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domingo, 2 de agosto de 2020

Playas deliciosas: Riucabo

Riucabo, entre los concejos de Cudillero y Valdés, hace frontera mediante el río del mismo nombre, que en verano, y con poca agua, desemboca directamente bajo la gran capa de cantos rodados que dejan los temporales en invierno.

Este gran arenal, que andará por el kilómetro de largo, suele estar vacío, por la prolongada bajada desde Ballota, sin ninguna dificultad pero larga para la mayoría de los turistas habituales.

Este aislamiento relativo le da todavía mayor aliciente a una sucesión de acantilados de vértigo, una rasa llena de vida y piscinas naturales deliciosas.

martes, 3 de julio de 2018

Por la ruta de los miradores del Cabo Vidíu

Hace poco que se desbrozó la senda que recorre los acantilados del Cabo Vidíu (Cudillero) hacia el oeste, y aprovechamos para recorrer parte hasta la playa de Cueva, donde pasamos una tarde de lo más agradable.























La ruta recorre con la vista medio concejo de Cudillero y Valdés, y además de fácil, el recorrido es llano, así que no hay excusa.















Las vistas quitan el hipo. Los bancos, aunque bonitos, siguen la moda de otros lugares donde la gente para y se hace selfies, y acaban llegando los turistas en autobús. En fin, espero que esta moda no se instale en este lugar por lo demás tradicionalmente muy tranquilo. El paisaje invita al silencio y el disfrute, no al griterío y el bullicio.







Cuando el lugar es impactante, no hacen falta instalaciones artificiales permanentes para que la gente se quede con la boca abierta.
















Pasada la primera playa de Doría por lo alto, empezamos la bajada a la playa de Cueva, que aunque no tiene una zona de baño fácil, por sus bajos de piedra, sí tiene una calidad paisajística muy destacable.












En marea baja, como fue el caso, la riqueza natural de su zona intermareal demuestra lo (por ahora) poco explotada que está esta costa.

Toda tranquilidad, totalmente recomendable.



viernes, 14 de julio de 2017

Por los alrededores del Cabo Vidío

Siempre es un placer acercarse a este lugar, así que empezamos por pasar una jornada extraordinaria en la virtual playa de Vivigo, que sólo aparece en marea baja detrás del final de la playa de la Vallina, y que nos permite disfrutar en soledad de un kilómetro de playa con uno de los lugares de baño más apetecibles de todo el mar Cantábrico.








Después subimos al faro de Vidío, y en un día como aquel que soplaba fuerte el Nordés, nos acercamos a los abismos, siempre con mucha precaución. El tramo de costa al oeste de este cabo, donde vemos la playa en la que acabamos de bañarnos, sigue siendo de las mejores de Asturias.






Siguiendo el cabo, acercándonos a la pared para alejarnos del tremendo acantilado que lo sustenta, el hermoso faro.











Y acabando de rodear el cabo, la vertiginosa pared que se descuelga sobre la playa de Gradas, que con el viento que agita todo, empezando por la cámara, da todavía mayor impresión de paisaje salvaje. Siempre merece la pena acercarse hasta aquí y asomarse a estos paisajes.

miércoles, 12 de julio de 2017

Playas deliciosas: Gueirúa (Cudillero)

Como os comentaba, pasamos a la playa de Gueirúa, que tal vez por su popularidad en los últimos años entre turistas y fotógrafos ha visto muy ampliada su pista de descenso, por lo que os pongo por dónde entrar con coche y con seguridad: https://www.google.es/maps/dir/Gij%C3%B3n/43.5585641,-6.3067813/@43.5591131,-6.3085911,591m/data=!3m1!1e3!4m9!4m8!1m5!1m1!1s0xd367c66cbf494bf:0xbd06d207048d3536!2m2!1d-5.6611195!2d43.5322015!1m0!3e0
Desde este punto se baja perfectamente.

Poco se puede añadir de una playa archifamosa para cualquier fotógrafo de paisajes en Asturias y cuyas fotos decoran calendarios, revistas y galerías.

Recorrer en marea baja su espacio intermareal resulta una gozada, apareciendo especies animales y algas raras en otros puntos, y es que el flisch hace que se adentre mar adentro una gran superficie de roquedo lleno de charcos, y la densidad de vida en ellos es muy elevada.

Si además nos acercamos a la gran roca que marca el espacio de roquedo por la derecha nos encontraremos con la sorpresa de una cetárea abandonada que todavía, si cabe, aumentará la curiosidad de esta playa tan espectacular en lo paisajístico como en lo biológico.


martes, 11 de julio de 2017

Playas deliciosas: Pumarín (Cudillero).

