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martes, 29 de diciembre de 2020

Algunas citas de otoño por Bañugues

 Los otoños por Bañugues suelen ser bastante entretenidas, aunque mi impresión es que la época dorada del paso postnupcial, con cientos de limícolas, ya pasó a mejor vida. Lástima.







Que yo haya visto, hubo algún grupete majo de agujas colipintas (Limosa lapponica).

Pude ver un único ejemplar de chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus).






Mucho más abundantes los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).

Algún ejemplar aislado de correlimos gordo (Calidris canutus).







Con bastantes más correlimos comunes (Calidris alpina), detrás de nuestro gordo en la foto.

No faltaron los correlimos tridáctilos (Calidris alba).












Tampoco dejaron de acudir a su cita anual los vuelvepiedras (Arenaria interpres).
Los martines pescadores (Alcedo atthis) acuden siempre a pasar el invierno.















Las collalbas grises (Oenanthe oenanthe) de paso otoñal camino de África.
Mismo afán migrador el de la mariposa atalanta (Vanessa atalanta).














En general, me dio la impresión de ser un paso otoñal pobre, en fin, el invierno está entrando fuerte y lo estamos pasando pipa los amantes de los temporales, como aperitivo, a principios de diciembre cayó una posible gaviota híbrida de gavión atlántico x gaviota argéntea (Larus hyperboreus x argenteus).

sábado, 7 de octubre de 2017

Azulones por Bañugues

Últimamente siempre me encuentro por Bañugues a un grupín de ánades azulones (Anas platyrynchos).










En estas fotos, se trata de azulones en eclipse, tomadas a principios de septiembre.








En este plumaje, los machos se parecen mucho a las hembras.











La identificación realmente es sencilla: pico amarillo liso, macho. Pico anaranjado con mancha difusa negra, es una hembra.











Un aliciente más para la playa de Bañugues.

domingo, 22 de enero de 2017

Enternecedor

Como especie somos únicos, y capaces siempre de lo peor y de lo mejor en igual medida.
En una visita a Bañugues me encontré esta estampa: Una familia hecha con restos de basura que deja la marea. Da mucho que pensar: el contraste entre la capacidad para sacar una sonrisa con una actuación muy artística y emocionalmente creativa, y la tristeza de estar envenenando el único paisaje que tenemos, y lo poco que hacemos por solucionarlo.
Si tuviese que definir la época que estamos viviendo esta imagen me valdría.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Cormorán playero en Bañugues

El lunes pasado me dirigía a buscar (con moderado éxito) gaviotas anilladas en la playa de Bañugues cuando, al bajar del coche, me recibió un cormorán grande (Phalacrocorax carbo) nada más empezar la arena de la playa. Extraño.







Me llevó un buen rato rodearlo, pensando en que posiblemente estaría extenuado tras llegar de costas lejanas en su migración.
Precaución inútil: a la vuelta de reencontrarme con alguna gaviota ya conocida, los galgos de una señora hicieron que levantase el vuelo estrepitosamente.
No hay descanso que valga.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Gaviota de Bonaparte en la playa de Bañugues

Bueno, pues hoy pude ver una gaviota de Bonaparte (Chroicocephalus philadelphia) en la playa de Bañugues (Gozón, Asturias).





















Fue el colofón a un día estupendo de activismo voluntario, eliminando plantas invasoras en la playa de Zeluán y controlando (con éxito total) cajas-nido en Llaranes, pero eso para otro día.










Cuando la vi ya era tarde, lloviznaba, y las fotos están hechas de lejos, con iPhonescoping, así que no son de gran calidad, pero se ve bien la gaviota.










Parece un adulto en plumaje invernal, y es la 3ª  de esta especie que consigo ver, me da mucha rabia porque aunque avisé a un montón de gente, muchos no pudieron ir, y los que salieron pitando a verla, no la relocalizaron.










Claves para diferenciarla de la gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus), que veis en varias fotos, las habituales.










Tamaño en general pequeñito, pico negro, paticorta, y un color de patas rosa chicle muy particular. Y como se ve en esta última foto, el gris del manto le sube hasta la coronilla.
Y si hay dudas con la gaviota enana, también de pico negro y pequeña, hay que recurrir a las primarias, que como veis, son negras, y blancas en la enana de esta edad.

Pues nada, a ver si se queda mucho tiempo, y la disfrutamos todos.



















sábado, 26 de abril de 2014

Cigüeñuelas en Bañugues

No esperaba encontrármelas en la playa de Bañugues, pero fue bajar del coche, hace justo una semana, y allí estaban, imposible confundirlas.








Afortunadamente ya no es raro verlas en Asturias de un tiempo a esta parte, y las cigüeñuelas (Himantopus himantopus) poner un toque elegante a nuestras playas y rías.

domingo, 12 de enero de 2014

Delaware, cana y otras gaviotas en Bañugues

Me pasé el sábado por la playa de Bañugues, territorio del amigo Pin, a probar un poco el iphonescoping, que os relataré en entrada aparte, porque da para mucho debate, y para ver si veía alguna gaviota blanca, que aún no me ha estrenado este invierno.
Las blancas no aparecieron, aunque para compensar, si había, dentro del escaso bando de gaviotas, una bonita gaviota de Delaware (Larus delawarensis) de 1er invierno.


