Completamente irracional, lo sé, pero el reduvio, en este caso, creo que un Rhynocoris cuspidatus, visto en Fisterra, siempre me causó repelús. Tendrá que ver con el miedo que me dio la primera descripción que leí de crío de este tipo de animales en los relatos de Darwin, o por haber visto en persona en mi trabajo los estragos que sus parientes sudamericanos causan en la población como vectores de la enfermedad de Chagas, pero nunca he conseguido que me caigan bien.