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lunes, 30 de octubre de 2017

Adentrándonos en el Cantábrico: Picos de Europa a la vista

Se toma por un tópico que se llame a Picos de Europa de esa forma por ser la primera tierra que se ve de este continente desde el mar.





















Pero la verdad es que impresiona, tan lejos de tierra y a más de 100 kilómetros de distancia, ver perfectamente Picos.












Efectivamente, Torrecerredo coronaba esplendidamente nuestra vista hacia el continente, destacando sobre todo el paisaje asturiano según nos acercábamos a tierra.










Tan lejos pro aparentemente tan cerca, debieron causar una gran impresión de alegría en los navegantes al volver por el Cantábrico.

domingo, 29 de octubre de 2017

Adentrándonos en el Cantábrico: Skuas.

Estos piratas del mar nos siguieron toda la singladura, dándonos buenos momentos en cada pasada.












Más abundantes y con una coloración más brillante los juveniles.












Muy impresionante cada vez que un adulto, un ave formidable y con aspecto de haberlo vivido todo en alta mar, se nos acercaba.













Y es que el págalo grande (Stercorarius skua) no se detiene ante nada al perseguir a las aves marinas más variadas y arrebatarles su comida, todas pueden en algún momento tener a los skuas volando a toda velocidad detrás suyo.








Desde los grandes alcatraces atlánticos (Morus bassanus)...











...a los gaviotas patiamarillas (Larus michahellis)...













...y gaviotas sombrías (Larus fuscus)...















...aunque con quien más se ensañan es con los hiperactivos charranes, como los comunes (Sterna hirundo)...












...charranes patinegros (Sterna sandvicensis)...













...o fumareles comunes (Chlidonias niger). A cualquiera de ellos lo perseguirá hasta hacerle devolver el chum, dando un espectáculo único.

viernes, 27 de octubre de 2017

Adentrándonos en el Cantábrico: Tintorera y peces luna.

En la misma balsa de aves que localizamos a paíños y fulmar, pudimos ver a 2 peces bien distintos pero igual de interesantes.









Uno es un tiburón, un pez cartilaginoso, concretamente una tintorera (Prionace glauca), un ejemplar de buen tamaño que se acercó mucho al costado del barco.








Como veis, es normal que en inglés se denomine a este tiburón como "blue shark", por su precioso color azul intenso.








El otro pez es muy común en el Cantábrico, y lo vemos muchas veces saltando fuera del agua, tanto desde la Punta La Vaca como cuando salimos en barco. Se trata del pez luna (Mola mola), el mayor pez óseo que existe, un pez que es discoidal y que flota muchas veces boca arriba, con tal lentitud que a este ejemplar las curiosas gaviotas le picaban las aletas descaradamente.





Vive en medio planeta, y con esa parsimonia parece increíble que sobreviva, misterios de la evolución.









En este pequeño vídeo podéis verlo mejor.

martes, 24 de octubre de 2017

Adentrándonos en el Cantábrico: paíños.

Por fechas y por ganas, sabíamos que teníamos que andar pendientes de encontrarnos con los paíños, y tuvimos suerte esta vez.












No fue hasta el tramo más lejano de nuestra salida, cercanos al cantil, cuando, detrás de unos arrastreros, vimos una gran masa de aves. Se atrajo a gran parte de ellas (charranes, fumareles y paíños) com el chum, el aceite y los gusanitos, y a partir de ahí fue coser y cantar.










Fueron una docena de paíños europeos (Hydrobates pelagicus), los que vais a ver en estas fotos.









Además, vimos brevísimamente un paíño de Wilson, tanto que hay que apuntarlo como supuesto, y además, dentro del grupo de europeos se coló un paíño boreal, también muy poco rato, tanto que sólo se confirmó con las fotos de algunos de los fotógrafos de a bordo, para los demás pasó desapercibido.






Aunque todos les sacamos cientos de fotografías, fue complicado sacar algo decente. Entre lo pequeños que son, el oleaje, y que se mueven más que el cantante de Boney-M, es tarea de expertos sacar nada decente al objetivo. Como había fotógrafos extraordinarios entre el pasaje, decir que hubo quien sacó auténticas maravillas (no yo, ya se ve).







Para el tamaño que tienen, vuelan rapidísimo, nos siguieron sin ningún problema durante más de 1/2 hora, y los disfrutamos un montón.






Como mariposas, sin llegar a mojarse mucho las patitas, picoteando los pequeños trozos de grasas y pescado, quebrando el vuelo anárquicamente, siempre como colgando de sus alas.