Llegó del mar, y no tocó la arena en el tiempo que anduve por allí.









Para gran suerte mía, también había una gaviota cana (Larus canus) de la misma edad, lo que es una maravilla para poder hacer el ojo a la comparación entre especies bastante similares.








Son diferencias sutiles, pero cuando llevas muchas gaviotas vistas de estas 2 especies, ya salta a la vista la diferencia en patrón de plumaje, tonos de color, tamaño del pico, y sobre todo, porte del animal.









Y, para quitarme el mal sabor de boca de las gaviotas boreales, me encontré con una guapísima gaviota argentea (Larus argentatus), adulta, que no es que sean ninguna rareza por esta época, pero siempre son agradables de ver.










Un par de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus).

Y no me olvido a la docenita abundante de gaviotas sombrías y patiamarillas (Larus fuscus / michahellis) que pululaban entre las demás gaviotas y que veríais en las fotos anteriores.

Por cierto, ni una anilla, vaya.

martes, 26 de noviembre de 2013

Una foto de Bañugues

Entre que estoy muy disgustado con las primeras travesuras serias preadolescentes de mi hijo, que estoy cansadísimo, y que estoy algo desganado con cientos de fotos en espera de procesado, elijo poneros una foto de Bañugues, un grupo de gaviotas patiamarillas y sombrías (Larus michahellis / fuscus). No hay anillas, ni rarezas, ni plumajes exóticos, solo gaviotas en libertad. Y amanece que no es poco.

sábado, 5 de enero de 2013

Un paseo por Bañugues

El otro día, volviendo de censar por el Cabo Peñas, me pasé por la playa de Bañugues, con tan mala suerte que nada más llegar me encontré con esta escena (ponedla en grande).
El final, os lo podéis imaginar.

Solo pude sacar un par de fotos antes de ponerme a comprobar lo que allí había, antes de que echasen a volar, aunque parecía haber gaviotas patiamarillas, sombrías y cabecinegras (Larus michahellis / fuscus / melanocephalus) y alguna reidora (Chroicocephalus ridibundus).

De limícolas, está siendo un invierno muy flojo, había unos cuantos chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), y muy pocos chorlitos grises (Pluvialis squatarola).

lunes, 12 de marzo de 2012

Perdiendo la paciencia en Bañugues

Después de un fin de semana estupendo, en el que había dejado las muletas, y pude dar paseínos guapos, y visto cosas muy interesantes en cuanto a aves, que os iré poniendo poco a poco (hay buenas cosas que contar), hoy tocó regresar a la dura realidad: este pie mío no va.

La migración se está activando por completo, y me dirigí a Peñas a ver qué había. Por la carretera, espectaculares presagios: por todas partes, bandas de avefrías (Vanellus vanellus), pero era parar el coche, abrir la puerta, y echar a volar, no hubo suerte.

Después me fui a Bañugues, y allí fue el desastre, y es que una cosa es caminar por una acera, y otra bien distinta es caminar por terreno irregular, cada paso es un dolor.

Así que yo que presumo de moverme bien por estos terrenos, y de mis míticos acercamientos a las aves, allí estaba, espantándolo todo con mis torpes movimientos. Ni siquiera podía saltar los charcos, y tuve que volver a casa con los pies mojados. ¡Qué impotencia!

Intenté acercarme a un bando muy interesante de gaviotas, este que os pongo, en el que había una gaviota cana (Larus canus), la de la izquierda del todo, y luego varias gaviotas sombrías (Larus fuscus), y algunas patiamarillas (Larus michahellis). Una de las patis, con un rayado cefálico muy intenso, tamaño un poco más pequeño, y un manto subjetivamente más oscuro, estaba anillada en plástico verde. Intenté acercarme para tener acceso con el teleobjetivo a esta interesante anilla, pero lo único que conseguí fue espantarla, cosa que odio, parecía un pato mareado por la arena, cágüenla...

La sombría anillada ya era conocida: 3.N4, de Paul Veron, inglesa.










Me dolía bastante el pie, pero intenté buscar limícolas, que se movían un poco por todas partes, había varias decenas de ellos, pero la sensación de torpeza aumentaba y no podía acercarme adecuadamente, ni agacharme para pasar desapercibido, un fracaso total, ni siquiera podía verlos bien.
Localicé varios bandos de correlimos común (Calidris alpina) y algunos  tridáctilos (Calidris alba), más escondidos.

Y chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) había bastantes, me rodeaban pero ni intentaba hacer otra cosa que echarles malas fotos.






Para encima había otros ornitólogos con telescopios observando a las aves, y yo estaba enmedio de la línea visual entre las aves y sus observadores,a sí que debían pensar, con mis movimientos erráticos, y con los pies metidos en los charcos, que o me había tomado algo, o que era idiota (voto por lo 2º), así que opté por parar de dar la nota, coger la tangente hacia el coche y desaparecer sin más explicaciones.
Me dio tiempo de observar un solitario chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus).





