Mostrando entradas con la etiqueta playa de Frexulfe. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta playa de Frexulfe. Mostrar todas las entradas

sábado, 18 de agosto de 2012

Playas deliciosas: Frexulfe.

No podíamos caminar alrededor de Frexulfe sin pararnos en Frexulfe, una playa absolutamente recomendable en cualquier época.
Además de los grandes alicientes botánicos que os presenté en la última entrada, Frexulfe puede presumir de ser una de las últimas playas populares no masificadas.
Creedme, si yo estoy a gusto, cualquiera lo estará, porque odio las playas saturadas.



Es una playa grande, más que kilométrica, aunque la concentración de público es en la orilla Este (vamos, que no os diga ná y os lo digo tó...), ya sabéis dónde encontrarme.

Es de mar brava (ojo con los chiquillos), y en invierno es digna de ser escuchada en temporales.
A su espalda tiene un cinturón de dunas y pastizales, y detrás, un gran pinar, por lo cual si tanta belleza os pilla acompañados, tenéis espacio para retozar o facer nenos en gustosa compañía vegetal.

Se accede fenomenal desde la carretera hacia Navia, estando bien indicada (hay acceso Este y Oeste, recomiendo el Oeste), y está en plena Senda Costera de Navia, así que siempre podéis caminar si os agobia tanta arena.












Las posibilidades fotográficas son infinitas, no os dejéis la cámara. Las melancólicas, son obligadas: la saudade, la morriña, la murria, os invadirán sin remedio en sus arenas grises.








No es la playa perfecta, pero podría serlo. Y además es milagrosa: uno de los pocos casos en los que la intervención política la ha mejorado, instalando, contra la opinión pública, aparcamientos disuasorios, que la libraron de los coches, las barbacoas y los radiocassettes. Definitivamente, un milagro.









viernes, 17 de agosto de 2012

Alrededor de Frexulfe ( II ): Las plantitas

Bueno, antes de nada, si tengo mal clasificada alguna planta, me avisáis, queda muy feo dejar una entrada con datos falsos, y así aprendemos todos.

Pues nada, estábamos en Frexulfe, que tiene unas dunas interesantes, en las que crecen varias maravillas, entre ellas la muy fotogénica lechetrezna de las dunas (Euphorbia paralias).














También típica de nuestras dunas, la cola de liebre (Lagurus ovatus), siempre tan simpática.














Tampoco podía faltar la colleja (Silene vulgaris).








Una vez subidos al pinar, monocultivo de pino marítimo (Pinus pinaster). No me gustan nada los pinos (en Asturias), así que le niego mi objetividad, y lo saco feo, que se fastidie.
Cuando está entre las 100 especies invasoras más peligrosas del planeta, por algo será, digo yo...






Pero aún hay esperanza. Contra las idioteces de quienes opinan que si no hubiese pinos, en la costa asturiana no crecerían otros árboles, un roble (Quercus sp.), libra una dura batalla por salir entre los pinos. Si no llega el fuego, que favorece a los pinos, o la motosierra, en lo que tarde mi hijo en jubilarse, esto debería ser un robledal, pero el ser humano no suele dejar a la naturaleza imponerse a su estupidez, crucemos los dedos por el roble.







Mientras tanto, pocas especies salen en el sotobosque del pinar, entre ellas la humilde zarzamora (Rubus sp.).












Al salir del bosque, matorrales, ya respiro mejor, empieza la biodiversidad, también la biodiversión.
Si no me equivoco, la madreselva de los bosques (Lonicera peryclimenum peryclimenum).









Una gozada de trepadora con unas flores muy variables en color pero con una forma única y reconocible.
Si no me equivoco, esas últimas 2 hojas, no fusionadas, la delatan a nivel de género, y en Asturias, incluso como subespecie, pero eso se lo dejo a los que saben algo de esto (yo no).






Las flores son guapas incluso antes de abrirse.













Otra archiconocida, la malva (Malva moschata) asomaba al borde del sendero.








Otro arbusto conocido y letal, la dulcamara (Solanum dulcamara), ya va sacando frutos por estas fechas, hace un mes aún conservaba flores.









Y por fin entramos en la zona de praos de diente, mis favoritos, todo un estallido de color, y este sí que es un paisaje guapo y productivo.









