Mostrando entradas con la etiqueta archibebe oscuro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta archibebe oscuro. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de enero de 2016

Una visita a la Ría de Villaviciosa (II)

De limícolas, no acompaña el tiempo, pero algo hay, lo más curioso, los archibebes oscuros (Tringa ochropus), había 2, y me los encontré de esta facha, nadando.
















Más bien parecían falaropos, comiendo mientras se movían erráticamente sobre el agua.









Se metían entre los ánades azulones (Anas platyrynchos)...












...no siempre con buenos resultados compartiendo territorio.












Finalmente aceptaron el consejo de su primo, el archibebe claro (Tringa nebularia)...(aquí acompañado de una garceta común (Egretta garzetta))...














...y volvieron a tierra firme.








También había algún archibebe común (Tringa totanus), muy lejano, y acompañado de las avefrías (Vanellus vanellus).










Si hubiese que hacer caso a su nombre, no debería haber ni una, porque frío...más bien poco o nada.






Que se lo digan a las mariposas que estaban saliendo de su letargo, como esta mariposa de los muros (Pararge aergia), aprovechando los últimos coletazos de este otoño tan caluroso y extraño.

lunes, 26 de marzo de 2012

Archibebes oscuros

Os pongo el resto de las cosas (pocas) que pude ver el sábado en el Cierrón.

Lo más guapo, 3 archibebes oscuros (Tringa erythropus) que andaban, 2 volando por allí, sin parar mucho, pero un tercero desfilando ante mis narices como modelo del Vogue, y eso no lo podía desperdiciar, la sesión fue de traca.

(Se ven mejor pinchando, en grande).














Suelo encontrarme con frecuencia a esta ave, pero normalmente, en el tramo entre Misiego y el Puntal, también por la Espuncia, es la 1ª vez (creo) que los veo por el Cierrón.







Andaba bastante espelurciao, aunque la muda, por lo que estoy leyendo empieza entre abril y mayo, veo mucha pluma suelta.
Lástima que cuando presentan su magnífico plumaje negro ya andan a miles kilómetros al Norte.



Y poco más, las habituales fotos borrosas de la agachadiza común (Gallinago gallinago).













Aparecen y desaparecen en un segundo, ya sea con teleobjetivo, o con telescopio, siempre me dan esquinazo.











Un lejanísimo y reververante entre la calima zarapito real (Numenius arquata).











Y sospecho que lo que se escondía detrás del arbusto (y no quiso salir) era una garceta común (Egretta garzetta), aunque...









No me olvido de los ánades azulones (Anas platyrynchos), tan cerca mío que salen desenfocados y movidos al digiscoping del telescopio. Nunca llueve a gusto de todos, unos por demasiado lejos, otros se acercaron en demasía.

miércoles, 14 de marzo de 2012

En Misiego hay mucho más que rascones

Lo dicho. El sábado hacía un día como de encargo y nos fuimos a pasear, al ritmo lento que me dejaba el pie, hasta Rodiles.
Es un paseo llano, sencillo, y lleno de alicientes.

Ya en la salida, en el aparcamiento, el panorama, sobre todo cuando hay marea baja, es arrebatador, con esa barca que siempre da colorido a las fotos, sobre todo cuando hace Sol y mucha luz y se puede saturar a gusto el color.
Entre este aparcamiento y la isla del Bornizal casi siempre hay limícolas, la pena es que normalmente los observo con telescopio, y ahora "solo" iba cargado con los prismáticos y el teleobjetivo, así que tenéis que perdonar unas fotos por debajo de la calidad necesaria.
Por ejemplo, aquí estaban un par de zarapitos reales (Numenius arquata).



Vamos caminando en paralelo a la carretera, nos desviamos a la izquierda (al Este), y ya entramos a una cómoda pasarela, entre retazos de plantas halófilas y psamófilas y un grupo de infraviviendas sobre las que lo mejor que se puede decir es que aquí no pintan nada, pero en fin...la panorámica que os presento es un lujo para la vista, y abarca toda la ensenada en marea baja.
A la derecha, la charca de los rascones, y a izquierda, un buen grupo de correlimos comunes (Calidris alpina), acompañados de algunos chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).









Después ya casi llegamos al ecuador de la ruta, y vemos frente a nosotros el antiguo canal de la ría, hoy gozosamente derribado, lo que permite el intercambio entre agua dulce y salada hacia una amplia superficie coincidiendo con las mareas, una situación que a muchos como yo nos gustaría que se extendiese al resto de los porreos de la ría, pero por ahora parece que es ciencia-ficción.





A las aves les encantaría, como a este chorlito gris (Pluvialis squatarola).

A muchos se les olvida que este ría es reserva natural, que tiene la máxima calificación internacional como refugio para las aves y un largo etcétera.

Yo tengo la sensación que casi todas las actuaciones en este espacio natural, o bien son neutras, o directamente, atentan contra las aves, pero es una humilde opinión.





Ya hemos bordeado toda la playa, y la vista que tenemos hacia el Norte abarca gran parte de la ensenada de Misiego. Esta fotografía puede transmitir mucha tranquilidad, y de hecho, fue una mañana tranquila, pero a espaldas de la foto hay un camping y varios negocios de hostelería que en temporada alta acaparan todas las molestias que transforman una zona potencialmente apta para la reproducción de valiosas especies, en un remedo del far west, con turistas incontrolados, lanchas motoras a toda pastilla de un lado a otro, y un montón de descerebrados sin control ninguno. Alguien pensará que una anarquía, pero la anarquía, como concepto político, se refiere a quienes (hasta ahora en vano) dicen que no necesitan a nadie que les ordene, porque son ellos los que se responsabilizan de sus acciones, y en este caso concreto, nadie se responsabiliza de nada, y la guardería del parque aparentemente, desaparece. Lástima.
Los archibebes claros (Tringa nebularia) se lo agradecerían.

