Hoy voy a hablar de la flora, porque fauna, un sábado a las 6 de la tarde, en agosto, nada se vio.

Pero de plantas, mucho, y muy guapo. Como siempre, recordaros que en botánica aún voy pisando huevos, así que si meto la pata, agradezco comprensión y sobre todo que me saquéis del error (gracias).

Lo más guapo, sin duda las preciosas y grandes flores del nardo marino (Pancratium maritimum), una de nuestras plantas litorales más escasa, protegida, al menos sobre el papel.




En las dunas se nota la acción de fijación del barrón (Ammophila arenaria australis).












Y la típica habitante de estos hábitats: Lechetrezna de las playas (Euphorbia paralias).










Más hacia fuera de la playa, juncos (Juncus sp.) Mis conocimientos de este género son nulos: ¿acutus, maritimus, gerardi). Tengo mucho que aprender aún.








Y gordolobos (Verbascum pulverulentum). Si hace unas semanas os los traía floridos, aquí se ven sus hermosas varas, ya sin flores.










También en las dunas, y (lástima) sin flores, la correhuela de playa (Calystegia soldanella).










En la pequeña zona húmeda anexa a la playa, más variedad, con manchas mixtas de lirio amarillo (Iris pseudoacorus), ulmaria (Fillipendula ulmaria)...









...y al fondo veis la aromática menta de agua (Mentha aquatica), ampliada en esta foto.


Como veis, algunas plantas interesantes (hay muchas más) en un lugar muy interesante.