Bueno, pues seguimos caminando, y no podemos olvidar a un clásico como el
herrerillo común (Cyanistes caeruleus).
Muchos
mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita).
Pero de lo que me quedé gratamente asombrado es de la enorme cantidad de
zorzales alirrojos (Turdus iliacus) que el frío había traído a los praos.
¿Qué no los veis? ¡Ay!, hay que traéroslo todo hecho...en rojo, marcados los alirrojos, y en negro...
...en negro, los
estorninos pintos (Sturnus vulgaris), literalmente, en todas partes.
Hay otras aves mucho menos abundantes, pero siempre bien presentes y fáciles de localizar en sus posaderos, como la
tarabilla común (Saxicola torquatus)...
...o el
cernícalo vulgar (Falco tinnunculus).
Aunque de los cientos de aves que apunté, la que más me prestó, sin duda, fue el único
escribano soteño (Emberiza cirlus), un macho, que pude observar, por escaso y por ser los últimos supervivientes de una población antaño boyante y hoy languideciente, lástima.
Y si de verdad hubiese sido una investigación seria, no hubiese podido acabar sin preguntarles a los verdaderos expertos de la zona: estos mininos, con pinta de saber "demasiado" de los pájaros del lugar.
Ya fuera del censo, me acerqué a las 2 lagunas (Alfredo Noval y aliseda pantanosa) satélites a la ruta: había bastantes aves acuáticas, sobre todo
ánades azulones (Anas platyrynchos).
Pero buscando buscando, aparecen más cosas.
Como unas guapas
cercetas comunes (Anas crecca).
Una pareja de
ánades frisos (Anas strepera), aquí el macho.
Y siempre aparecen para la foto las
gallinetas comunes (Gallinula chloropus).
Pues como resumen no está mal, pero os recomiendo que cojáis los prismáticos, una hoja de papel y un boli y os pateéis mañana mismo vuestro "local patch", se convertirá en una agradable costumbre, garantizado.