Entre la hierba y las espigas, no faltan los tréboles, como el trébol rojo (Trifolium pratense), un alimento excelente para el ganado.














Olorosa y dulzona, la milenrama (Achillea millefolium).














O la centaurea, o garbanzón (Centaurea nigra).













Otra belleza destacada, los paxarinos (Linaria trionithophora).






Ahora nos inclinamos ante la para mí, reina de la belleza, la aguileña (Aquilegia vulgaris). De vulgar, poco.












Seguimos el camino, muy al borde del mar, en terrenos más fracturados, más ralos, con otro tipo de plantas, igual de interesantes. Como la carrasquilla azul (Glandora prostrata), una rastrera preciosa.







Otra que tapiza de color el camino, un jasión. Podría ser una (Jasione montana), pero tras el consejo del mucho más experto César Fernández, que cree que hay base para que también fuese la especie laevis, opto por dejarlo en (Jasione sp.).








No faltan los brezos. Tentativamente, meto a este en la especie (Erica mackaiana).










Y con algún reparo, a este otro en (Erica vagans).














Ya muy cerca del final, el terreno empieza a bajar de cota, y se forman en las fallas del terreno pequeños torrentes temporales, hiperhúmedos, en los que aparecen plantas acostumbradas a terrenos encharcados, como la matacaballos (Lobelia urens). Menudo nombre para una flor tan delicada.






Y esta planta, ¿podría ser salicaria (Lythrum salicaria)? No sé, no sé...









Y caminando caminando, llegamos a nuestro destino, la playa del Fabal. Mucho gusto de conocerla, y vuelta para casa, sabiendo algunas cosas más, y habiendo disfrutado de un paisaje precioso.

Lo dicho: si metí la pata, lo decís, es la única manera inteligente de aprender, de la sabiduría de los demás, y huyendo de la torpeza propia.

martes, 14 de agosto de 2012

Alrededor de Frexulfe ( I ): Aves y mariposas

Bueno, ya estoy con Asturias, hoy os pongo aproximadamente con un mes de retraso un tramo de la Senda Costera de Navia que hicimos, entre las playas de Frexulfe y Fabal, a cual más bella.

Como dio mucho de sí la excursión, y me largo corriendo a los fuegos, y no tengo mucho tiempo, empiezo con los bichos voladores, y la próxima la pongo de plantitas, que había muchas y muy interesantes.

Salimos de Frexulfe, entre pinos, en los que cría el busardo ratonero (Buteo buteo).







Una de sus presas, la ardilla, no se dejó ver, aunque se dejó unas pistas en forma de restos de comida.













Ya encima del acantilado, vimos claramente la migración de gaviotas grandes, rumbo al Oeste.








La que ya no va a moverse demasiado ese esta pobre barca, que se acercó demasiado al acantilado, y eso nunca termina bien.









Metiéndonos al interior, unos prados increíbles, que con el resto del paisaje, y las cornejas negras (Corvus corone), pasarían por un cuadro de la última etapa de Van Gogh.








(Él le sacaba más partido, claro está).













Un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) se buscaba la comida.















Nunca me había fijado que inclinasen la cabeza para ver mejor.















Yo de estos jilgueros (Carduelis carduelis) no me andaría tan tranquilo, y miraría para arriba...









Y llegamos a la playa de Fabal, solitaria y salvaje. Por desgracia, mis acompañantes no estaban físicamente preparados para la bajada, que sin ser difícil, podía complicarse.

Y lo primero es evitar accidentes, y no dejar tirado a nadie, por muchas ganas que tuviese de bajar.






En cuanto a las mariposas, no demasiadas, pero muy muy guapas. Por lo que vi en otros blogs amigos en aquellas fechas, salieron aproximadamente estas especies en todas partes a la vez, por toda Asturias.

La inconfundible pavo real (Inachis io) no se dejó fotografiar de cerca.





Sí me dejaron, aunque me sentí un poco voyeur en un momento tan íntimo para la parejina de gris estriada (Leptotes pirithous).











Creo que esta mariposa tan pequeña es una dorada de orla ancha (Ochlodes venata). Creo...










Y después, 2 mariposas muy abundantes. la pequeña blanquita de la col (Pieris rapae).









Y la siempre presente mariposa de los muros (Pararge aegeria).












Y al fondo, la playa de Frexulfe. El próximo día volvemos a ella y sus plantitas.