Uno podría quedarse horas viendo sus carreras mientras persiguen alevines.














Y, finalmente, doblamos por la pasarela, ya estamos caminando, rumbo Norte, por la propia escollera de la ría, dejamos, en la otra orilla, el Puntal, otra zona "caliente" en verano, a la que yo ni me asomo hasta octubre, porque me da mucha lástima.





La marea era de las más bajas del año, y en los bancos de arena que normalmente quedan bajo la bocana de la ría, un par de archibebes oscuros (Tringa erythropus) quedan demasiado lejanos para disfrutar su elegancia.







Y al final, llegamos a la desembocadura de la ría. Como en el resto, problemas de conservación, y un proyecto de dragado que en sí mismo ya sería un destrozo para el ecosistema, pero que no es nada comparado con lo que traerían cientos de embarcaciones de gran calado surcando (y encallando) la ría. Como veis, tengo un concepto muuuuy pesimista de la conservación de este espacio, que presenta todo un catálogo de aberraciones.

martes, 15 de noviembre de 2011

Zarapitos y archibebes en Misiego y Bornizal


Después del Cierrón y La Espuncia, el sábado 12/11 me pasé por Misiego, teniendo delante la isla del Bornizal y la playa de Misiego con marea muy baja, el paisaje era espectacular.

Delante de mí, un buen montón de garcetas comunes (Egretta garzetta), pero ninguna grande (vaya).














Estaban atacando con poca decisión a una garza real (Ardea cinerea) que demostraba su poderío no dándose por aludido.




Y es que menudo garzón.










Un poco más escondidos, 2 preciosos archibebes oscuros (Tringa erythropus), con un archibebe común (Tringa totanus).






Este archibebe oscuro debió coger nociones de buceo de los patos de la ría.







Nunca paran.











También apareció otro archibebe, el claro (Tringa nebularia).












Pero lo más prestoso, para mí, fueron los zarapitos.

Primero, 2 zarapitos reales (Numenius arquata), estas fotos dan cuenta de lo complicados que son los limícolas: son la misma especie, pero un ejemplar se ve mucho más oscuro y reluciente que el otro, que aparece apagado. Para alguien que no sepa nada de zarapitos, podría parecerla diferente especie, y es solo una cuestión de variedad de plumaje intraespecífica, edad o muda.






En todo caso, es una especie que me encanta, son una gozada, especialmente cuando, como fue el caso, se ponen a “hablar” entre ellos, reclaman realmente fuerte.










Haceros una idea, con estas 2 fotos, de la profundidad a la que buscan sus presas los zarapitos, con esta longitud tan extrema del pico.











Hasta atrás...












Y luego apareció un zarapito trinador (Numenius phaeopus). Viéndolos por separado, uno podría confundirse de especie, a mí me ha pasado. Pero vistos juntos, la diferencia de porte, longitud de pico y plumaje es radical, y ya resulta más complicada la confusión.





La fame que tiene, parecida. Este capturó un cangrejín. Yo pensé que lo iba a golpear, o procesar de algún modo, pero se lo tragó de un bocado. Madre mía...








Anduvo un buen rato por allí.






Pues hice unas cuantas fotos de paisaje, y me fui, para terminar el periplo por la ría, de Sur a Norte, esta vez, en dirección a Rodiles. Para otra entrada. O quizás de la cosa para 2, ya veremos.




domingo, 13 de noviembre de 2011

Espátulas por el Cierrón

El sábado 12 de noviembre pasé la mañana viendo pájaros por la Ría de Villaviciosa.

Empecé por el Cierrón, y empecé bien, con unas espátulas (Platalea leucorodia) de lo más prestoso.
Una de ellas, además, iba cargada de plástico hasta arriba, obsequio de los anilladores holandeses.













Se trataba de RGB/aLYf, un señor espátulo ya adulto, anillado en Holanda en julio de 2.009. Ya ha viajado mucho, en concreto, deambuló todo este tiempo por media Europa: pasó su primer otoño en Irlanda, desapareció un año, reapareció el otoño pasado por la Ría de Villaviciosa, cogió rumbo NE por las Marismas de Santoña, este último verano, a su casita holandesa, y lleva el otoño por aquí por Asturias. No está mal.




Estaba acompañado por una espátula juvenil, sin anillar.












Y después se unió una garceta común (Egretta garzetta), parecían muy tranquilas todas juntas.







Una descripción somera de ambas especies podría dar lugar a confusión, pero vistas juntas, son radicalmente distintas. Ambas preciosas, por cierto.










Si por calidad, fue la observación estrella, por cantidad, sin duda, eran las cercetas comunes (Anas crecca) las más numerosas.


Sin aventurarme a dar cifras, podría decir que cientos.

Había algunas garzas reales (Ardea cinerea), bastante inactivas.









De limícolas, sigue una aguja colinegra (Limosa limosa), esta parece que la va la natación...











Y había 2 especies de archibebes, el claro (Tringa nebularia), y el oscuro (Tringa erythropus), que es el que os traigo en esta foto.







Y lo que no falta nunca, afortunadamente, son los gorriones comunes (Passer domesticus).




















Después tiré para La Espuncia, ya os lo pongo en otra entrada.