Así que tengo que resignarme: esta migración la podré seguir desde donde pueda plantar un telescopio, pero no puedo seguir a las aves con los prismáticos y el tele, estoy demasiado patoso, yo añadiría que patético.

Menos mal que tengo fisio particular en casa, y que es comprensiva, y sabe decir las palabras adecuadas para calmar mis cabreos, si no ya estaría de esta lesión hasta las pe......s

Y si alguno de los que andaba hoy por allí se da por aludido, espero que disculpen el lamentable espectáculo de ver a un tío persiguiendo sombras aladas como si fuese Chiquito de la Calzada, lo lamento.

Paciencia...y buenos alimentos.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Aves miedosas en Bañugues


Me pasé un día de estos por la playa de Bañugues, de la que salía de Zeluán.

Había marea muy baja, y no esperaba encontrar gran cosa, pero sí que lo que encontrase se dejase observar y disfrutar “al estilo Bañugues”, es decir, a corta distancia y con mucha delicadeza por ambas partes.

Pero no pudo ser. Había mucha gente sacando xorra para cebo, y además un tractor procesando ocle. Nada de nada que objetar si ambas actividades se realizan conforme a la autorización pertinente.

Los bichos estaban muy alerta, te acercabas a 50 metros y se ponían tensos, al unísono. Lo intenté una vez, otra desde otro lado, pero nada, así que los dejé en paz y no hubo 3er intento.

Allí estaban un buen grupo mixto de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) y sombrías (Larus fuscus).





Por otro lado, 2 garzas reales (Ardea cinerea), curiosamente, las más tranquilas.






Llegó desde el Este, volando, una garceta común (Egretta garzetta). 










Preciosa.





De limícolas, poca cosa, un bandito en el que se integraban un solitario correlimos común (Calidris alpina) con media docenita abundante de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).

Bueno, qué se le va a hacer, como hijo de pescador, sé que hay días que entra todo, y otros que vas  a remojar el anzuelo. No pasa nada.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Festival de limícolas juveniles en Bañugues

El 13 de septiembre, después de disfrutar de los alcatraces, me pasé por Bañugues. Era tarde, hacía un tiempo de perros, y además la marea estaba altísima.
Solitario, encaré la playa sin demasiada confianza, pensando que no encontraría nada de interés.
Como suele suceder, si no lo intentas, te lo pierdes, y pasé media hora extraordinaria, hasta que me echó la marea de la playa, y ya anochecía.

Era increíble que en menos de 100 metros cuadrados de playa se arremolinasen tantos y tan variados limícolas, y que además fuesen casi todos juveniles, pero lo que no me esperaba era su mansedumbre.

En otras ocasiones, y en otros blogs, os comentaba que acercándose despacio, y con el debido respeto, la mayoría de las aves eran curiosas, y acababan por aceptar, de mayor o menor humor, tu cercanía, pero en este caso, nada más llegar, y sin la menor precaución, las aves se me pegaban encima, tanto como para llenar la visión de mis prismáticos, y tener que reenfocar constantemente el teleobjetivo, que se cubría por completo.

No había casi luz, y no se paraban quietas, así que las fotos no son gran cosa, pero valgan para expresar lo preciosas que son estas avecillas.











Aunque hace un tiempo que "apagué la emisora" y renuncié a perseguir rarezas, sabía que un correlimos canelo (Tryngites subruficollis)  andaba por allí. Me encontró él a mí antes que yo a él, y pude verlo con más detalle que el ejemplar que vi el año pasado, que era mucho más esquivo.

Pude así comprobar que se trata de un ejemplar juvenil. Lo sabremos por las plumas de las partes superiores: tienen una orla blanca, a diferencia de los adultos, que las tienen color...canela, por supuesto.








Increíble viaje, desde el Canadá ártico hasta Asturias...increíble.











Más común, pero siempre entrañable, el correlimos común (Calidris alpina), también un juvenil, cambiando a 1er invierno.









Muchas veces lo he confundido, en plumaje de invierno, con el correlimos menudo (Calidris minuta), percatándome solo cuando al verlo junto a otros limícolas, veía su minúsculo tamaño. Pero con este plumaje que os presento, juvenil, es inconfundible. Y se diferencia fácil de un adulto por la falta de mejillas de color.


Un limícola mínimo, pero precioso.













Los limícolas más abundantes, no obstante, eran los correlimos tridáctilos (Calidris alba), que parecían unos colosos al lado de los correlimos menudos.









Y de nuevo, juveniles: ese aspecto escamoso, ondulado en blanco y negro, de las plumas del manto y escapulares es inconfundible.










Sin duda, los más valientes, situándose en el límite de la distancia mínima de mi teleobjetivo (¡2 metros!) eran los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), también juveniles, la orla plumosa blanquecina, y las manchas pectorales, apenas juntas, lo delatan.





A esta distancia parecen pequeños gigantes...











En definitiva, uno de esos días en los que das gracias por tener esta afición

¡Ah, se me olvidaba, también había vuelvepiedras (Arenaria interpres), a ver si los encontráis en esta foto, entre tanto bichejo suelto!