Y terminamos con los bichos (el viaje prosiguió pero en otros términos) con el fondo de la Bahía de Santoña, en Colindres, fue una maravilla, con cientos de limícolas.
Primero fuimos a buscar a los gorriones molineros (Passer montanus) de las instalaciones deportivas, nunca fallan.
En la zona de los embarcaderos, una sorpresa en forma de cisnes vulgares (Cygnus olor).
Media docena, había.
Muchos silbones europeos (Anas penelope), como es habitual en esta zona.
Tres tarros blancos (Tadorna tadorna), muy lejanos.
Un cormorán grande (Phalacrocorax carbo) sesteando.
También ánades rabudos (Anas acuta).
Un precioso paisaje al fondo.
La cercanía humana no parecía molestar demasiado a las espátulas (Platalea leucorodia) y a las garzas reales (Ardea cinerea).
La garceta grande (Ardea alba) sí se mantenía muy lejana.
Todo fue a mejor cuando apareció en un lance de caza el aguilucho lagunero (Circus aeroginosus).
Las aves se refugiaron en la orilla, justo donde estábamos nosotros, a unos pasos: andarríos chicos (Actitis hypoleucos)...
...archibebes claros (Tringa nebularia)...
...zarapitos trinadores (Numenius phaeopus)...
...ostreros (Haematopus ostralegus)...
...chorlitos grises (Pluvialis squatarola)...
...zarapitos reales (Numenius arquata)...
...vuelvepiedras (Arenaria interpres)...
...y lo más destacado, cientos y cientos de correlimos comunes (Calidris alpina)...
...entre los que se mezclaban un par de ejemplares de correlimos tridáctilo (Calidris alba).
Mejor imposible para finalizar la jornada de prismáticos.
No se dio nada mal el 8 de diciembre, cuando acudí a la Ensenada de la Linera, dentro de la río del Eo, en la parte asturiana, poco antes de llegar a Castropol.
De entrada, un cisne cantor (Cygnus cygnus).
Me disculpo de antemano por la escasa calidad de las fotografías, pero el que conozca la zona sabe que hay casi (y en algunos puntos sin el casi) un kilómetro lineal hasta las aves a observar, es una lástima porque se ven aves muy interesantes, pero otra cosa es fotografiarlas.
Este cisne es tan inmenso, y destaca tanto por su color, que se vio a simple vista, pero a pesar de su tamaño, aparentemente pasaba desapercibido para los recogedores de xorra que lo rodeaban a relativamente corta distancia.
A este ejemplar no se le volvió a ver por la zona, aunque puede que sea uno de los varios cisnes cantores que se vio unos días antes por la costa oriental asturiana y unos días después por Galicia.
Como las fotos son un dolor, os dejo un vídeo donde sí que se le ve mucho mejor.
La segunda gran sorpresa del día fue una hembra de porrón osculado (Bucephala clangula). Esta fue más difícil de ver, por la gran distancia y el pequeño tamaño de la patita. pero la combinación de colores, la gran cabeza, y sobre todo el rasgo más definitorio, que es lo que los ingleses llaman el goldeneye, me hizo enseguida darme cuenta de lo que estaba viendo, aunque tal y como veis en la foto, fue dificultoso.
No ayudaba el que estuviese rodeado de decenas de silbones europeos (Anas penelope) y azulones (Anas platyrhynchos).
Afortunadamente, no hace tanto tiempo tuvimos a otro ejemplar en el embalse de San Andrés al que pude observar en varias ocasiones, y conseguí no perder de vista sus características, además al ser buceador, fue un reto no perderlo.
Como en las fotos estaréis viendo poca cosa, os dejo otro vídeo, de mala calidad, pero suficiente para identificar a este pato tan curioso.
A diferencia del cisne, este porrón sí que se mantuvo semanas aquí, siendo vuelto a ver por Gilberto Sánchez Jardón y por Jorge Valella, que le hicieron un excelente seguimiento.
Además de estas 2 especies, había ejemplares sueltos de ánade rabudo (Anas acuta), y friso.
De limícolas, no tantas como de anátidas, pero había varias decenas de agujas colinegras (Limosa limosa), alguna colipinta, varios archibebes comunes, unos pocos correlimos comunes, otros tantos tridáctilos, alrededor de la veintena de zarapitos reales (Numenius arquata), y ejemplares sueltos de chorlito gris y archibebe claro.
De zancudas, una decena de espátulas (Platalea leucorodia), varias garzas reales, una docena de garcetas comunes...interesante el número de gaviones atlánticos (Larus marinus), por encima de la media docena.
