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sábado, 13 de julio de 2019

Resumen del (espectacular) paso prenupcial por Cabu Peñes (II): Limícolas, anátidas, perdices y similares.

Abundante y variado el paso por Cabu Peñes en este prenupcial en el capítulo de limícolas, especialmente por la pequeñísima charca temporal de Coneo.







En esta pradería inundada hubo cada día llegada y salida de decenas de limícolas que parovechaban la riqueza en comida que se encontraban. por ejemplo, hubo andarríos grandes (Tringa ochropus).










Aunque en menor número que otros limícolas, se vieron bastantes días.











Casi siempre acompañaban a los limis algunas anátidas, como este ánade azulón (Anas platyrynchos), que parecía gigante en comparación.










Otros abundantes fueron los archibebes comunes (Tringa totanus).












Más esporádicos, pero muy llamativos, los correlimos zarapitines (Calidris ferruginea).












Cada vez se ve menos esta especie en Asturias, y verla en charcas interiores es todavía más curioso.












Acompañados siempre por sus primos más abundantes, los correlimos comunes (Calidris alpina).






Un espectáculo verlos llegar directos a la charca desde a saber qué remota zona del Ártico.









Sólo vimos un ejemplar del escaso andarríos bastardo (Tringa glareola).








Llamaba bien la atención entre los otros limícolas mucho más habituales.














El día que lo vimos estaba acompañado por un ejemplar de tarro blanco (Tadorna tadorna).










Una extraña compañía para migrar, pero bienvenidos sean.






Los zarapitos trinadores (Numenius phaeopus), también muy abundantes, se repartían entre la charca de Coneo y las praderías del resto de Peñes.










Los combatientes (Calidris pugnax), repartidos también entre charca y praderías, aunque mucho más escasos.










Saltando de scolopacidae a charadridae, todo un lujo este año con grandes bandos, tanto en el aire, como estos chorlitos dorados europeos (Pluvialis apricaria).








Desde luego, en tierra son mucho más llamativos, una preciosidad de plumaje.












Entre los rastrojos, con otros limícolas en minoría.








Los chorlitos grises (Pluvialis squatarola) también se juntaban en grandes bandos.









A veces casi indetectables.










Otras veces eran otros vecinos muy diferentes los que los delataban, como esta perdiz roja (Alectoris rufa). Una extraña combinación, unas aves viniendo de África camino del Ártico, y otras criadas seguramente en cautividad y supervivientes de la temporada de caza.












Los faisanes comunes (Phasianus colchicus) tampoco son el colmo de la prudencia, tan fáciles de ver como de cazar, me imagino.






Termino con los chorlitejos, también muy abundantes y presentes a lo largo de todo el paso prenupcial, principalmente el chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), al que ya vimos escondido en varias de las fotos anteriores.
Al chorlitejo chico (Charadrius dubius) de esta foto, lo acompañaban varios ejemplares más en la charca de Coneo.







En definitiva, un paso prenupcial muy destacado, esperemos que se repita el año que viene.

sábado, 24 de junio de 2017

Un paso de limícolas decepcionante (IV): Correlimos zarapitines y comunes.

Dos ejemplares tan solo anoté este paso de correlimos zarapitines (Calidris ferruginea).
Este guapo ejemplar adulto bien coloreado...y el juvenil de al lado, mucho más discreto.







Alrededor del zarapitín (el más grande en la foto), en Zeluán, un montonín de correlimos comunes (Calidris alpina).










Digo montonín porque por desgracia otros años aparecían por centenares o algunos miles simultáneamente, pero este año sólo he visto algunos grupos grandes cercanos al centenar, pero muchos menos que otros años.









domingo, 2 de octubre de 2016

Paso por Zeluán

Aunque me estoy perdiendo por motivos justificados la segunda mitad del paso de aves por Zeluán, sí que me dio tiempo antes de cascar a pasar un par de veces por Llodero y ver algunos bichos interesantes, todavía en pequeños números.












Por ejemplo, un ostrero (Haematopus ostralegus).














Algún jovenzuelo de correlimos gordo (Calidris canutus).













Varios correlimos zarapitines (Calidris ferruginea).











Rodeado de muchos correlimos comunes (Calidris alpina).












Varios grupos de agujas colipintas (Limosa lapponica).












Y todavía pasaban zarapitos trinadores (Numenius phaeopus).













Ya estaban instalados los archibebes claros (Tringa nebularia) que pasarán el invierno con nosotros.









Algunos archibebes comunes (Tringa totanus).












Y andarríos chicos (Actitis hypoleucos) por todas partes.















Un poco como los chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).












Pasaron varios charranes, el más abundante, el charrancito (sternula albifrons). De lo pequeño que es este juvenil nos damos cuenta por lo enormes que parecen en comparación las reidoras que tiene al lado.














De gaviotas, van pasando, aún llegaban gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridubundus) juveniles.










Y las primeras gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus).








Vuelven los gaviones atlánticos (Larus marinus) invernantes.











Y un invierno más, la gaviota argentea (Larus argentatus) de ojos bicolores.











Y las garzas reales (Ardea cinerea), siempre de mal humor.














Al contrarario de los discretos y bientomados cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis).

sábado, 10 de octubre de 2015

Vacaciones 2015: San Pedro del Pinatar (Ruta por el parque regional).

Lo dicho: me decidí a conocer la zona y elegí un sendero corto en recorrido pero muy ameno en cuanto a aves, aunque la gran distancia a muchas de ellas deslució en parte el paseo.







El recorrido lo podéis ver, una línea fina verde, en este mapa, rodeando las salinas hacia el norte, y después internándose en la zona de arbustos halófilos, hasta desembocar en la larga playa.















La primera parada, al Norte, con un observatorio frente a una nutrida colonia mixta de aves, entre las que más destacaban, pese a la lejanía, los flamencos comunes (Phoenicopterus roseus).









Cerca de un centenar, más abundantes que en las contiguas salinas que os describí en la entrada anterior, pero mucho más lejanos, lástima.






Acompañados de garcetas comunes (Egretta garzetta) y garzas reales.











Una gran alegría, la colonia con guardería incluida de tarros blancos (Tadorna tadorna).







Entre los flamencos, algunos zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis).
















Después, volvemos al Sur para bordear una zona muy tupida de dunas colonizadas por vegetación.











Bordeando las pequeñas zonas húmedas dispersas, aparecen colonias de gaviota patiamarilla (Larus michahellis michahellis).







Bastantes gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) y aislados y preciosos ejemplares de gaviota picofina (Chroicocephalus genei).









Muy abundante también el paso de charranes patinegros (Sterna sandvicensis).







Había charranes comunes (Sterna hirundo) reproductores.













Y charrancitos (Sternula albifrons), sospecho que tanto en paso...








...como reproductores locales.












Llegando a la playa, larguísima y de arena extremadamente fina.

Limícolas, en especial en paso los correlimos zarapitines (Calidris ferruginea). También correlimos común, andarríos chico y archibebe común.





Y bastantes chorlitejos patiengros (Charadrius alexandrinus).

















Más grandes, frente a los charranes, avocetas (Recurvirostra avosetta).









Los adultos eran fáciles de divisar, pero las crías se camuflaban muy bien.











Y de nuevo nos internamos en la espesura y decimos adiós a la playa y los estanques para volver al aparcamiento.






Sin duda, una ruta llena de alicientes. Dejo para el final la gracia de las libélulas Sympetrum fonscolombii.













Tan interesante como el paseo.