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martes, 14 de julio de 2020

Otro gigante perdido

Censando el SACRE de la SEO por la zona del Jardín Botánico de Gijón tuve la desagradable sorpresa de encontrarme tumbado a uno de los carbayos (Quercus robur) centenarios del área recreativa de los Maizales.

Pude comprobar in situ lo que pasa cualquier rama de este gigante, el estruendo debió ser tremendo.





Por desgracia esta zona se quedó fuera de la protección del Botánico, y mientras que en el Jardín Botánico los ejemplares espectaculares de roble lucen espléndidos, los de esta zona están empeorando o muriendo a ojos vista.









La zona está muy machacada por los visitantes, las raíces muy pisoteadas, el terreno compactado y seco, no hay ningún sotobosque, y los usuarios usan los árboles como juego, tirolina, hamaca...










Es una pena porque estas carbayedas adehesadas tienen unos árboles que son historia viva del concejo, y ahora que la zona en la que están ya no es rural, si no plenamente urbana, rodeados de urbanizaciones por todas partes, cada uno de estos titanes que cae es una pérdida irreparable.








Censo desde hace una década este bosquete, y es evidente la pérdida de biodiversidad de año en año, lo que da que pensar respecto al empobrecimiento general de la campiña gijonesa y lo poco que la valoramos.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Papamoscas cerrojillos y colirrojos reales


Hace una semana comprobé que en determinados sitios clave hay especies amenazadas que no solo aguantan sino que aumentan cada año. Especies importantes por estar en el limbo de la desaparición, aves paseriformes migratorias con problemas en sus lugares de cría, con un empeoramiento radical de las condiciones del hábitat y dificultades para encontrar insectos que comer; y problemas en sus cuarteles africanos de invernada en el Sahel, con sequías, caza directa y una migración cada día más complicada por el cambio climático.







Por eso es tan importante mantener en buen estado pequeños retazos de bosque maduro, aunque como en este caso, la carbayera de los Maizales de Gijón, se trate de un entorno muy humanizado.
Aquí puede descansar el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) en su camino al Norte, hubo primaveras en las que no llegué a ver ninguno, este año llevo unos cuantos, y es una buena noticia.
Ojalá se quedase aquí a criar, pero por la mancha tan pequeña en la frente (subespecie europea, no española), parece un individuo de los que prefiere latitudes más altas que esta.



El colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) se estaba haciendo peligrosamente escaso estos últimos años, pasando de ser un ave común a refugiarse en unos pocos puntos concretos. De ahí la importancia de mantener áreas en buen estado, con arbolado maduro, rodeado de superficies más degradadas pero con la cobertura mínima suficiente para dar apoyo a los puntos de mejor calidad.





En el caso de esta carbayera, se ha ido desnaturalizando bastante, al quedar fuera de la protección que su gemela Carbayera del Tragamón tiene, pero sus magníficos robles centenarios aún mantienen unas copas espléndidas que dan refugio a más de 20 especies de aves reproductoras, y los alrededores, aunque cada vez más urbanizadas, aún mantienen zonas con prados, y divisiones de fincas con muro seco o sebes arbustivas capaces de dar cobijo a la fauna invertebrada de la que se alimentan, así que por ahora van librando.








Y si hubo años en la pasada década en la que solamente esta carbayera y otro par de ellas daban datos de reproducción escasa de esta especie, a día de hoy, y tras varios años de seguimiento puedo decir felizmente que el colirrojo real progresa adecuadamente en su reconquista de los espacios periurbanos de Gijón, y este año me lleve la alegría de ver que en esta carbayera son ya 2 las parejas que están por la labor de criar, y me los he encontrado en 6 de los 20 puntos del censo del SACRE de la SEO, lo que es un record personal para esta especie.
 
Pues nada, que siga así de bien la cosa.













Como veis, muy diferente el colorido macho de la discreta hembra.











Entre las más de 2 docenas de especies de aves que crían aquí, alguna ilustre, como el pico picapinos (Dendrocopos major).






Y otras especies más comunes, como el petirrojo (Erithacus rubecula). Ligado a las ramas.










O el humilde zorzal común (Turdus philomelos), más andarín.

martes, 7 de mayo de 2013

El lek de las lavanderas

El madrugar mucho y el andar donde los demás no están hace que a veces veas cosas muy chulas, pero también que se te vaya la olla a Camboya de vez en cuando.






Estaba yo haciendo una espera a los colirrojos reales cuando entre los robles aparecieron 2 lavanderas blancas (Motacilla alba) y me depararon un espectáculo increíble, más tratándose de un ave por lo demás muy discreta.






No era el cortejo de la avutarda, ni del urogallo, o de las grullas, pero yo me sentí muy honrado de ser el único espectador de esta parejina, y de pasar completamente inadvertido para ellas, y era feliz con las copas de los árboles más hermosos de Gijón por paraguas y las aves como únicas vecinas.




Tendré que mirármelo.