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lunes, 20 de abril de 2020

Santoña en carnaval (IV): Pólder de Escalante, cigüeñas.

Hicimos parada en el pólder de Escalante, con resultados pobres pero interesantes.












La riqueza habitual en especies de esta zona nos dio esquinazo, pero vimos 4 cigüeñas comunes (Ciconia ciconia), que siempre se agradece.







En los pastos, más de un centenar de zarapitos reales (Numenius arquata), a lo mismo que los cigüeñas, pero al ser más pequeñitos en comparación, muy difíciles de ver y más aun de fotografiar.









Los pocos cercanos estaban en el canal.












Esta vez Escalante nos dio esquinazo...









viernes, 1 de noviembre de 2019

El Burgo de Osma: toda una agradable sorpresa.

A veces merece la pena conocer sitios de los que no tienes ninguna referencia. Necesitábamos hacer noche camino de vuelta a Asturias desde el Delta del Ebro, y aunque con un poco de rodeo, quisimos conocer la provincia de Soria. Al no haber libre estancia en la capital soriana, nos desviamos al Burgo de Osma, y fue un gran acierto.






Esta estratégica población, de sólo 5.000 habitantes, además de encanto, tiene un patrimonio histórico-artístico increíble para ser tan pequeña. Y además disfruta de un paisaje y de una calidad de vida que se percibe al instante. No me importaría quedarme aquí a vivir. Al estar nuestro hotel muy cercano a ella, pudimos pasear a gusto la catedral, que nos dejó gratamente sorprendidos.












De gran tamaño, refleja tiempos mejores para esta ciudad, cuando era cabeza de un gran territorio estratégico en los caminos entre el Norte de España y la Meseta. De antiguo nombre celtíbero Uxama, desde el S. XIII empezó la construcción de esta catedral, que tiene varios estilos dentro de su interesantísima arquitectura. llama mucho la atención su torre, altísima y que domina el paisaje en muchos kilómetros a la redonda. Es neoclásica y mucho más moderna, del S. XVIII.



Fue grato ver a las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) bien tranquilas.













Y a los buitres leonados (Gyps fulvus), en todo momento sobrevolándonos.










Su interior, donde estaba prohibido sacar fotos, es de lo más interesante, ya que se han recogido en su museo gran parte de las riquezas artísticas de la diócesis y el conjunto no tiene nada que envidiar a catedrales de sedes arzobispales mucho más potentes. Su construcción abarca desde el románico, el gótico, el renacentista, y hasta el neoclásico, porque se tardó mucho en rematar la obra.













Saliendo de la catedral nos dirigimos a las murallas, del S. XV, por la puerta de San Miguel, al puente antiguo, un rincón precioso.














En los alrededores del Burgo de Osma, otras estampas idílicas, como el castillo de Osma, desde el S. X, que marca la localización celtíbera de Uxama, después fue romana, visigoda, árabe, castellana...hasta que se abandonó por la localización más cómoda del Burgo de Osma.






Frente al castillo, al otro lado del río, la iglesia de Santa Cristina de Osma, de los S. XVI-XVIII, al otro lado del río Ucero.

















Las atalayas, bien visibles desde las afueras, provenientes de la época celtíbera.












De vuelta a la ciudad, nos llamó mucho la atención la Universidad de Santa Catalina, que funcionó desde el S. XVI hasta el XIX, y que actualmente alberga un hotel spa, magnificamente restaurado.






En resumen, una parada inolvidable, llena de cosas que ver.














Y además se come de maravilla, ¿qué más se puede pedir?

viernes, 12 de julio de 2019

Resumen del (espectacular) paso prenupcial por Cabu Peñes (I): Rapaces y zancudas.

Esta primavera pudimos disfrutar de un espectacular y concurrido paso por el Cabu Peñes, algunos días fueron realmente memorables, con una mezcla de bichos de lo más curioso. Por si no lo creéis, pongo algunos ejemplos, por ejemplo las rapaces que vimos, comenzando por este aguilucho papialbo (Cyrcus) macrourus.





Aunque no es el primero que tenemos visto por aquí, siempre es un placer, que en este caso debemos a la buena vista de Xuan Cortés, que nos permitió a Roberto y a mí disfrutar este ejemplar durante varias horas.









Cada vez se ven más por la Península Ibérica, y ya casi no es novedad verlo durante el paso prenupcial, en especial, como en este caso, a los ejemplares jóvenes.









Fue diaria la presencia del aguilucho lagunero occidental (Cyrcus aeroginosus), en concreto este ejemplar, posiblemente un macho.











Al estar patrullando por encima de la charca de Coneo, casi siempre se llevaba algún premio.













Sin duda el Cabu Peñes es un lugar magnífico para aguiluchos, viéndose muchos años las 4 especies del Paleártico Occidental.











A los residentes milanos negros (Milvus migrans), se les unieron varios ejemplares que pasabn por encima nuestro sin parar.










Este mochuelo común (Athene noctua) no estaba en paso, todo lo contrario, ya que su territorio debe ser de los pocos de la avifauna asturiana que dispone de dirección postal, nunca se separa de una casa particular en Coneo.














Debe estar muy bien tratado, y sin duda, respetado por los dueños de la casa, ya que son al menos 2 años viviendo en ella, teniendo en cuenta la de insectos y pequeños roedores que consumen, es una medida muy inteligente.















De zancudas, algunos avistamientos interesantes, como varias cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) en paso, algunas muy cercanas.