Cuando ya pensaba que se acababa la fiesta, me acerqué a la villa de Castropol, desde cuyo espigón pude ver nada más llegar a 3 serretas medianas (Mergus serrator) hembras, también por desgracia muy lejanas.
En este lugar tengo visto simultaneamente hasta 6 colimbos a la vez, pero en esta ocasión lo único que vi buceador fue a un lejano zampullín cuellinegro. Y los siempre presentes cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) que me despidieron. Una mañana para recordar.
Empezamos por el final, por un ejemplar invernante de águila pescadora (Pandion haliaetus), que levantaba o ponía de los nervios a todas las aves allí por donde pasaba.
Tuvimos la suerte de que nos acompañase un buen rato ría abajo.
Por desgracia, creo que en Santoña tienen tan trillado a este ejemplar macho de eider común (Somateria mollissima), que ni pararon el patrón y el guía, una pena, hice lo que pude con las fotos tan lejanas y en marcha...
Vimos un ánsar común, otro negrón común, y barias decenas de silbones europeos (Anas penelope), siempre tan abundantes en Santoña.
2 tarros blancos (Tadorna tadorna) pasaron cerca de Cicero.
Y se dejaron ver varias parejas del siempre delicado y espectacular ánade rabudo (Anas acuta).
No todos los días se ven 2 especies nuevas de ave, y eso es un alegrón, pero los vi tan lejos y en tan malas condiciones atmosféricas que el disfrute fue menor de lo esperado.
A la porrona acollarada (Aythya collaris) la vi enseguida, ya que no paraba de zambullirse, y la combinación de colores es sencilla de distinguir de cualquier otra especie de porrón.
Sin embargo, las condiciones aquella mañana de diciembre en la ría del Eo eran malas, con lluvia, niebla y al menos 400 metros entre los patos y yo, así que se hizo lo que se pudo al telescopio, y con la cámara ya fue casi heróico sacar algo medio decente.
La acompañaba un macho de porrón moñudo (Aythya fuligula), y era tal la distancia que mantuve la duda de si sería macho de acollarado hasta que consulté con amigos que habían estado en mejores condiciones y me confirmaron que era macho de moñudo.
Os dejo un cutrevídeo de estos 2 porrones.
Los silbones americanos (Anas americana), pese a ser de mayor tamaño, y, al menos los machos, más llamativos, estaban todavía más lejos, así que costó un montón localizar a los 2 machos y 2 hembras.
Los machos, con la gran franja verde y la corona blanca pura eran fáciles de seguir, pero las hembras aunque acababas de hacerte a su cabeza grisácea, más que nada por comparación, no eran a esa distancia tan sencillas de localizar.
A esto se unía la gran cantidad de silbones europeos (Anas penelope), por encima de los 50, que rodeaban al cuarteto forastero, haciendo complicada la identificación.
Había además una media docena de ánades frisos (Anas strepera) y rabudos (Anas acuta), y unos 30 azulones (Anas platyrynchos).
Es fácil ver a los 4 silbones americanos en estos 2 vídeos que os traigo.
La calidad, como veis, brilla por su ausencia, es lo que se pudo hacer.
A las que pude ver al lado fue a las 10 espátulas (Platalea leucorodia), acompañadas de algunas garcetas comunes (Egretta garzetta), y de una garza real (Ardea cinerea).
En resumen, mereció la pena el viaje y el madrugón, pero se hubiese agradecido mejor climatología y mayor acercamiento de estas anátidas.
La última vez que pasé por La Vaca pude disfrutar de una buena cantidad de alcatraces (Morus bassanus) en paso postnupcial. teóricamente, ya que pasaban muchos inmaduros, como este de último año preadulto, que evidentemente, no se ha reproducido.
Todos hacia el Suroeste, con algún movimiento errático que les hace subir algunos días hacia el Norte dependiendo de condiciones de viento y alimento.
La mayoría pasaban solos y en pequeños grupos, pero las mejores imágenes eran de grupos grandes, con edades homogeneas...
...o heterogeneas.
También había paso de anátidas, con algún gran grupo donde se mezclan especies, sexos y edades.
En estos casos es muy difícil saber de un golpe de vista "qué va" en el grupo, y es buena idea fotografiarlo: siempre habrá expertos que te saquen de duda.
Aunque no lo parezca en este grupo había cercetas comunes, silbones europeos, algún rabudo y hasta un cuchara europeo. Lo dicho: se lo dejo a los expertos...