Hace poco nos fuimos a conocer en plan comando mi hijo, Alejandro y yo la playa de Pumarín, en Cudillero. No pongo la localización, ni mapa de aproximación, porque tuvimos que bajar asegurados con una cuerda a todo lo largo de la bajada, y aunque en sí es sencilla incluso para alguien con vértigo como yo, para personas impresionables podría ser peligroso. No obstante, la playa es una maravilla, tal y como ya veíamos desde el Mirador de Santa Marina.

Una vez abajo, lo que nos encontramos es una playa virgen, con unos pedreros espléndidos, en términos paisajísticos, y en riqueza de especies, como comprobamos al internarnos en los charcos de la bajamar, abundantísimos en especies nada comunes, y con una variedad de fauna sólamente reservada en Asturias para las playas más limpias y menos masificadas.

Intentamos pasar a la contigua playa de Gueirúa, pero un cortado nos lo impedía, así que volvimos a subir al acantilado y nos acercamos a esta playa, que pondré en la siguiente entrada.




miércoles, 12 de octubre de 2016

Playas deliciosas: Playa de L'Airín.

Esta playa, como muchas de las que aquí pongo, está situada en Cudillero, y no es ni muy frecuentada ni sale en las típicas webs de turismo.














Hay que añadir que afortunadamente porque cada vez quedan menos playas amplias solitarias y tranquilas.















Hay que visitarla en marea baja, ya que en marea alta se cubre por completo, y tener cuidado con el baño, ya que es una playa de fuertes corrientes y frecuente oleaje.

Pero por lo demás es una playa amplia, idílica para los que en pleno verano buscamos amplitud, discreción, y mucho espacio para los críos.














El espacio intermareal es muy amplio, y está lleno de charcos en los que buscar animales y aprender un montón de cosas simplemente con observar la mucha vida que se esconde.

Este verano apareció una pista muy amplia que llega casi hasta la base desde Novellana, lo cual no es buen presagio, ya que acercará a muchos coches, pero hay que reconocer que la bajada antigua tenía cierto peligro, sobre todo en familias con niños pequeños, ahora es un paseo.

Una maravilla de playa en cualquier estación, no hay excusa para no darse un paseo por aquí y disfrutar de la naturaleza y los paisajes salvajes que aún nos quedan.


Y bien cerca...

martes, 8 de septiembre de 2015

Bajo los acantilados de Cudillero: Playas deliciosas de Vivigo a Albuerne.

Me secundaron el buen amigo David y mi intrépido hijo en una aventura en la que aprovechamos la marea muy muy baja del 30 de agosto para tratar de empalmar playa tras playa entre Vivigo y la playa del Silencio. No se logró del todo, pero a punto estuvimos, mereció la pena por los paisajes, la mucha vida que encontramos, y sobre todo, por la compañía.







Unas playas realmente divinas, solitarias y practicamente desconocidas excepto para los vecinos pixuetos. Tanto es así que resulta difícil saber en qué playas estábamos, ya que la marea ampliaba mucho el territorio de unos arenales normalmente estrechos o incluso sumergidos la mayor parte del año. Por otra parte, ni en los mapas del IGN ni en la web oficial del Mma marcan correctamente las playas.
Yo me he basado para este resumen en el excelente libro "Guía total de las playas de Asturias", el cual recomiendo al 100%. Pocos libros son más útiles y más baratos que este, hay que comprarlo para conocer de verdad la gran variedad de playas de Asturias.

Empezamos nuestro recorrido bajando a la playa de Vallinas, o de la Vallina, por un camino que ya os describí en otra entrada, por motivos obvios es una de mis playas favoritas, encaja perfectamente con lo que espero de una playa deliciosa: enorme, vacía, limpia y salvaje, como podéis ver en esta foto de la playa de otro año.


En esta ocasión, la bruma le daba un aspecto todavía más onírico.
















Seguimos hasta el fondo de la playa, y cruzando sin peligro la punta Esquitón, nos plantamos en la cala del Carreiro y ya vemos al fondo la playa de los Negros, llamada así por los bajos.

Una inmensidad de bajos que merecían una exploración total, ya que seguramente albergaban muchos animales interesantes.














Ya sobrepasada la playa de Albuerne, que se ve al fondo, los peligrosos acantilados de la punta Rabillín nos frenaron en nuestro avance, porque para seguir hacia la playa de Saliencia, era preciso una trepada muy vertical, y preferimos no jugárnosla.


En compensación, encontramos multitud de moluscos interesantes, con ejemplares gigantescos, por ejemplo, de Calliostoma zizyphinum, acompañados de otros moluscos más modestos.








Como algunos ya sabéis, llevo unos meses inmerso en el tan desconocido como divertidísimo mundo de los moluscos, y aunque me cuesta horrores dado que partía de un desconocimiento absoluto del tema, me está gustando tanto que tengo un poco abandonadas otras aficiones, entre ellas este propio blog. Pero merece mucho la pena el esfuerzo, porque se ven muchas cosas nuevas y que antes pasaba por alto, como esta extensa y numerosísima colonia de Calliostoma zizyphinum que nos dejó con la boca abierta.