No falló tampoco la habitual en el paso prenupcial por la zona garza imperial (Ardea purpurea), toda una madrugadora.








sábado, 16 de agosto de 2014

Por la Bahía de Cádiz (I): Birrascoping en Pago del Humo

Después de una buena temporada sin publicar, tendréis que perdonarme, estaba en unas cortas pero necesarias vacaciones, que terminaron antes de tiempo pero que supieron a gloria.

El lugar elegido fue Pago del Humo, una zona con casitas tranquilas, al Este de Chiclana, rodeado de excelentes puntos de observación de aves. La casa era la "Villa de las Cigüeñas", y pronto nos dimos cuenta de por qué el nombre, ya que coincidía en la vertical de un pasillo desde la costa y las salinas hacia el interior de Cádiz, y vimos muchas cigüeñas comunes (Ciconia ciconia).

Pasaban muy altas, pero al ser tan grandonas se veían bien.





No sucedía lo mismo con las rapaces. Pasaron milanos negros,águilas calzadas, busardos ratoneros, y muchos cernícalos vulgares y primillas (Falco naumanni). Al pasar rápidos y altos, y ser pequeños, era difícil echarles una buena foto. Este ejemplar, por ejemplo, sale fatal, podría ser por el moteado irregular y el rojizo vientre, con alas claras por debajo y poco rayadas, uno de los muchos primillas que pasaron, pero la foto es mala con ganas y no se sabe bien. La poderosa luz gaditana, tampoco ayuda mucho, y me las hizo pasar canutas todo el viaje.








La casita estaba rodeada por todas partes de frondosos pinos piñoneros (Pinus pinea), que daban una sombra estupenda y añadían frescor al ambiente, y, lo más divertido para mí, proporcionaban cobijo a muchas especies de pájaros.


Así que me sentaba en la tumbona a su sombra, a la distancia suficiente para que los peques no me llenasen de agua de la piscina el equipo, y con la cámara y los prismáticos a un lado, y al otro lado una buena jarra de cerveza fresquita recién escanciada de uno de los sucesivos bidones que trasegábamos el amigo Ricardo y yo...y a disfrutar.






Los más abundantes, los gorriones comunes (Passer domesticus), que criaban en las copas de los pinos.











Les seguían en abundancia los gorriones morunos (Passer hispanoliensis), que también tenían nidos.












Y los más ruidosos y también criando, los estorninos negros, a los que no fui capaz de tirarles ni una foto, tal era su grado de desconfianza, siempre se movían por las ramas externas del árbol, hacia la cara "no visible". Tremendos.
Sin criar, pero también muy abundantes, los herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus).








Y venían a comer al prao todas las mañanas los mirlos comunes (Turdus merula), 2 parejas, una normal de plumaje.












Y la otra con el macho parcialmente leucístico.









Era muy llamativo.







Era muy notorio también el paso de mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus), lo fue durante todo el período que anduve por Cádiz. Otra cosa era pescarlos entre las ramas, porque ni se dejaban ver ni paraban quietos.








Finalmente, las abundantes tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) nos amenizaban con sus cantos monótonos mañanas y tardes.






Además, se pasaron por allí currucas cabecinegras, carboneros comunes, golondrinas daúricas y comunes, vencejos comunes y pálidos, aviones comunes, y las bandadas de gaviotas patiamarillas y reidoras.
Una buena diversión.

sábado, 14 de julio de 2012

Las aves de Cáceres

Cáceres puede presumir de ser una de las pocas ciudades que es ZEPA por sí misma.
Y es que no me extraña, porque camines por donde camines, te acompañan los sonidos de aves criando por todas partes, y el casco histórico, que ya es bastante hermoso, emociona al verlo lleno de vida por todas partes.
Delante mismo de nuestro hotel me llevé el gran susto al ver tan cerca una hembra de cernícalo primilla (Falco naumanni). Después vería un montón por el cielo de toda la ciudad y de los alrededores, qué maravilla, una colonia urbana de aves rapaces.







El susto fue mutuo, aunque no son aves nada asustadizas, y en el suelo del patio interior me llevé este regalito.









Y en los parterres del mismo hotel, otra monada: una cogujada común (Galerida cristata), cazando delante del parking.










Con mucho éxito se llevó unos cuantos insectos. Como pude comprobar en varias áreas de servicio en las que me crucé durante el viaje con estas imparables avecillas, siempre con gorriones comunes (Passer domesticus) alrededor, para aprovechar la eficacia de la alaúdida.







Una pasada para los asturianos poder ver tan de cerca a estas aves que tan poco se prodigan por el norte, en plena ciudad.











Una vez ya en el centro de Cáceres, una mención especial para otras aves que tampoco gozamos en Asturias.
La primera, la grajilla (Corvus monedula), también muy abundante, tapizaba algunos edificios históricos, y era un gran placer comprobar que en Cáceres no solo no molestan las aves urbanas, sino que se las favorece.
Estas estaban en la Iglesia de San Mateo.






Aunque casi en cualquier lugar se escuchaba su presencia. Nunca había visto a las grajillas tan de cerca y me sorprendieron esos ojos azules tan contrastados.










En Asturias, que tanto presumimos de paraíso natural, y turismo verde. cada vez son menos los sitios y los pueblos en los que son bienvenidos los nidos de las aves, parece que molestan. No es el caso de Cáceres, que incluso tienen un festival de las aves, ¡bien por ellos!






Pero el ave más carismática de Cáceres es sin duda la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), que está en más o menos todos los tejados, y que presta asgaya verla volando encima tuyo.