
Nos fuimos en septiembre a dar un largo paseo por la Sierra de la Begega, y aunque el paisaje, que ya conocíamos, es precioso, no todo fueron alegrías.

No habíamos vuelto desde antes de la instalación de los molinos y fue bastante impactante el cambio.
Nada más salir, en dirección a Boinás, un vistazo nos da una imagen idílica de las sierras de media montaña del occidente asturiano, pero mirando más concretamente vemos el terrible zarpazo que la minería del oro le ha causado al paisaje.

Y toda la sierra se ha plantado de molinos eólicos. Es más que necesario diversificar las fuentes de energía, pero a cualquiera que no sepa el impacto visual y el ensordecedor ruido que montan debería permanecer unos minutos debajo de los aerogeneradores de esta sierra, que aturden.

Por desgracia, debajo de las turbinas había muy poca fauna, nos sorprendió la gran diferencia de variedad de mariposas que había a su lado respecto a la base de la montaña, donde sí que abundaban.
De pájaros, solamente vimos, por ejemplo, algún ejemplar de
bisbita alpino (Anthus spinoletta).
También vimos a este juvenil de
escribano montesino (Emberiza cia).
Y a una pareja de
tarabilla común (Saxicola rubicola).

Las vistas desde la cima son espléndidas, dominando casi toda Asturias, empezando, al este, por Picos de Europa, en este caso el macizo occidental.

Al oeste, el macizo de Ubiña.
El paisaje libre de construcciones humanas mejora mucho.
Muy cerca, otra aberración con los días contados, en Soto de la Barca.

La vista cercana de la balsa de decantación de la mina de oro no necesita ni comentarios.

A la cima de la Sierra se llega por un camino peculiar.

La ruta, aunque fácil, deja el regusto agridulce de los tajos que se le ha metido a la montaña en aras del progreso. La siguiente sierra en dirección a la Cordillera Cantábrica, la Sierra de la Manteca, por ahora está libre de instalaciones.

Bajando la ladera fue aumentando la biodiversidad, con mucha cantidad de mariposas, por ejemplo el
sátiro común (Hipparchia semele).

Muchos ejemplares también del
lobito agreste (Pyronia tithonus).

De licenas, muchos
ícaros (Polyommatus icarus) hembra...
...y pocos machos.
También las bonitas
canelas estriadas (Lampides boeticus).

De plantitas, algunas interesantes, como esta genciana que César me identificó como
Gentiana pneumonanthe.

O la típica para el mes de septiembre
quitameriendas (Merendera montana).
En general, más bonita la vista hacia los alrededores que hacia la misma montaña. Una pena.