Fue realmente muy divertido, y, al contrario del fulmar, estuvieron tanto tiempo a nuestro lado que pudimos disfrutar, por momentos a ojo limpio, de sus características más específicas.










Aunque sale en todas las guías, no es hasta que tienes una observación en estas condiciones tan buenas que te das cuenta de lo mucho que destacan el gran obispillo blanco, la mancha blanca que recorre por debajo el ala, y el aspecto uniforme de la cara superior del ala. Desde luego tuvimos suerte esta vez con los paíños.

domingo, 22 de octubre de 2017

Adentrándonos en el Cantábrico: Fulmar boreal

A finales del mes pasado una invitación relámpago de Roberto nos puso en catamarán rumbo al Cantábrico, y pudimos ver no muchos bichos, pero sí bastante célebres.
Sin duda el más interesante y para mí una ave nueva, que siempre es una fiesta, fue el fulmar boreal (Fulmarus glacialis).







Fuimos bien lejos para encontrarlo, pero gracias a que éramos muchos ojos mirando, y que los incomparables Fredy y Xuanín hicieron su magia, todos pudimos disfrutar de esta y de otras maravillas que os iré poniendo.













Rodeado de paíños, y de otras aves que hicieron caso del chum, el aceite y los gusanitos que tiramos estatégicamente, el Sr. fulmar apareció a ojos de Roberto y a partir de ahí fue un seguimiento perfecto hasta que a respetuosa distancia lo pudimos localizar perfectamente posado en el mar. Ni os imagináis el silencio que se hizo para que el animal no se pusiese nervioso, cosa que conseguimos.








Aguantó unos minutos para las fotos, aunque hubiese estado bien que fuese más tiempo, ya que no fue el suficiente para ver a prismático el gran diferencial de esta especie respecto de cualquier otra marina en Europa.








Con el aspecto de una gaviota pequeña. pero un ojo y pico muy diferentes, y una blancura espectacular, talmente parece el cruce entre lárido y procelariforme.













Aunque la foto es espantosa, fue al volar cuando vimos la gran diferencia, desde la manera de volar, más típica de una pardela, hasta las alas tan redondeadas y con unas puntas que en nada se parecen a las de una gaviota.
Sólo por verlo ya mereció la pena salir a navegar, pero aún quedaba mucho más por ver.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Los últimos de paso: Salida marina (un desastre).

Lo que a priori parecía que iba a ser una gran día entre amigos, acabó, en lo personal, siendo un desastre. Mala mar y pocos bichos, pero, principalmente, por primera vez en muchos años cogiendo barcos, lanchas, ferrys y demás, me mareé. Y a lo grande.
Ya íbamos enganchados a un nutrido grupo de gaviotas, la mayoría patiamarillas (Larus michahellis). Y la mayoría inmaduros claro.




Bastantes gaviotas sombrías (Larus fuscus), como este 3er invierno.











Muchas menos gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus), y apenas alguna gaviota cabecinegra.













Para cuando aparecieron los preciosos alcatraces atlánticos (Morus bassanus), como este 2cy, ya notaba cierta incomodidad.










Se acabaron las fotos nítidas, ya no sabía ni dónde enfocaba.












Tampoco seguía ya a los bichos, como este págalo grande (Catharacta skua) alrededor del barco, estaba K.O.






Me parecía increíble estar tan mareado, pero llegó un momento que me rendí, aquello no iba a mejorar, a estas alturas del Cantábrico se me apagaron las luces. Y lo peor era que me quedaban varias horas de oleaje.











Todo lo demás fue una nebulosa de dolor, convulsiones y querer volver a mi casa cuanto antes. Todavía pude ver a las gaviotas tridáctila y cana, a las pardelas sombrías, y algún picado de los alcatraces, pero apenas podía abrir los ojos y se me hizo un infierno. Un día para olvidar, sin duda.



martes, 25 de noviembre de 2014

A 20 millas al NE de Gijón (y XII): Gaviotas sombrías.

Finalizo esta serie que ya ha durado demasiado con las gaviotas sombrías, centenares se vieron.
Desde juveniles como esta...











...pasando a 1os inviernos (decenas) como esta.
Menuda garrapata lleva la pobre en la cabeza.











1er invierno también.













Y otro.











De 2º invierno ya se veían menos.










Y para 3er invierno ya se necesita buen ojo, se parecen a los adultos.











Esta parece una de la raza intermedius.
Pocos meses le faltan para adulta.














Y ésta también está mudando para adulta.











Difícil fijar la vista entre tantas gaviotas.













El método Xuanín sigue siendo el más efectivo a la hora de atraer gaviotas...









...y tanto ornitólogos como gaviotas salimos fartucos una vez más.