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miércoles, 31 de julio de 2019

Resumen del (espectacular) paso prenupcial 2019 por Zeluán.

La ría de Avilés esta primavera se llenó como hacía tiempo que no sucedía.








Tuvimos un poco de todo, os pongo un resumen, empezando por las rapaces, por ejemplo esta hembra juvenil (probablemente) de aguilucho lagunero occidental (Circus aeroginosus).










Estuvo un par de días, alimentándose por lo que vimos de carroña y peces arribados por la marea.







Por la tranquilidad de las abundantes limícolas a su alrededor, no parecía un peligro real.









Más peligrosos parecían por sus insistencia, y por asistir en directo a alguna captura, el halcón peregrino, que no pude inmortalizar, y el milano negro (Milvus migrans), del que vi hasta 3 ejemplares simultaneamente.









Vimos también unas cuantas espátulas (Platalea leucorodia) aisladas.







Asimismo, paso discreto pero continuo de garzas reales y garcetas comunes (Egretta garzetta).







De limícolas, según los días, pero en los momentos álgidos, entre varios cientos y unos pocos miles, lo cual está muy bien. El ostrero (Haematopus ostralegus), individualmente o como mucho por parejas.








La cigüeñuela (Himantopus himantopus) no es nada frecuente por aquí, así que aunque lejana, la disfrutamos mucho los presentes.








De chorlitos grises (Pluvialis squatarola), un buen montón cada día.












Alternando los ejemplares, como suele suceder, entre libreas en transición y otras ya plenamente de cría.












Los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) fueron los grandes protagonistas, con concentraciones de hasta 800 ejemplares el mismo día.







Aunque en esa ocasión la marea estaba muy baja y no era sencillo verlos.









Hubo paso pequeño de chorlitejos chicos (Charadrius dubius), siempre muy minoritario respecto a sus primos los grandes.












Muy mezclados siempre.











Del chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), como es habitual, ejemplares sueltos en muy pequeña cuantía.






De scolopacidae, buenos números también, con bandos de un par de docenas de ejemplares de Agujas colipintas (Limosa lapponica).











Los machos siempre espectaculares.












No suelen verse muchos ejemplares de archibebe claro (Tringa nebularia) en el paso prenupcial por la ría de Avilés, y así sucedió este año de nuevo.










Al contrario, sus parientes los archibebes comunes (Tringa totanus) fueron muy abundantes y activos.








Otro de los símbolos de prenupcial, el zarapito trinador (Numenius phaeopus), no faltó a la cita.











En ocasiones monopolizaban el pedrero de la Llera...












...otras veces se mezclaban, como por ejemplo con este vuelvepiedras (Arenaria interpres), que en plumaje nupcial llamaba mucho la atención.











De correlimos comunes (Calidris alpina), el habitual más frecuente del prenupcial, este año otra vez flojo, ya van unos cuantos.







Aunque siguen formando buenos bandos, nada que ver con la abundancia de otras temporadas.







Los correlimos tridáctilos (Calidris alba), dependiendo del día aparecían en mayor o menor medida. Del correlimos zarapitín, aunque se vio algún ejemplar, yo no tuve el placer de verlos en Zeluán, sí en Peñes, este prenupcial.









Si fueron notorios y bastante abundantes los más grandes de este grupo, los correlimos gordos (Calidris canutus).











De gaviotas, dependió mucho del viento que soplase, hubo días excepcionales con centenares de gaviotas sombrías (Larus fuscus), fundamentalmente, sedimentadas por el mal viento para su paso. Aunque las más abundantes fueron las locales gaviotas patiamarillas (Larus michahellis).



De gaviotas pequeñas, muy abundantes las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) acompañadas con frecuencia por ejemplares de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus).








Y finalizo con los charranes patinegros (Thalasseus sandvicensis), del que pude disfrutar de un bando de una docena en un día especialmente ventoso que los obligó a parar en la ría.

miércoles, 5 de junio de 2019

Pateando historia por Obona

Nos decidimos a caminar unos kilómetros del Camino de Santiago por Tineo, en concreto el tramo que lleva a Obona, y sin duda es uno de los tramos más interesantes.












Desde el milenario Monasterio de Santa María la Real de Obona, en su día centro local merced a la labor económica y educativa de los benedictinos, salimos lamentando el estado actual de este lugar que debió ser imponente en la Edad Media.









Atravesamos bosques de roble y castaño que aun conservaban los mojones que daban aliento y guía a los peregrinos en épocas muy duras para vivir.










Sin duda para estos peregrinos, encontrarse con el Monasterio al final de la etapa debía ser algo espléndido, de la misma manera que a los urbanitas hoy en día nos parece espléndido encontrarse con paisajes como el rural tinetense, verde en primavera y con un aroma muy difícil de olvidar para quien pasó casi una década conviviendo a diario con él.



En la lejanía, unas vistas bien conocidas del día a día de aquel entonces, cuando vivía otra vida bien distinta. El Cornón, en pleno Somiedo, a lo lejos.










En los bosques, mucho más cercanos, los futuros frutos del arándano (Vaccinium myrtillus).












Algunas mariposas, como la C blanca (Polygonia c-album).













Muchas muchas mariposas de los muros (Pararge aegeria).













Y una licena arquetípica de la mariposa de primavera, la cejialba (Callophrys rubi).













En el cielo, la imponente sombra del buitre leonado (Gyps fulvus).












Y el mucho más juguetón vuelo del milano negro (Milvus migrans).












De vuelta en Obona, uno se pregunta si merece la pena vivir en la comodidad del S. XXI, en comparación con la plena pero seguramente efímera vida que llevaban los monjes del S. XI.

domingo, 19 de junio de 2016

Carriceros fantasmas por el Nalón

Haciendo los recorridos para el atlas de aves en primavera de la SEO tuve el placer de encontrarme en la desembocadura del Nalón con una pequeña colonia de carriceros comunes (Acrocephalus scirpacieus).















Sin embargo, a pesar de su cercanía, de lo folloneros que eran con sus reclamos, y de ser unos cuantos, fui incapaz de echarles una foto.












Los tallos, más altos que yo, de carrizo (Phragmites australis), no ayudaban mucho, pero tengo que reconocer que si tardo más de 5 minutos en el intento, lo dejo, no me merece la pena el agobio.









Así que otra vez será, aunque el simple hecho de observarlos tan hacendosos fue suficiente.












En el Sablón, además de unas docenas de especies de aves de lo más variado, patrullaban su territorio de cría 2 especies diferentes de rapaces, el busardo ratonero (Buteo buteo)...











...y el milano negro (Milvus migrans).

martes, 29 de abril de 2014

Ruta del Embalse de Trasona (II): Bichos.

Pocos se vieron, ya que es un lugar muy humanizado y sería pedir milagros.

En el aire, lo único reseñable, una pareja de milanos negros (Milvus migrans), muy cariñosos.







Mucho menos cariñosos entre ellos, pero mucho más abundantes, los ánades azulones (Anas platyrynchos).










Machos.

Varias parejas.










Hembras.









Y cómo no, los patitos, muy esquivos, por pequeñajos, aún.











Las fochas comunes (Fulica atra), no lo puedo confirmar, pero yo diría que la sospecha de cría es muy grande por la actitud que observé.




No demasiados pajarinos, una abundancia inusitada de ruiseñores bastardos, y poco más.
En reptiles, abundante la ubicua lagartija roquera (Podarcis muralis), creo que este es un macho.










Y de mariposas, lo lógico, pocas y de las especies más resistentes, como esta mariposa de los muros (Pararge aergia).











En general, y en esta época, que no es la mejor, poca variedad, la zona está muy humanizada.