Volvimos por la playa de Albuerne, con ciertas dificultades para mantener los pies secos por los continuos resbalones en la zona de los Cochellones.

Aquí encontramos una buena colonia de Stramonita haemastoma, otra maravilla de molusco, lo bueno fue ver varios ejemplares vivos y de buen color, que espero sigan creciendo muchos años más.








Y todavía nos dio tiempo, al final de la excursión, de darnos un chapuzón de lo más estimulante en la playa de Vivigo. Poco más se puede pedir de una mañana de domingo.





lunes, 27 de febrero de 2012

Playas deliciosas: La Vallina

Estos días en los que no puedo caminar me siento fatal, estoy diseñado, física y psicológicamente, para el movimiento, y entro en barrena solo de pensar en tener secuelas que impidan en el futuro seguir con mis caminatas sin rumbo.

Una de las más interesantes que ahora haría encantado es la que hice varias veces en la playa de la Vallina, en Cudillero.

Se trata de una playa kilométrica, y de una belleza intensa y dura, sobre todo si se hace un día con frío y temporal del Oeste. Aunque tiene un pequeño aparcamiento en su lado Este, recomiendo totalmente bajar a pie, no os llevará más de 15', y desde la 1/2 del camino ya veréis unas vistas de la playa de auténtico lujo.









Se llega por la Autovía del Cantábrico, cercana a Novellana, saliendo por la carreterina que va al Cabo Vidío. Se toma una desviación a la izquierda en dirección a Vivigo, y desde allí, dejando el coche al lado de un chalet en el que siempre dejo un par de litros de babas, ¡quién fuese su dueño!, sale una pista, por la que pueden bajar coches altos, aunque si es la 1ª vez que vais, ¡hay que ir andando, merece la pena!




Porque además os encontraréis un paisaje a la bajada impresionante, con los molinos que, ya abandonados, nos ofrecen una estampa maravillosa.











Y en cuanto piséis la arena, más maravilla, mirando hacia el Oeste, ¡qué ganas de volver!

Como ya os dije, es una playa virgen, dura, no apta para pusilánimes, la arena es muy gruesa, y hay un depósito inmenso en la base de la playa, producto de los temporales, que llegan a cubrir la playa por completo, así que hay un escalón hacia el mar increíble, y por el camino varias pequeñas cascadas, de arroyos que aún aumentan la sensación de erosión constante.




Y es que esta playa no es fácil ni cómoda, razón por la que no la recomiendo para echar la toalla en verano, pero sí que es interesantísima por sus posibilidades paisajísticas, y porqué no decirlo, espirituales.
Cuando te sitúas de espalda a la ladera, con el mar frente a ti y las olas sacuden fuerte, te envuelve un sonido abrumador, las piedras, el agua, la marea, difícil describirlo, tenéis que probarlo.



Y si llegáis a la orilla Oeste, un camino que sube hasta la localidad de Albuerne os dará nuevas vistas de esta playa que nadie con un mínimo de sensibilidad debería dejar de visitar.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Playas deliciosas: Playa del Silencio (Cudillero).


Bueno, esta playa es un clásico en Asturias. Tiene fama de ser la más bella de Asturias.
Sin querer entrar en polémicas, a mí no me gusta tanto, pero tengo que reconocer que paisajísticamente pocas están a su altura, aunque la mejor vista solo se da desde el mirador situado por encima de ella.

La playa en sí es demasiado rocosa para mi espalda, y no resulta fácil nadar en ella, ya que tiene unos fondos rocosos invisibles desde la superficie. 
Pero esto que es un inconveniente, se transforma en una experiencia muy gozosa cuando te pones las gafas y el tubo de buceo, porque en pocos sitios se pueden ver las maravillas que hay bajo la superficie del agua de esta playa.

Se accede con mucha facilidad por una pista señalizada desde Castañeras, aunque no resulta tan fácil aparcar, razón por la cual recomiendo madrugar un poco.

Bastante concurrida en verano, en invierno, con temporal resulta maravillosa, y muchos fotógrafos tienen fotografías increíbles de este lugar con estas condiciones.


Sin ser playa nudista, aquí cada uno se pone a su aire, en verano hay desde familias pixuetas de 3 generaciones, con la manta y la tortilla, hasta neohippies que duermen aquí de noche y se olvidan de la ropa durante unos días. Como en el chiste, “habiendo respetu” no hay problema, aunque a mí me da un poco de pudor, con tanto visitante...

Personalmente, tanto follón me agobia un poco en verano, pero es una playa maravillosa para los buceadores, para los fotógrafos, para los amantes de los perrinos (aquí no molestan a nadie y es una gozada entrar a nadar con ellos) y para los paseantes otoñales. Probadla.