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jueves, 16 de noviembre de 2017

A Socellares desde León

El lado leonés del puertu Ventana, a pesar de estar a unos pocos kilómetros de Asturias, es un paisaje bien diferente.

Sus relieves son mucho más redondeados que los agrestes picos que dejamos en Asturias, y eso hace que cambie mucho también la vegetación, con plantas no tan frecuentes en nuestra provincia, que aquí abundan, como el peral silvestre (Pyrus cordata).
Cometí el error de probar una de las peras de este arbolito, era puro tanino y me secó boca y garganta la mitad de la excursión.
Según íbamos subiendo, se abrían las vistas y los árboles, con sus hojas doradas de mediados de octubre, formaban una paleta de color espectacular.
Las orlas de escaramujos de los rosales silvestres (Rosa sp.) también son muy típicos de este ecosistema.
Comida en abundancia en un otoño muy pobre en otros frutos.
Dejando atrás las Invernales de Cuspasante, el paisaje se afea considerablemente. Por desgracia la minería de carbón dejó aquí sus huellas, en forma de despoblamiento masivo cuando cerraron las últimas minas, y en forma de paisaje desolado en medio de un paraíso. Nadie se tomó la molestia de devolver al paisaje el esplendor que seguramente atesoraba antes de empezar a extraer carbón. Por entonces la restauración del paisaje ni se contemplaba.
Cuidando las casas aisladas este enorme y precioso ejemplar de mastín leonés, una maravilla con cara de bueno hasta que empezaba a ladrar y te ponía los pelos de punta.
Dejar un mastín de unos 70 kilos de peso en medio del único camino, aún siendo como en este caso, un cachorrón con más voz que peligro, no deja de ser un problema en especial para los que (no es mi caso) tienen pánico de estos perrazos. A mí me encanta el aspecto, la inteligencia y la función de esta raza de perros, ojalá la ganadería volviese a ser lo que era antes y se llenase el monte con sus ladridos, habría menos polémicas con el lobo y más pastores (y menos incendios) en la montaña.




Ya a la altura del Peñón de Ventana, casi llegando a la raya con Asturias, el paisaje se vuelve maravilla pura. Hacia León, Morronegro y la Babia.


Hacia la Cordillera Cantábrica, el Macizo de Ubiña. desde los Huertos del Diablo al Norte hasta Peña Ubiña al Sur.

A estos 1.650 msnm se enrarece la vegetación arbórea, y sólo quedan los más resistentes, los árboles de altura, como el abedul cantábrico (Betula celtiberica)...
...el mostajo (Sorbus aria)...
...o el pudio (Rhamnus alpina).
Esta transición menos pindia que en Asturias del valle a la cima deja estampas de lo más guapas. Del valle a los Fontanes, casi 1.000 m de desnivel en una sola foto.
Nos dimos la vuelta por cansancio de los acompañantes antes de llegar a nuestro objetivo, enlazar con la Vega de Socellares, ya en Asturias, camino del Colines, otra montaña mítica.








jueves, 3 de noviembre de 2011

Recuerdos de Tsaciana

Mis cuñados Ana y Miguel nos enseñaron un poco la enorme comarca de Tsaciana (Laciana en idioma patsuezu). Como sé que me leen, les dedico esta entrada, que es simplemente una colección de fotos de los caminos que visitamos. Va por ellos. Y en idioma patsuezu lo que veáis en letra negrita y cursiva.

Camín de les Fuentes del Sil.











Gabanzos y picaculos (Rosa canina)











Pudio (Rhamnus alpina)
















Enebro de montaña (Juniperus communis nana)






Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi)











A bajar la fartura a Caboalles de Arriba (aún me acuerdo del cocido tsacianegu, Miguel, qué maravilla).









Carbayu montés (Quercus petraea)










Los bosques que más están creciendo ahora mismo de toda Europa, por abandono, por cambio climático, o qué más da, son inmensos y magníficos, aún de lejos.







Y en nada van camino de ser el último santuario ibérico del oso, del urogallo y de muchos otros, si Victorino Alonso no lo impide.









Rebotsu (Quercus pyrenaica).




















Abrunal (Prunus spinosa)





















¡Si es que se veía venir!










Una vergüenza medioambiental, económica, judicial, política, social: Una vergüenza.









Ablanu (Corylus avellana).

























Pasado, presente y ¿futuro?














No, no es una vaca de la raza mantequera tsionesa.
Además de osos, linces y urogallos, el desarrollismo también acabó con otros animales, los grandes olvidados: las razas autóctonas, perfectamente adaptadas al medio en el que vivían y con una calidad y diversidad de productos insuperable.
Esta raza de vaca, que daba el mayor porcentaje de grasa de las razas españolas, hace tiempo que se extinguió. Hoy en día, en Tsaciana abunda la vaca asturiana de los valles, la parda alpina, la ratina, incluso alguna preciosa sayagüesa, pero la mantequera se acabó.

Los que por fortuna no se acaban son los increíbles, enormes y muy amados por quien esto escribe mastines tsacianiegos, cuidando, de su peculiar manera, al ganado.
En mi ranking particular, mi 3ª raza favorita de perros. Aquí podéis ver unas fotos de camadas para caer la baba.

Volveremos a Tsaciana.