Mostrando entradas con la etiqueta alcaudón real canario. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta alcaudón real canario. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de septiembre de 2013

Salinas de los Agujeros: cierta decepción.

Pues sí, tiré hacia el Norte de la isla de Lanzarote buscando alrededor de la Montaña Tinamala aves esteparias como la ortega, el corredor, la perdiz moruna (que luego vi en otro sitio fugazmente) o el camachuelo trompetero, y nada, y lo mismo con los limícolas en paso en las mismas salinas.
No eran las mejores condiciones.











La ruta partía de la Urbanización "Los Cocoteros", atravesaba las Salinas de los Agujeros, bordeaba la playa del tío Joaquín, y se internaba en la estepa y tabaibal de la Montaña Tinamala, en teoría, un lugar excelente para localizar aves.
No fue así, vi aves, pero no las que deseaba, hacía mucho calor para las salinas, que estaban secas, las molestias humanas fueron continuas, y el terreno en sí estaba deprimentemente degradado. De esto me ocuparé en la siguiente entrada.
De nuevo, el pájaro más abundante era el bisbita caminero (Anthus berthelotii berthelotii). Un poco en cada esquina, y en gran cantidad, por parejas.










De nuevo también me acompañó, en los posaderos más elevados, ya fuesen tapias, hierros abandonados, o tabaibas, el alcaudón real canario (Lanius meridionalis koenigi), siempre una grata visión.








Me sobrevoló un bandito de cuervos canarios (Corvus corax canariensis), y teniendo en cuenta que en toda la isla la población es mínima, este bandito supone así como el 10% de los cuervos de Lanzarote. Triste.









Peor fue en La Graciosa, donde a día de hoy la pareja que me sobrevoló en la playa es la única que sobrevive, así que aquí en Lanzarote aún no era tan grave.







En la costa, un bandito de gaviotas patiamarillas atlánticas (Larus michahellis atlantis), otra vez muy esquivas, volaron en cuanto me jispiaron.







De nuevo disfruté su plumaje tan oscuro.














Especialmente los juveniles y 1os inviernos, casi negros parecían en vuelo.








Igualmente es definitorio el color más oscuro de la raza canaria sobre la nominal en las palomas bravías canarias (Columba livia canariensis), aunque hay que tener en cuenta lo fácil que podemos confundirnos con una población asilvestrada de la variedad doméstica.








De rapaces, nueva decepción, ni halcón tagarote ni de Eleonora, aunque la pareja de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus dacotiae) que claramente parecía anidar en un molino abandonado no dejó de observarme todo el camino.

Y esto fue todo en cuanto a aves, el paisaje os lo comento en la próxima entrada.




lunes, 2 de septiembre de 2013

Los jables de Sóo: Alcaudón real canario.

Una de las aves a las que me encontré con cierta frecuencia (3 días) en este viaje fue el alcaudón real canario (Lanius meridionalis koenigi), una subespecie insular del alcaudón real.

















Es un alcaudón típico, de fuerte pico, aún más en esta subespecie, cabeza potente y musculosa, y un cuerpo compacto acompañado de una cola que en vuelo llama mucho la atención por su longitud, a gran distancia o cuando aparece de sopetón, se podría uno imaginar a una urraca por este detalle.










Lo vi varias veces, aunque no es demasiado abundante, ya que por desgracia nos estamos cargando su territorio, y sus presas, micromamíferos, pequeños reptiles, y los grandes insectos, que son los 1ºs que desaparecen cuando acabamos con los hábitats de cultivo tradicional, con cierres y multitud de arbustos desde los que otea a su comida.



Tienen la costumbre de hacer su reclamo desde los extremos de las ramitas, por lo que no resulta difícil localizarlo, y tiene bastante tolerancia al ser humano, por lo que no es especie esquiva al fotógrafo respetuoso.











En los jables enormes de Sóo me hizo mucha compañía con su simple presencia mitad pequeña ave de presa mitad gran pájaro, y aquí se lo agradezco.